Ruido

Estaba a punto de poner la cara de preocupación, pero Eimy me detuvo en el acto.

–¡Espera! Antes de que pienses mal, Darren y yo, no somos hermanos –Comunico– El no es hijo de mi padre, no somos absolutamente nada.

–¡Pero que susto me he llevado Eimy! –Exclame.

Aunque la duda estuviese aclarada, no entendía su gusto por él. Si, se que era muy atractivo; sin embargo, su forma de ser le bajaba puntos a su encanto.

–¿Y que piensas hacer? –Pregunte con curiosidad.

–Nada...Sería una locura total. Al menos quisiera ser como era Luna con él –Confeso– La única que lo entendía y hacia todo para que él estuviese bien.

–¿Luna? –

–Si, Luna. Era mi hermana mayor –Informó–Murio a muy temprana edad, solo convulsionó un día y se fue directo al más allá para hacerle compañía a mi madre.

–Lo siento mucho –dije dándole dulces palmaditas sobre su hombro.

–Esta bien, fue hace tiempo ya –respondió en un suspiro– A veces me hacen falta, tanto ella como mi madre, es muy solitario estar aquí.

–Es entendible Eimy –dije en modo de consuelo– Pero no te preocupes, me tienes a mi, puedes venir a visitarme y quedarte conmigo las veces que quieras.

–¿En serio? –Cuestiono envolviendome entre sus brazos.

–Si, por supuesto –Admiti– Y tranquila yo pediré permiso para que así te dejen.

Ella sonrió llena de gratitud, por su actitud parecía que eso de "Tener amigas" no era realmente cierto, quizás lo dijo para aparentar y no parecer tan anticuada.

La oscuridad absoluta llegó, apenas y se veía el cielo estrellado. Eimy encendió la calefacción que era a base de leña y está iba por un tubo que recorría toda la casa. Me impresionó mucho su forma de vivir, ni siquiera tenían ni un televisor.

El comisario Hopkins hacia la cena, nos sentamos mientras esperábamos que está estuviera lista. Habían dos ollas cocinandose a borbollones sobre el fuego abrasador. Una de ellas desprendía un exquisito olor a guisado.

Los platos fueron servidos, espere que el comisario se sentará a comer para empezar a degustar del platillo, no obstante, este no lo hizo. Lo vi dirigirse al refrigerador y sacar del congelador una bolsa negra que se veía un tanto pesada.

–Comiencen a comer –Ordenó– Vuelvo enseguida.

Dicho esto, salió de la casa en plena penumbra.

–¿A donde va? ¿No sé perderá? –Pregunte tratando de distinguir hacia afuera.

–Por supuesto que no, solo va a llevarle comida a Darren –Informo.

Realmente no entendía nada, ¿Por que simplemente no le llevaba de este rico guisado recién hecho? O ¿Por qué el refunfuñon no venía a comer con nosotros? ¡Pero que familia de lo más extraña!

El comisario regreso y se unió a nosotras. Reíamos y platicábamos agusto, la verdad la estábamos pasando bien, no obstante, me sentía un poco mal por el amargado. Debía de estar solo allá, sin tener con quién conversar nada más el ruido del viento helado sobre su tejado ¡Que desdicha!

Después de ayudar en limpiar y acomodar los platos, me fui a la cama con Eimy. Nuestra conversación se fue apagando poco a poco, hasta que note que ella ya se había quedado dormida. Traté de hacer lo mismo; sin embargo, a pesar de lo cómoda que estuviera se me hacía imposible hacer lo mismo.

Mis ojos se iban hacia el techo, el cual se hallaba alumbrado con unas luces tenues como adorno, luego de ahí, hacia la mesilla que estaba al costado de Eimy, en donde se encuentra un reloj en que se marcaba las dos de la mañana ¿Tan rápido había pasado el tiempo? Ya por último mi atención la tenía la ventana, que a pesar de tener una cortina, se podia distinguir entre una ranura como los copos de nieve chocaban contra el cristal.

¿Creo que hoy no podré dormir? –Pense– Espero que la mañana llegue rápido, así como llegó la madrugada.

De pronto, escuché unas pisadas afuera ¿Acaso Darren aún estaba despierto? Seguido de eso un grito que jamás en mi vida había escuchado, no parecía humano ¿Quizás un animal? Sonaba muy fuerte, tan fuerte que parecía que ya estaba por romper la ventana.

Tape mis oídos y mire a Eimy quien increíblemente seguía dormida como si nada.

–Eimy –Susurre– Eimy despierta.

Ella se giró hacia el otro lado, ignorado por completo mi llamado y el grito aterrador de afuera. Pasado unos minutos, el alarido terrorífico dejo de oírse y miles de preguntas me invadieron ¿Que es lo que acabo de escuchar? parecía no ser de este mundo, hasta el vello de mi nuca se había erizado.

Mamá siempre me repetía que había heredado la gallardía de mi padre, pues en los momentos más complicados era toda una atrevida en averiguar que ocurría. Me levanté, busque mis zapatos, los ate bien y fui a la salida de la cabaña.

Afuera, ya la tormenta de hace horas había culminado. Encendí la linterna de mi teléfono y comencé a buscar las huellas en la nieve, que para mi sorpresa, parecían ser más grande que un pie humano. Estas daban vuelta a toda la casa y luego tomaban dirección a los alrededores de la cabaña de Darren para luego desaparecer.

–¡Esto es impresionante! –Exclame.

Mire por la ventana empañada de esta otra cabaña. Apenas tenía una cama y una pequeña mesa en el centro con una silla. Ni si quiera parecía tener calefacción ¿Por qué el comisario Hopkins permitía que su hijo viviera de esa manera? Darren no se hallaba dentro y eso me dio más tiempo de husmear un poco. Mientras más me acercaba, más curiosa se volvía la situación, hasta que me percaté que muy a lo lejos se escuchaba una musica.

Caminé en dirección donde venía la tonada y a medida que me iba aproximando pude distinguir que se trataba de Creep de Radiohead . Tome paso directo hacia unos árboles, hasta que estos me abrieron camino a un lago congelado, este se podía ver con más claridad debido a que luna seguía en lo alto del cielo y ella lo alumbraba como si fuese una gran lámpara.

Mire a un lado y vi que la música provenía de una vieja radio que se hallaba colgada en una rama. Escuché un breve chapoteo, mi vista cambio en esa dirección, y lo que presencié me dejó sin habla.

Darren se encontraba completamente desnudo y había emergido del hielo como si fuese algo muy normal para él. Entre abrí los labios haciendo que el vapor saliera de mi boca, al mismo tiempo que sentía que mis mejillas se acaloraban, decidí dar marcha atrás cuidadosamente para no ser oída. Observe el suelo para pisar con cuidado entre las rocas; hasta que note unos pies pálidos y mojados delante de mi.

Subí lentamente la vista hasta encontrarme con la cara empapada del chico arrogante. ¿Como llegó tan rápido? ¿Como pudo oírme?

–Yo...Yo –Trate de hablar, pero la tartamudez me venció, a la vez que esté me acorralaba sin dejarme escapatoria.

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Comments

💖Elismar💋

💖Elismar💋

jajajaja ni siquiera en calzones 😂 sino desnudito se lo consiguió Mel q siga de curiosa, le busco la 5 pata al gato

2023-10-22

0

silvia

silvia

Gallardía valiente jaja eso se llama curiosidad y metida y bueno q se arenga a lo q viene 🙄

2023-09-02

0

silvia

silvia

Lo dicho ellos, saben quien es el chico y la comida q le dan 🤔

2023-09-02

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