Revelación

La nieve sirvió como amortiguador, iba rodando por la bajada empinada de la pendiente. ¿Cómo rayos llegue a la orilla? ¿Cómo se atrevió a soltarme?

Cuando por fin llegue abajo, la mitad de mi cuerpo quedó atrapado en una capa gruesa de hielo escarchado. Traté de salir; sin embargo, me encontraba inmóvil, entonces comencé a cavar, hasta que vi de nuevo a Darren parado frente a mí, observándome con una sonrisa burlona.

–¿Te gusto el paseo?–

–¿Por qué mierda hiciste eso? ¡Casi me matas! ¿Querías matarme verdad? –Proteste.

–¿Matarte? –Repitió–No tengo motivo alguno para hacerlo, además, ponte a pensar Melanie Colleman, si quisiese matarte ya lo hubiese hecho ¿O es que acaso no lo recuerdas?

Me quedé observándolo, al mismo tiempo, esté se agachaba para tener mejor percepción de mi cara.

–¿No lo recuerdas? En el lago, mientras me espiabas cuando me bañaba desnudo –Recordó.

–¡No te estaba espiando! –Protesté.

–El caso es, que estuvimos a solas. Si fuese un asesino te hubiese matado ahí mismo y lanzado tu cuerpo al lago congelado para borrar todo tipo de evidencia –Reafirmo– Entonces porque simplemente no pones tu atención sobre otra persona que no sea yo.

–¡Porque no soy tonta Darren! –Admití–Sé que escondes algo, que eres diferente a las demás personas, que posees una habilidad que ningún otro tiene ¿Qué cosa eres?

Sus manos rodearon mis hombros y con solo un movimiento me sacó de la prisión en donde estaba. Salí ilesa, sin ningún daño. Si esto fue parte de su sentido del humor, pues no daba nada de risa.

Me acerco a él y quedé tan próxima que podía detallar las venas azuladas de su cuello y su cara.

–Ningún ser humano es capaz de resistir al frío como tú lo haces, mira cómo andas vestido. Simplemente con una camiseta como si fuese verano –Recalque–Además esa velocidad, eso jamás lo había visto y lo de la foto también cuenta.

–¿Foto? ¿Qué foto? –Pregunto desconcertado.

Otra vez había hablado de más, me puse nerviosa y ahora sí que me hallaba intimidada antes esos ojos penetrantes y ceño fruncido. Ya estaba aquí, ya no tenía escapatoria, me imaginaba muerta en el suelo cubierta de sangre a causa de un ataque agresivo de su parte.

–Tome una fotografía y casualmente salías tú –Comente preparándome para lo que viniese– Pero vi ese espectro, gigante, oscuro, ¡Sé lo que vi! Eso me hace llegar a una conclusión.

A pesar de todo lo que había revelado en ese instante, Darren seguía pasivo. Tanta tranquilidad me perturbaba. Él se me aproximó aún más, incitándome a revelar la información que tenía retenida.

–Esto comienza a tornarse interesante –Comentó–¿Qué conclusión es esa?

–Tienes pacto con Satán o perteneces a una secta –Revele con miedo, esperando que esté arremetiera contra mí, que me degollara, que me desapareciera de la faz de la tierra; sin embargo, fue todo lo contrario.

Se carcajeó a tal punto que tuvo que sostener la respiración para no ahogarse.

–Ingenua –Se burló–Aunque he de admitirlo, estuviste un tanto cerca.

–¿Qué? –

–Bien, ya que has llegado tan lejos, entonces te involucraré en esto –Soltó– Vamos.

Este empezó a andar y yo simplemente me quedé inmóvil. Tenía que reconocer que aún seguía asustada.

–¿A dónde? –Pregunte nerviosa.

–No voy a matarte ¡No seas estúpida! –Exclamo, y siguió andando a paso rápido.

Me hallaba en medio de la nada y se me acababa de presentar la oportunidad de saber todo ¿O era una trampa? Muchas dudas tenía en mi cabeza, pero una cosa era segura, si me quedaba aquí, moriría congelada de todas formas, así que, lo seguí.

Tomamos un tramo largo, este no hablaba ni procuraba saber si yo le seguía el paso, únicamente seguía recto y seguro por un camino con pocos árboles cuyas copas se encontraban perladas por la escarcha del hielo. Cuando desembocamos en un cruce, visualice su cabaña ¿Me estaba llevando de vuelta?

Abrió la puerta de la misma y me invitó a pasar para luego cerrar con seguro, gesto que me hizo reflexionar sobre si hoy iba a vivir o morir. Me senté en la única silla que esté tenía dentro, mientras él tomaba un gran tronco que se hallaba cerca de la ventana y se sentaba. Su cabaña no era nada acogedora, hacia el mismo frío afuera que adentro.

–Bien, estoy abierto a ti –Comento–Pregunta lo que te venga en gana.

–¿Cómo sé que lo que me digas no serán puras mentiras? –Cuestione tratando de jugar a su juego de misterio.

–No sé cómo justificarte eso –Admitió– Te contestaré todo, allá tú si me quieres creer o no.

Era todo o nada, Darren era muy astuto sabía cómo manipular, no obstante, trataría de tener las riendas de la situación.

–¿Eres humano? –

–No –respondió él, lo que causó que mi corazón latiera rápido a tal punto de querer escabullirse por la boca.

–¿Entonces que eres? –

–No lo sé –Reveló– No conozco a nadie que sea como yo, solo sé que poseo habilidades que otros no.

–¿Tienes alguna relación con el Wendigo? –

–¡Estúpida niña terca! Ya te dije que el Wendigo no existe –Recalco sarcástico.

–¿Entonces la sombra que vi en la foto que es? –Dije devolviéndole el doble de su arrogancia– Porque déjame decirte que por la descripción es igual a un Wendigo.

–No se trata del Wendigo –Informo–Es mi padre de manera espectral.

–¿Tu padre? –

–Es lo que parece–Aseguró– Aún no logro que hable para que me explique todo este embrollo.

–No tiene lógica –Admití– Porque él no está de manera física pero tú sí…

–Por el simple echo de que el uso otro cuerpo para procrearme con una humana y de esa unión nací yo –Doblego– Mis padres terrenales están en Cirus, me abandonaron a mi suerte por ser anormal, por ser diferente al resto de su especie, por ser una abominación maldita de la naturaleza.

Entonces en pocas palabras, si Darren no pertenecía a este mundo ¿Qué era? El tema era que si este ser existía ¿Sería el mismo que atacó a mi abuela? ¿El que me atacó a mí? Así que decidí abordarlo de otra manera para que él soltara todo lo que quería descubrir.

–Si has vivido toda tu vida en esta ciudad y no eres el asesino debes de saber ¿Quién es el atacante? –Pregunté– Ha habido muchos asesinatos, se metieron a mi casa, intentaron matar a mi abuela y a mí también.

–No sé –dijo y noté un poco de inseguridad en su voz.

–Darren, no me estás siendo del todo sincero ¿Fuiste tú el que nos atacó? –

Él me observó desde la pequeña claridad que quedaba en la ventana. Parecía estar guardándose algo, no obstante, pronto lo iba a saber.

–Está bien, soy culpable de algunas cosas, pero no de eso –

–¡Explícate ahora! –Exigí.

Hubo unos minutos de silencio, hasta que esté por fin contesto:

–Yo fui el que se comió tu dedo y el que te mordió mientras dormías –

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***