Trato

Sin pensarlo dos veces al día siguiente, me preparé para volver a la cima. Reflexioné en otras opciones antes de adentrarme en el mundo peligroso y oscuro de Darren; sin embargo, algo me hizo acceder de inmediato.

Mientras desayunaba mi abuela bajó a la cocina asustada, disimuladamente me llamo aparte y fui de inmediato. Cuando entramos en su habitación vi muchas manchas de sangre sobre el cristal de su ventana y al chequear, me percate de que se trataba de todo tipo de aves, las cuales se hallaban rígidas porque la muerte las había alcanzado.

–¿Qué es todo esto, Mel? ¿Qué está pasando? –Pregunto como si yo tuviera respuesta– ¿Será alguna clase de brujería? ¿Pero como, si yo no me meto con nadie?

Sin más la abracé, verla sufrir me partía en dos.

–No te preocupes abue, buscaré la solución –Comenté.

Y ese fue el empujón para ir en busca de ayuda. Darren podía ser la única opción para que todo esto acabará cuanto antes, no quería que mi abuela fuese la próxima víctima ¡No toleraría perderla!

Esta vez el bosque helado se me hizo más largo, parecía un laberinto, debido a que, no parecía en nada como lo había visto ayer.

–Hasta el bosque parece estar impregnado en lo paranormal –Pensé.

Caminé por un buen rato, hasta que vi por fin la escalinata. Subí tramo por tramo provocando que mi respiración se complicará un poco, Eimy tenía razón, esto cansaba demasiado. Increíblemente, no salí frente a la cabaña como era costumbre, esta vez, me encontraba a un costado de la cabaña de Darren ¿Acaso había tomado otro atajo?

Me detuve en seco, pues dentro de la misma se escuchaba la voz alterada del comisario, seguido de varios golpes sordos que hacían eco en todo el lugar.

–¡Quiero que comprendas, que para mí no es fácil! –Protesto– Solo quiero hacer el bien.

Al parecer discutía con su hijo, no obstante, este no recibía ninguna respuesta de su parte.

–¡Espero haya quedado claro, Darren! –Exclamó– No pienso repetírtelo dos veces.

Y salió azotando la puerta, mientras yo me escondía detrás de un gran pino, cuyo tronco daba el doble de mí. Cuando esté estuvo lo suficientemente lejos, me aproxime a la puerta y sin necesidad de tocar, Darren ya estaba en esta, con cara de pocos amigos.

–Ho... Hola –dije tragando grueso.

–No pensé que fueses tan masoquista –Comento sarcástico.

–No vendría si no fuese por urgencia, necesito tu ayuda –

–¡Mi ayuda! –Exclamo sorprendido igual que yo.

Me invitó a pasar y me senté en donde antes lo había hecho. Darren aún seguía mirándome incrédulo, como si lo que acabará de decir fuese una broma.

–Tengo la teoría de que el asesino marca sus víctimas, las tortura psicológicamente para luego arremeter con sus vidas –Informé– Mi abuela está marcada, y no sé qué hacer, no quiero perderla. Y sé muy bien que nada de este mundo podrá ayudar, excepto tú.

–Melanie, que no sea humano no significa que pueda adivinar que otro ser habita en esta ciudad aparte de mí –Admitió–Menos algo que se oculta tan bien y que no deja rastro. Además ¿Cómo se te ocurre recurrir a mí? Sabes lo que quiero hacer contigo.

–Si, lo sé, pero temo más en perder a mi abuela que ser comida por ti –Admití–¡Estoy desesperada Darren!

–¿Por qué crees que te ayudaré? Ni siquiera me simpatizas –Reveló.

Un golpe chocante para mí, ansiedad, fue ahí que mi espíritu negociador se apoderó de mí ser y lo miré fijamente.

–Si me ayudas, te dejaré que me pruebes –

–¿Qué te pruebe? –Repitió con sarcasmo y burla– ¿Sabes que lo mío no es probar?

–¡Entonces te doy una parte de mi Darren! –Proteste al borde del colapso, mientras las lágrimas caían– ¿Qué quieres? ¿Una pierna, un brazo? ¡Dime y te lo doy a cambio con tal de salvar a mi abuela!

Este se acercó, y por fin pude corroborar sus ojos, uno rojo y el otro azul. Puso ambas manos alrededor de mi silla y susurro levemente.

–¿Serías capaz de morir con tal de salvar a tu preciada abuela? –

Con lo que acababa de preguntar, supe que quería más que una parte de mi cuerpo. Me quería a mi completa; sin embargo, no dudé en afirmar y este se sorprendió por mi respuesta.

–Te dejaré que me comas, pero salva a mi abuela –Pedí– Ayúdame a acabar con esta ola de asesinatos, haz que pare y me sacrificaré. Me entregaré a ti.

De pronto, este se carcajeó de la nada. Parecía que todo lo hablado fue parte de una simple broma ¡Pero que rayos le pasaba!

–¿De que te ríes? ¿Qué es tan gracioso Darren Hopkins? –

–El simple hecho de sacrificarte para salvar una bola de inútiles me hizo gracia, eres valiente dulce manjar –Comentó– De acuerdo, te ayudaré.

–Pues mi abuela lo vale y... ¡Espera! ¿¡Me ayudarás!? –

Un rayo de esperanza y felicidad me hizo sonreír, hasta tuve el impulso de querer abrazarlo pero me contuve.

–¡Gracias! ¡No sabes lo feliz que me hace oír eso! –Recalque.

–¡Espera! No te alegres todavía, todo tiene su precio –Comentó– Debo pedir algo a cambio, aunque no sea la exquisitez de comerte.

¿Ahora que pediría? ¿Qué podía ofrecerle yo, que él quisiera?

–¿Qué es lo que quieres? –

–Más bien, no es una petición, es una condición –Aclaró– Mucho más sencillo para una mortal como tú.

Me crucé de brazos y lo miré con seriedad, esperaba que no me estuviese tomando el pelo como hace rato.

–Perfecto ¿Qué condición? –

Él suspiró y se enderezó frente a mí. Se aclaró la voz y dijo:

–Pase lo que pase. No te enamores de mí –Recalcó.

¡Enamorarme! ¡De él! Era la petición más absurda que había escuchado. ¿Cómo podía enamorarme de alguien que intenta comerme? Si, no podía negar que Darren era atrayente ¿Pero enamorarme? ¡Eso jamás! Aunque muy en el fondo me daba curiosidad saber el motivo del ¿Por qué pidió eso?

–No te preocupes, no habrá problemas Darren Hopkins –Dije aceptando y cerrando nuestro trato.

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