-Monica, confía plenamente en ti y en tus habilidades, como las de tu equipo, por ello te confiero la planificación financiera de nuestro próximo proyecto.
Monica abrió los ojos de par en par y abrió la boca al igual que un sapo bostezando, al ver que Gustav lo decía enserio una enorme sonrisa apareció en su rostro que le enchino los ojos y los llenó de orgullo, de la emoción comenzó a agradecerle por la confianza que le estaba dando.
-¡Este proyecto será el más grande de mi carrera y revolucionará el mercado como nunca!- grito con orgullo- Por ello te lo confío principalmente a ti Mónica ¿Podrás?-
-¡Claro señor Gustav! me encargare de todo yo misma de cada detalle- exclamó emocionada.
-Me alegra escucharlo, Monica, por cierto deja a esa mujer fuera de esto porque no quiero ni un solo error, todo tiene que estar perfecto- decía emocionado Gustav.
-Lo entiendo perfectamente - decía con una sonrisa en los labios y sus mejillas sonrojadas de alegría.
Con una sensación de victoria inigualable y una felicidad que no ocultaba, Monica abandonó la oficina de Gustav. Toda esa confianza que Monica recibe, se la ganó a base de mentiras y engaños, aprovechándose de la situación de Ingrid como la menos querida. Sus mentiras al final habían dado un buen resultado, le habían confiado los cálculos para este proyecto y era su turno de brillar. Monica entró en la oficina con aires de superioridad y grandeza, acababa de ganar en una competencia que solo existía en su cabeza.
Eufórica a la oficina de contaduría, ante todo anunció el nuevo proyector y todo el trabajo encomendado por el propio Gustav. Monico dejó en claro que solo unos pocos trabajan junto a ella en este proyecto y procedió a escoger a 5 empleados que mejor le besaban el trasero e inflan su ego, los escogió por afinidad y no por mérito de trabajo.
Ingrid se sintió un poco decepcionada al no ser escogida para realizar ese trabajo, pero se alegró que la empresa lanzará un nuevo proyecto al mercado, las cosas iban por buen camino y le daba tranquilidad, volvió a la rutina laboral como de costumbre.
Cuando el reloj marcó las 4 de la tarde Ingrid salió de su trabajo como acostumbraba hacer todos los miércoles, era el único día en que no se quedaba hacer horas extras y salía temprano, eso molestaba mucho a los demás pero no importaba lo que le dijeran no se quedaba.
Salió del edificio con sus pertenencias y en la entrada paró un taxi que venía en camino.
-Al hospital central, por favor- le dijo al chofer.
Todos los miércoles Ingrid va a visitar a su abuelo que se encuentra internado por problemas cardíacos, para asistirlo y hacerle compañía el tiempo que se lo permitiese el hospital. A principios de la internación iba todos los dias a verlo por lo preocupada que estaba y por su propio deseo de cuidarlo, a pesar de lo que le hizo lo amaba como un padre pero dejó visitarlo tanto debido a que fue acusada de tratar de ganarse el favor de un enfermo y su abuela también la regañó por ello, entonces decidió hacerlo solo los miércoles todo el tiempo que se le permitiera estar.
-Abuelo…- dijo entrando a la habitación más lujosa del hospital- Buenas tardes abuelo ¿Como has estado?-
El hombre anciano en la cama se veía demacrado por tantos medicamentos y meses confinado a esa habitación, su mirada era fría y no parecía estar de ánimo hoy.
-Ingrid…- el hombre le dirigió una mirada de desagrado y luego la dirigió a un punto en la pared-
-Abuelo, el médico me dijo que tu salud ha mejorado bastante, si continuas asi regresaras a tu hogar pronto, seguro la abuela hará un fiesta de bienvenida para ti, todo estamos esperando a que regreses- Dijo emocionada
Arnold se mantuvo en completo silencio como si estuviera solo en la habitación e Ingrid nunca hubiera entrado por esa puerta, ese era el trato que había recibido de su parte desde el momento en que se supo los daños que sus padres le causaron a su empresa, esto le dolía mucho a Ingrid pero lo ocultaba bajo una sonrisa cálida y palabras dulces no quería nada más que recuperar su cariño. Antes de todo aquel desastre solían tener un relación muy sólida, parecía que Arnold era el padre de Ingrid y no Luis, pero luego las cosas cambiaron por completo, se abrió una enorme brecha entre los dos e Ingrid solo busca desesperadamente volver a cómo las cosas solían ser.
Ingrid continuó hablando dando apoyo y cariño, habló de cosas triviales de su vida, de su vida laboral y del esfuerzo que pone en realizar un buen trabajo pero el hombre seguía limitándose a mirar la pared.
-Abuelo haz todo lo que el médico te diga, te recuperaras pronto, Adiós- Se despidió Ingrid mientras salía de la habitación.
Estaba con el corazón desolado y roto, de sentir a su abuelo tan lejos de ella más que nunca, aunque lo intentara no sentía que las cosas mejoraran.
Llegando a su departamento Ingrid se lanzó sobre el sillón de la sala y miro el techo con la mirada perdida. Estaba agotada de forma física y mental.
Cada vez que volvía de ver a su abuelo, su cabeza daba vueltas en las mismas ideas y su corazón regresaba herido, preguntando una y otra vez.
-“¿Por qué? ¿Por qué me hacen esto? ¿Merezco realmente este desprecio? ¿Qué tan mala soy para que me odien?”-
Ingrid soltó lágrimas al sentir el rechazo de su propia familia, de quien más amaba, pensaba que podía hacer para mejorar su relación con los demás, de volver a tener la relación casi de padre e hija, antes de que todos la despreciaban y la dejaran de lado, esa época cuando era prioridad para su abuelo.
Escuchó la puerta del departamento cerrarse entonces fue cuando volvió en sí, a la realidad y del susto saltó de sus asiento, se puso de pie pero le dio la espalda a quien entró.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 26 Episodes
Comments
Sara Ximena Cifuentes
Uy no ya q cambie
2023-09-26
0