Confesión

Me quedé perpleja mirándolo y luego reaccione soltando una única pregunta.

–¿Por qué? –

–Porque eres una adicción para mí –Respondió directo.

¿Una adicción? ¿Era su adicción?

–Me... ¿Me quieres comer? –Dije un tanto nerviosa.

Él suspiró y con voz pasiva respondió:

–Soy un depredador Melanie, mi especie se alimenta de carne humana. Solo que yo lo moldee y lo transforme en una dieta de carne de animal cruda –Explico– Sin embargo; eso me satisface poco, así que, debo alimentarme seguido para poder contenerme.

Ahora entendía todo ¡Por eso mismo me rechazaba! ¡Por eso mismo no quería que viniera aquí! Está tratando de contenerse conmigo. Simplemente quedé anonadada.

–Siempre pensé que un animal salvaje se había comido mi dedo –Confesé.

–No, fui yo –Admitió– Era muy pequeño para ese entonces, la ciudad me parecía curiosa y me la pasaba vagando por las calles observándolo todo. Hasta que te vi, a una niña con un vestido rosa y abrigo peludo que jugaba tiernamente con su pelota, así que, únicamente me escondí debajo de ese contenedor de basura para presenciar más de cerca.

–La pelota salió rodando hacia allá –Continúe.

–Si, y metiste la mano para alcanzarla y percibí tu olor, un olor exquisitamente dulce que jamás había olfateado y me hizo babear –Confeso– A lo que me llevo a querer probar de esa dulzura y fue ahí que arranque lo primero que alcancé.

Observe mi dedo mientras esté relataba dicho acontecimiento ¿Dulce? ¿Así que para él era dulce?

–Desde ese entonces comencé a evitar la ciudad, hasta que me topé de nuevo contigo en la comisaría –Continuo– Y luego llegaste aquí, poniéndome en tentación nuevamente. Pase noche tras noche y día tras día tratando de sacar tu olor de este lugar, pero te quedaste impregnada en la sabana de mi hermana, a los alrededores de la casa, en mi propia cabaña y eso me hizo querer ir por más.

–Y fue ahí que entraste a mí, casa –

–Correcto, quería devorarte, pero me contuve –Comento– Solo te mordí en las partes que más me gustaron.

¡Rayos! A pesar de que hablaba de manera neutra sobre el tema, todo sonaba como si se tratara de algo pasional. Con esto me quedo claro que Darren me veía como bocadillo y que si no me alejaba, esto iba a parar a peor; sin embargo, ¿No sé por qué sentía un cosquilleo que bajaba y subía en todo mi ser? ¿Sería producto de su misma confesión? O ¿Simplemente era causado por el hecho de saber que era su mayor anhelo? ¡Por favor Mel! ¡Deja ya tu pendejada! ¡Que esté sea atractivo y lo diga todo de manera excitante no quita el motivo de que quiera comerte!

–Ah... Pero... Que confesión –Fue lo único que salió de mi boca.

–Querías la verdad, allí la tienes –Recalcó– Te deseo Melanie Colleman.

Al decir eso mi pulso se aceleró y se aceleró aún más cuando esté se levantó de su asiento y se puso frente llevando su mano derecha a mi cara para recorrer su pulgar por mi boca. Me quedé extasiada, siendo espectadora de todo lo que hacía, al mismo tiempo que susurraba cosas que me hacían dudar de mi misma, ante semejante momento erótico ¿O yo era la única que lo veía así?

–Eres una droga para mí y no me quiero volver adicto a ti –dijo acercándose casi para besarme–Ya ves porque quiero que te alejes de aquí, de Eimy y que no insistas más.

–Pe...pero –Tatamudee.

–Tenerte tan cerca, me hace querer hacer muchas cosas –

Nuestras miradas se encontraron, mientras percibía su respiración que increíblemente no era fría ni caliente, chocar contra mi mejilla. Por un momento me sentí hipnotizada, era la primera vez que experimentaba está sensación. El temor por ser comida había pasado a segundo plano ¿Que estaba pasando? ¡No comprendía nada!

De pronto mi imaginación comenzó a volar, mientras observaba con detalle su rostro, me lo idealizada entre mis piernas dejando aquellas mordidas las cuales quedaron marcadas tenuemente. Y fue ahí que decidí reaccionar, ya esto estaba pasando al ámbito sexual, algo que para nada no lo era.

–Yo... Me tengo que ir –dije levantandome rápido y pasándole por un lado.

–Si, adiós Melanie Colleman –Se despidió este a lo que no respondí, ya que, salí velozmente de ahí.

Llegue a mi casa con la respiración agitada, tanto mi madre como mi abuela quedaron boquiabiertas, me di una ducha y espere a la visita de Josh. El llegó a la media hora con un par de sándwiches y una malteada de fresa solo para mí.

–¿No comeras? –Pregunte mientras le daba un mordisco al pan.

–No, sabes que soy alérgico a casi todo. Además mi madre me espera con la cena –Explico– Ahora bien ¿Que quieres contarme?

No sabía ni por dónde empezar, quería omitir toda la parte de Darren; sin embargo ¿Me creería todo si se lo contará?

–Han pasado muchas cosas Josh, cosas que parecen estar volviéndome loca –

–¿Cosas como que? –

Fue de pronto que la voz seductora de Darren se introdujo en mi cabeza con un «Quiero comerte» «Te deseo Melanie Colleman» trague grueso e ignore por completo sus comentarios para enfocarme en lo que quería explicarle.

–No sé si vayas a creerme –

–Mel, te conozco desde que estábamos pequeños y se muy bien que estás preocupada y asustada –Adivino– Estoy consciente que están pasando eventos muy extraños y que la ciudad cada vez se está poniendo patas arriba. No te quería decir nada para no estresarte más, pero la señora Cassie la encontraron muerta hoy.

Eso realmente me impactó, pare de comer y me quedé quieta. Sin duda alguna las muertes parecían ir en orden.

–Esto... ¡No puede ser! –

–¿Que? –pregunto desconcertado.

–La señora Cassie me dijo que sus animales murieron al igual que el señor Thomas con su perro, luego la putrefacción en su casa –Comentó– Los dos vivieron las mismas experiencias, el asesino marca sus víctimas Josh ¡Oh no!

–¿Que sucede Mel? –

–¡Sigue mi abuela!–Dije alarmada, casi entrando en pánico.

El me abrazo y me aconsejó que me calmará. La desesperación me hizo su presa; sin embargo, una solución fugaz pero alocada llegó a mi cabeza.

Estos hechos se escapaban de mis manos, ni yo, ni siquiera la policía podía hacer nada porque lo paranormal rondaba en todo esto. Únicamente conocía a alguien que lograba llegar a esta espectativa y a este mismo nivel.

–Aunque quieras comerme, necesitaré tu ayuda, Darren –Pensé.

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