Una traición

Aunque Ingrid disfrutó mucho la cena todavía seguía pensando en lo que pasó con la llamada, era raro que Simón recibiera llamadas, sabía que no tenía amigos ni familia en la ciudad y su expresión lo delató más. 

Le daba vueltas en su cabeza tratando de descifrar lo indescifrable, lo que lo mantenía despierta en su cama.  Tomó su teléfono y miro la hora, ya eran las 12 pasada, aunque no era tarde, suele estar dormida a esta hora. 

Decido buscar agua para despejarse un poco, estaba cansada de tanto pensar. 

El departamento se encontraba completamente a oscuras y en silencio, no quería molestar a nadie por lo que caminaba de punta de pies para no provocar ruido, caminaba lentamente por el pasillo de los cuartos cuando un susurro interrumpió el silencio de la noche, Ingrid se detuvo de inmediato sobre sus pasos y presto atención para poder captar el origen de aquello, se dio cuenta de que provenía del cuarto de Simón, al observar la puerta se podía ver que la luz estaba encendida.

Ingrid no lo pensó mucho se acercó a la puerta  lentamente y el murmullo se volvió palabras más entendibles. 

-Esta bien- se escuchó a Simón hablar en voz baja. 

Entonces la curiosidad de Ingrid se hizo mucho mayor al darse cuenta de que podría estar hablando por teléfono, lentamente pegó la oreja en la puerta y se concentró lo más que pudo para entender.

-No te preocupes, no estoy enojado contigo, pero no me llames de nuevo después del horario establecido- 

Simón estaba charlando con alguien casi a Susurro pero al estar toda la casa en silencio era fácil poder entender lo que decia.  

-Si, está bien, que sea la próxima semana, el jueves está bien pero no a la noche, prefiero que sea a la mañana o más tardar en la tarde- 

Aunque Simón susurraba lo más que podía, Ingrid pudo escucharlo con gran claridad, sus piernas temblaban y sus manos se pusieron sudorosas. ¿Que iba a ser el jueves? ¿Iba a salir con alguien?¿Con quién iba a juntarse Simón? ¿Quién era la otra persona en el teléfono?. Con tantas preguntas continuó escuchando para encontrar una respuesta.

-Mañana hablaremos sobre eso ma sa detalle, es un poco tarde ahora y es mejor irse a descansar, adiós Verónica- Susurro por última vez. 

Ingrid quedó en shock al escuchar el nombre de otra mujer, dando rienda suelta a todas las fantasías de infidelidad que podía tener una mujer casada. Despacio caminó por el pasillo oscuro hasta la cocina, se quedó de pie en el lugar donde estuvieron cocinando hace rato, el shock aún no se iba. 

Pasaron unos minutos hasta que dio un gran suspiro para reprimir su dolor pero al mismo tiempo para acortar la situación, no podía sentirse mal, ellos solo estaban casados en un papel de forma legal mas no eran una pareja oficial, eran más como amigos cercanos que se respetaban mucho.

-¿Quién soy para reclamarle? El es humano después de todo y este matrimonio no es real...- Susurro Ingrid deprimida.

Ingrid era consciente de que las personas necesitan contacto físico y emocional, no podían estar toda su vida en una relacion sin sexo ni amor, por lo que buscar alguien que le ofreciera lo que ella se nego desde el principio no le parecía raro. 

Siempre estará agradecida con Simon por respetar sus límites y su espacio, era algo que siempre había valorado de su parte, por ello no le parecía justo detener su relación secreta, busco ese contacto que ella se niega darle en otra mujer, ese cariño y amor que Ingrid no le puede dar. No tenía razones para sentirse traicionada o triste a su punto de vista, pero aunque no lo aceptara esos eran sus sentimientos realmente. 

Se negaba a ver sus verdaderos sentimientos y aceptarlos.

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