La pobre familia

-¿¡Puedes creerlo!? ¡Después de todo lo que he hecho por ellos, es así como me pagan!- Elena sonaba indignada y al borde de las lágrimas-

Simón sabía lo que se avecinaba, se preparó mentalmente unos segundos y abrió la puerta con delicadeza. Adentro encontró a la mujer llorando desconsoladamente junto a su esposo, sentados en el sofá, aunque intentó hacer silencio al entrar, Elena lo vio de inmediato y su semblante cambia de tristeza a uno de rabia, Luis, su esposo también le dedico una mirada de desaprobación cuando lo miro.

-¡Gracias a la ayuda de esta basura, es que tenemos que soportar estos tratos!- dijo con rabia Elena.

-Hola señora Elena, veo que volvieron a faltarle el respeto.-

-¿De quién piensas que es la culpa? ¡Gracias ti, parásito chupa sangre es que todos nos ven como parias!- La mujer comenzó a llorar y su voz se quebraba más con cada palabra- Nos hemos hundido en la miseria y tú solo nos traes más vergüenza, eres una mancha en nuestra familia-

-Cálmate, Elena, de nada sirve ponerte de esa manera.- dijo Luis Bonett, el suegro de Simón, mientras abrazaba a Elena.

Simón por su parte rodó los ojos ante el berrinche de su suegra, siempre era un calvario diferente cada día y siempre algo sin importancia, decidió hace mucho solo ignorarla y tragarse las molestias que esos dos le causaban.

Continuó su camino hasta la cocina, mientras Elena continuaba con sus gritos y sus lágrimas, dejó el pescado en la nevera y se fue a dar una ducha. Aún se podían escuchar los lamentos de Elena por todo el departamento, algo a lo que Simón se había acostumbrado y los vecinos de igual manera.

Decidió ir directamente a bañarse, dentro de su vida matrimonial Ingrid le pidió que se bañara más seguido para quitarse el olor del océano y del pescado de la tienda donde trabajaba. Cuando terminó, la señora Elena había terminado de llorar y lamentarse, entonces decidió acercarse a ella, sacó de su ropa sucia un pequeño fajo de billetes. 

-Señora Elena, aquí tiene el dinero de esta semana- Elena se lo quitó con brusquedad de las manos sin mirarlo y sin hablarle. 

Para ayudar con los gastos del departamento Simón, le entregaba un poco del dinero que ganaba.

-¿Esto es todo?- dijo furiosa- Dios que miseria ¿Para esto pasas todo el maldito día en ese sucio barco? ¡Solo para perder el tiempo!- Simon no dijo nada solo agacho la cabeza y la dejó gritar.

Su suegra desde el primer momento le exigió a Simon cada centavo que ganara en la pesca, como un pago por vivir con ellos. Si no lo hacía lo acosaba todo el tiempo, con insultos y toda clase de maltratos verbales, para zafarse de todo esa molestia, se le ocurrió poner un monto fijo para entregarle cada semana y el resto lo guardaba en su cuenta bancaria. Muy en el fondo él sospechaba que ese dinero no lo usaba para las necesidades del departamento pero no le importaba porque era el alquiler más barato que había conseguido, más que el de su antigua casa. 

-No entendemos porque rechazaste el trabajo que te ofrecieron en la empresa familiar, era una buena oportunidad para mejorar nuestra reputación- Dijo su suegro molesto.

-Todavía no puedo creerlo, ¡deberías sentirte afortunado de que nuestra familia te de algo!  y tú lo rechazas como si no fuera nada!- 

-Tenemos que cambiar eso, no puede seguir trayendo migajas a mi hija, tenemos que buscarte un trabajo real- 

Era costumbre que sus suegros insultaran la cantidad que le daba todas las semanas, para luego darle un sermón para que cambie de trabajo en alguna empresa o de llamo dentro de la familiar. Aunque él sabía que el trabajo que le dieran sería mejor y con una gran paga, Simon se rehusaba a ser parte de esa empresa porque accidentalmente escuchó una conversación privada entre  Gustav, quien tiene un cargo muy importante en la empresa, y Elena, donde acordaron que el dinero que ganara sería entregado totalmente a Elena. Gustav se ofreció a dárselo a Ingrid junto con su sueldo, pero Elena insistió en que ella debería recibirlo.

 Eso molestó mucho a Simón, no pensaba convertirse en el esclavo de esta familia y mucho menos depender de ellos económicamente.

-Mi trabajo es real y estoy bien con ello- defendió.

-¡Callate! tu trabajo es una basura y estás llevando a mi hija a la miseria con el- Grito Elena molesta. 

Elena continuó insultando sus esfuerzos en la pesca, mientras Luis apoyaba cada cosa que ella decía. Simon decidió ignorarlos de nuevo y se fue directamente a otra habitación, con celular en mano.

Le envió un mensaje a Ingrid. 

-“¿Hoy llegarás tarde?”- 

“Voy en camino” 

-"Ok"

Simón se dirigió a la cocina, comenzó a preparar una cena para su esposa, desde que se casaron él cocina para ella, no es un profesional pero su comida es decente e Ingrid la come sin problemas hasta que dicho que le gusta su cocina. Esa noche iba a preparar un guiso de carne, aunque siempre traía pescado, no lo cocinaba tan seguido para no cansar a Ingrid con lo mismo.

Unos 20 minutos después Ingrid llegó al departamento, entró por la puerta y fue recibida por sus padres mientras Simón estaba en la cocina. Él dejó la comida en la estufa y fue directo a ver a su esposa, al llegar y cruzar sus miradas, se encontró con el rostro de una hermosa mujer cansada y derrotada.

Había tenido un día difícil, de nuevo

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Comments

Aisyah Azzahra

Aisyah Azzahra

Imposible aburrirse con tu escritura, me mantuviste al borde de mi asiento desde la primera página. 🤔

2023-07-20

2

EnanaRoja.

EnanaRoja.

No puedo esperar el siguiente

2023-07-20

1

Maximilian Jenius

Maximilian Jenius

Tu historia me ha dejado sin palabras, necesito saber cómo termina. ¡Actualiza pronto! 🤞

2023-07-20

1

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