Sin arrepentimientos

El placer que sentía Gustav al ver a su prima Ingrid humillarse era una de las sensaciones que más le gustaba, Ingrid era la persona que más le molestaba de su familia porque siempre lograba conseguir todo lo que quería por ser la consentida de su abuelo Arnold, el sabia que la odiaba por no ser él, el favorito de Arnold pero nadie mas sabia eso. Cuando su tío Luis cometió aquel delito fatal en la empresa, Gustav,  lo tomó como una oportunidad de hundirla y quitarle el lugar tan privilegiado que tenía, estaba disfrutando este momento más que cualquiera. 

Sus ojos que estaban enfocados plenamente en Ingrid, de repente se encontraron con los ojos azules de aquel vulgar pescador, quien lo miraba enfurecido directamente a él, Simon no tenía miedo de mirarlo directamente a los ojos y mostrar su desprecio abiertamente. Su mirada fija provocó en Gustav malestar pero principalmente indignación, al mirarlo a los ojos se dio cuenta que no había ningún remordimiento por sus palabras en la cena, ese hombre lo acusó de lo peor y seguía manteniendo su postura en silencio. Está clara muestra de confrontación hizo que Gustav se enfureciera aún más, se siente irrespetado por alguien que consideraba inferior a él y no podía tolerarlo, con el ceño fruncido se acercó a la pareja arrodillada, colocó su mano en la cabeza de Simon y lo empujó al suelo, provocando un ruido sordo en la sala que espanto únicamente a Ingrid.

-Tu poco arrepentimiento me es evidente- dijo enojado.

Simon enfurecido e impotente apretó los dientes al igual que sus puños para apaciguar su ira, estaba harto de toda esta familia.

-Simon..- susurró al borde de las lágrimas Ingrid.

Ingrid miro a a su abuela para buscar ayudar con su mirada pero solo encontró una mujer de expresión fría, ni un pelo se le había movido con el accionar de su nieto, no sentía un apice de empatía por Simón, Ingrid no podía creer la falta de humanidad de su parte al igual que el del resto que solo se quedaba observando "¿De verdad toda mí familia es así de cruel?" pensó ella con lágrimas, después de todo jamás presenció tanta crueldad al ser protegida por su propio abuelo.

-Si no fuera por mí seguirías viviendo en la basura, se verías besarme los pies del agradecimiento- Presionaba más la cabeza de Simón contra el suelo- Sé más respetuoso con la familia que te sacó de la calle, sucia escoria porque podemos hacer que termines en un lugar peor.- decía con una voz siniestra.

-¡Gustav, el de verdad lo siente por algo está aquí!- Decía Ingrid entre lágrimas, tratando de razonar con su primo. 

-Le hace falta una reprimenda a esta basura- decía insertó en la ira y presionaba más la cabeza de Simon.

-No es necesario, hijo, no te ensucies las manos- Decía Julia con tranquilidad.

Gustav soltó a Simon con desprecio y regresó al lado de su madre, orgullo denlo que había hecho porque nadie debía ser capaz de enfrentarse al nuevo favorito de la familia.

-Tu esposo tiene que aprender a comportarse Ingrid, a sido muy grosero con la familia y ha causado gran incomodidad, que sea la última vez -porque después de esto no habrá más oportunidades.-

-Si, abuela, te prometo que no volverá a ocurrir- dijo con la voz quebrada.

-Eso espero- 

Dicho eso la abuela se levantó de su asiento y se retiró de la sala, seguido de Gustav y Julia, sin mirar a los derrotada pareja en el piso. Ingrid de inmediato se arrimó sobre Simón aun llorando con las manos temblorosas y asustada, lo ayudo a recomponerse y juntos se levantaron del suelo.

-¡Hija!- dijo Elena contenta y abrazando a Ingrid- Lo hiciste muy bien, los perdono. 

-Ahora solo hay que cuidar que esta sanguijuela no vuelva a hacer otra tontería- dijo Luis enojado mientras miraba a Simon. 

-El no lo hará ¿Verdad Simon?- Dijo de forma insistente pero no obtuvo respuesta.

Simon acaba de sentir un dolor puntual en la frente, al pasar su mano pero ella se encontró con un herida abierta que comenzaba a sangrar, Ingrid al darse cuenta de la sangre se acercó espantada a él aun con los ojos llorosos.

-¡Simon! ¿Estás bien?- dijo preocupada Ingrid poniendo su mano en la mejilla de Simón, pero este no dijo nada al estar reprimiendo su ira en silencio.

-Estado mejor- decía mientras corría su mirada.

-No te preocupes te curaremos- colocó un pañuelo en la pequeña herida y solicitó a un sirviente el botiquín de primeros auxilios.- Gracias por aguantar tanto Simon, se que esto es horrible pero valdrá la pena, ya lo veras- hablaba con los ojos brillosos mientras curaba la herida.

Simon ahogó un suspiro al escuchar a Ingrid hablar con tanta esperanza sobre su familia, alguna vez ella fue una miembro importante y respetada pero ahora era menos que la sombra, era triste ver como se aferraba a un pasado que no volverá. Simón se preguntaba cuántas humillaciones y maltrato tenía que soportar para que acepte su nueva realidad.

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