Simon había comenzado a preparar su equipo de pesca para trabajar mañana mismo, tenía que comenzar de nuevo a vender a las tiendas del muelle y conseguir dinero, hasta que se le ocurriera algo mas.
Antes de terminar escucho como alguien entraba por la puerta principal del departamento, miro la hora y se dio cuenta que era el momento en que Ingrid volvía del trabajo, dejo todo lo que estaba haciendo para ir a recibirla.
-¿Ingrid? ¿Cómo te fue hoy….?- Las palabras fueron cortadas por la sorpresa de encontrarse a su esposa llorando.
-¿Ingrid, qué ocurrió?- dijo mientras se acercaba frenético a ella.
-Yo.. cometí un error..- dijo antes de comenzar un llanto desolador.
Simon la tomó entre sus brazos para contenerla, acarició su cabeza buscando hacerla sentir mejor pero al tocar su pelo se dio cuenta que estaba pegajoso y endurecido como si tuviera pegamento en él, mirándola detenidamente se percató que la ropa de trabajo estaba húmeda y con unas grandes manchas color café. Estupefacto ante la apariencia de su esposa decidió esperar a que se calmara, dejando que ella se desahogará en su hombro antes de preguntarle de nuevo, al cabo de unos minutos Ingrid pudo mantener la calma para contarle a Simón lo que le había ocurrido.
Esa mañana, tenían una reunión importante con los inversionistas de la empresa sobre el lanzamiento de un nuevo producto al mercado, Ingrid no tenía ningún papel importante en la reunión solamente el ser la sirviente de turno que llevaba documentos y comida a los demás. Quien sí tenía un papel de relevancia era su prima, Miranda Bonett asistió a la reunión debido a que tenía acciones en la empresa. A diferencia de su hermano, Gustav, Miranda no había aceptado las disculpas de Ingrid ni las de Simón,, pero tuvo que tragarse su ira por petición de la abuela Rosa y de su madre, que le pidieron que lo dejara así a Miranda no le parecía suficiente solo no invitarlos a su fiesta de compromiso y a su boda, necesita un castigo apropiado por la humillación que había sufrido en su día especial, porque una vez más su prima había robado toda la atención que le pertenecía, Miranda no podía perdonarla y no quería hacerlo.
Desde el momento en que llegó a la sala de reuniones, Miranda no ocultó su odio hacia Ingrid, lo primero que hizo al verla fue darle una mirada de muerte y tirar comentarios pasivo agresivo todo el tiempo, Ingrid en todo momento se mantuvo profesional y no hizo caso a ninguna de sus provocaciones pero sólo causa más enojo en Miranda, finalmente las cosas estallaron por completo cuando en un breve descanso a Ingrid se le solicitó serviles café a cada persona según su gusto y preferencia, ese fue el momento en que Miranda dejó escapar su ira.
-¿Qué es esto?- Azotó la mesa Miranda, provocando un ruido fuerte en la sala.
Los reclamos llamaron la atención de todos en la sala, quedando en completo silencio, Ingrid también dejó de servirle al hombre al lado de Miranda para escuchar a su prima, se dio la vuelta para encontrarse su mirada clavada en ella con enojo.
-¡Te dije que quería un café cortado con leche! !Esta basura ni siquiera puede considerarse un café!- Decía Miranda mientras se levantaba de su silla exaltada.
-¡Oh! disculpa Miranda, dejame que te lo prepare de nuevo- Dispuesta a realizar su trabajo, Ingrid se acercó a recoger la taza pero esto solo molesto más a su prima, Miranda no lo soporto más, tomó su propia taza de café y se la lanzó a Ingrid en la cara, empapando por completo.
-¡Eres tan inutil, no entiendo porque te permiten estar en la empresa! ¡Vete a vender pescado con tu estupido marido!- Grito furiosa Miranda.
El resto de la sala quedó conmocionada ante la actitud tan agresiva de Miranda, al punto de levantarse de sus asientos y comenzar a pedir que se detengan, su hermano, Gustav, la tuvo que sacar a la sala a la fuerza por la vergüenza que le estaba causando. Ingrid también se retiró de la sala avergonzada y fue directo al baño a limpiar, no contaba con que fuera llamada inmediatamente a la sala de nuevo, Gustav le exigió que continuará haciendo su trabajo y que no abandonada a los inversionistas, no le permitió cambiarse o limpiarse ni un poco, Ingrid paso todo si día laboral empapada y pegajosa por el café derramado.
Ingrid volvió a derrumbarse en los brazos de Simón al terminar de contar su historia, por su parte Simón estaba hecho una furia pero no le quedó de otra que guardase su enojo para poder contener a Ingrid. Cuando sé calmó de nuevo se retiró a por fin limpiarse el café derramado.
Una vez Ingrid entró en el baño, Simón se fue enloquecido hasta su habitación, no podía creer lo crueles que podían ser con una chica que jamás les hizo nada, esta vez había ido demasiado lejos para fastidiarse.
-No voy a seguir permitiendo- Decía mientras buscan entre los cajones de su armario.
El último cajón tenía aquello que Simon tanto buscaba, era un cuaderno pequeño suyo, al abrirlo revoloteo entre las páginas con prisa hasta que encontró lo que buscaba, era aquella tarjeta de presentación arrugada de James Figueroa, la había vuelto a guardar en su escondite hace poco. Simon la tuvo entre sus manos con ira y se dijo.
-¡Jamás voy a volver a dejar que nos pisoteen de nuevo, van a pedir disculpas de rodillas!.
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