Confrontación

Caminé hacia el baño y observé con detenimiento todas las marcas ¿Qué es esto? Las mordidas iban de manera desordenada y unas se veían peor que otras.

Traté de curarlas; sin embargo, con cualquier cosa que me untará me dolían más. Esto no era normal ¿Por qué no percibí cuando me atacaron? Tan solo con el primer mordisco hubiese despertado en un ciantamen, pero eso ya no importaba. Me encontraba temerosa y llena de inquietudes.

–¿Dios que está pasando? –pregunte sentándome en la tapa del inodoro.

De repente escuché pasos dentro de mi habitación, me levanté caminando con lentitud. Para mi mala suerte, el baño quedaba dentro de la habitación dando acceso a aquello que estuviese allí.

Recordé que la puerta seguía medio abierta, así que, me aproxime a la manija y la tomé nerviosa para cerrar de inmediato. Y fue en ese instante que un olor desagradable de putrefacción inundó mis fosas nasales ¡Era el Wendigo! ¡Estaba aquí!

Cerré con lentitud para que este no se diera cuenta que estaba allí, no obstante, la luz encendida me delataba. Entonces el pánico se apoderó de mí y, tranqué con velocidad pasando seguro. Me quedé apoyada en la puerta al mismo tiempo que está comenzaba a estremecerse, debido a que, el monstruo de afuera empezó a embestir con fuerza para poder derribarla.

Empecé a gritar y a exigirle al mismo tiempo explicaciones incoherentes por la situación: ¿¡Por qué haces esto!? ¿¡Que eres!? Estaba tan asustada que había perdido el juicio con las palabras. Por si fuera poco, este arremetió contra la madera, haciendo que sus gigantes garras se clavaran sin contemplación. De mi garganta salió un ¡Ayuda! Muy seguido, pero, ni con eso logré que mi madre o mi abuela vinieran a rescatarme. Entonces traté de calmarme, debía buscar una solución inmediata a esto.

Si nadie lo escuchaba, excepto yo ¿Debía de ser un sueño? ¿O una alucinación?

–¡Despierta ya Melanie! –Exclame para mí misma–¡Ey tú! Ve a cazar a otro lado ¡Por qué de mí, no tendrás ni un tolete de carne! ¿¡Me oíste!? ¡Maldito desgraciado!

Y si, esto lo enfureció más, si seguía agrediendo la puerta pronto está se vendría abajo. Mire hacia los lados, no había nada para defenderme, no obstante vi la ventana que se hallaba encima de la ducha y me lancé hacia ella.

Era de contextura delgada, de este modo, pude caber sin problemas. Caí en el helado suelo de mi patio y desde allí eché a correr hasta ver una patrulla que venía de frente, la cual, no dudé en detener.

–¿Qué sucede señorita? –Pregunto el oficial sorprendido por mi apariencia y actitud.

–¡Hay algo dentro de mi habitación! –Recalque–¡Por favor venga rápido, antes de que ataque a mi madre y abuela!

Al estacionar rápidamente su carro, este irrumpió en mi casa y guiado por mí llegamos a mi habitación. Aún se percibía el olor a descomposición; sin embargo, al entrar, el Wendigo ya no se hallaba y mi cuarto se encontraba en perfecto orden

–¿Qué? –dije confundida–Le juro que estaba aquí.

De pronto mi madre y mi abuela aparecieron asustadas y sorprendidas en el umbral de la puerta.

–¡Que pasa! –Exclamo mi madre viendo todo el alboroto.

–¡Estuvo aquí! –Proteste–El Wendigo estuvo aquí y hasta araño la puerta del baño miren.

Pedí que corroboraran mis pruebas, no obstante, la puerta no le había pasado nada. A lo que enseguida me llevo a que me mirara la piel, la cual, se veía en sana y sin ningún rastro de herida.

–Discúlpela, de seguro tuvo una pesadilla–dijo mi madre.

–¡No estoy diciendo mentiras! –Proteste–¡Sé lo que vi! ¡No estoy loca!

Sentí las cálidas manos de mi abuela sobre mis hombros. Esta me llevo a su cuarto, mientras mi madre se disculpaba y despedía al oficial.

–Abuela, el Wendigo estuvo merodeando mi habitación –Confesé– Además de eso, desperté con mordidas.

–¿Mordidas? –Repitió mi abuela asombrada.

La abracé, pues era la única que creía en mí, a pesar de que todo hubiese sido una pesadilla como dijo mi madre.

–Si, mordidas. Pero desaparecieron –Admití al igual de sorprendida que ella.

–Mel, si esto sigue así habrá que acudir a dos lugares–Reveló–El primero es a un psiquiatra y el segundo a la iglesia.

Eso que no le había comentado lo que estaba viviendo la señora Cassie, allí de seguro escogería la iglesia sin dudarlo.

Pasado las horas y que por fin pude lograr dormir un poco junto a mi abuela, desperté. Hoy no tenía ánimos de ir a trabajar, así que le marqué a Josh diciéndole que me encontraba enferma y que me cubriera por hoy.

–Más tarde pasaré por tu casa, me preocupas Mel –

–De acuerdo, así aprovecho y te pongo al tanto de lo que ha ocurrido –dije en un suspiro.

–Bien, pitufa. Te llevaré algo del café, para que comas –Informó.

–Vale, gracias –Colgué.

Dejé caer medio cuerpo sobre el escritorio, mientras los tenues rayos de luz del sol, entraban por la claridad de las cortinas. Por un instante, observé mi brazo en el que antes se hallaba cubierto de mordeduras, y ahora parecía estar sano. ¿O eso pensaba yo?

En contra luz no se observaba nada, pero cuando la luz chocaba directamente contra mi piel aún se podía distinguir tenues marcas de dientes ¡Allí estaban! ¡No había sido un sueño!

Enseguida empecé a llenar mi cabeza de especulaciones. Si el Wendigo estuvo aquí y forma parte de Darren, este también estaría presente, por ende, estás mordeduras... ¡No! ¡Si! ¡Es más que obvio! ¡Las mordidas pertenecían a Darren! Ya que, por el tamaño era de proporción normal para la dentadura de un humano.

–¡Es hora Mel! –Dije levantándome de Sopetón– ¡Es hora de acabar con todo esto!

Me preparé como si fuese a ir al Polo Norte y con mi madre interrogándome a mis espaldas, salí de casa.

–¿A dónde vas, Melanie Every Colleman? –Pregunto ella desde la puerta.

–A resolver todo este embrollo –Comente y sin más me marché.

Mientras subía la escalinata que me llevaba a la cima pensaba: ¿Y si Darren era un fraude? Como dijo Josh, todo podía formar parte de su propio shows. Tal vez era un ilusionista, hacía que las personas imaginara cosas para luego asesinar, pobre comisario Hopkins, ¡Tan bueno y tan iluso con su hijo!

Al llegar visualicé las dos cabañas, la primera se encontraba cerrada, me imaginé que el comisario estaría en su trabajo y Eimy en clases. Solo faltaba averiguar dónde se hallaba el susodicho.

Su morada estaba vacía, sin ningún rastro de él, pero era de esperarse, a lo lejos se escuchaba su radio con Bohemian Rhapsody de Queen.

A medida que me iba aproximando su detestable voz se hacía presente, hasta cantando no parecía mostrar simpatía. Inmediatamente, noto mi presencia, ya que, enseguida dejó de cantar y me miró con mala cara.

Me pareció raro verlo cavar un hoyo en una pendiente repleta de nieve ¿Para que el agujero? ¿Para ocultar alguna evidencia de uno de sus crímenes?

–¡Te dije que no vinieras aquí! –

–¡Sé lo que eres! –dije encarándolo–¡Eres el Wendigo!

Este se empezó a reír, era la primera vez que lo veía expresando otra emoción que no fuese enojo.

–¿Wendi que? –Pregunto de manera graciosa soltando la pala– Sí que te crees los cuentos urbanos de aquí.

–¡No! Tú eres el que genero toda esta parodia para arremeter contra los ciudadanos –Comenté–Sé que estás envuelto en todo este lío de los asesinatos. Y también sé que estuviste en mi casa y me hiciste tener alucinaciones ¿Así atacas no?

Me sorprendió que este no emitiera ningún gesto, al contrario, se acercó como la última vez y nuestras miradas se encontraron nuevamente. Podía notar su aura de misterio, de dominación.

–Y si soy el asesino ¿Qué harás al respecto? –Interrogó– Eres tan valiente y tan estúpida al mismo tiempo.

Di varios pasos hacia atrás pero sin quitarle la mirada para no mostrar intimidación. Sí, debí pensar las cosas antes de venir aquí, tuve que ir primero con la policía y contarle todo lo que sabía. Estaba tan cegada por la ira que no medí lo que podría pasar aquí. ¡Mel eres una idiota! ¡Te acabas de entregar en bandeja de plata!

–No te temo –Fue lo primero que se me ocurrió en decir.

–¿A si? –Dijo este y a paso decidido me tomo de la bufanda con un poco de agresividad– Eres tan patética Melanie Colleman, tu ingenuidad te hace serlo, ahora... Cae.

–¿Cae? –

Enseguida su agarre se aligero y la bufanda se deslizó por su palma, mi cuerpo se volvió liviano y sentí el vacío sobre mis pies. Comencé a verlo en otra perspectiva, este arriba y yo abajo, poco a poco iba cayendo hacia atrás ¡Darren me soltó! ¡Comezaba a caer por la pendiente!

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Comments

💖Elismar💋

💖Elismar💋

está niña tiene guaramo, enserio es familia da Sam

2023-10-22

1

Dulcesitha Bombom

Dulcesitha Bombom

buenas noches mi querida escritora muy buena historia pero verdad que está chica mel es sobrina de Samantha wales o estoy mal 💔

2023-07-20

1

Elena Martínez

Elena Martínez

Diosito santo que intrigaaaaaa me quedaré sin uñas
Más capitulos autora por favor 🙏🥺
Y gracias por este 🥰

2023-07-20

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