Reclamo

Desde ese momento no quise despegarme de mi abuela, tenía miedo de que si lo hacía esa cosa volvería.

Mientras ella por fin pudo conciliar el sueño a mi lado, yo solo pensaba en que debía a toda costa informar este evento a la policía, y con ello entregar toda la información, inclusive el periódico que hallé del señor Thomas.

Cuando no más se puso el sol, tome todo lo que necesitaba y me fuí. Claro antes de eso, le informe a mi madre que por nada del mundo dejará a mí abuela sola.

Caminé hacia la comisaría; sin embargo, al llegar me percate de que todos los oficiales salían de prisa. Entre la multitud divisé a la amable recepcionista que me atendió aquella vez y me acerqué lo más rápido que pude.

–Hola, necesitó de... –

–Lo siento pequeña, pero estamos muy atareados. Hubo un incidente en la avenida Fénix, se necesitan muchos refuerzos –Comento.

–¡Oh entiendo! ¿Y el comisario Hopkins también está allá? –pregunté sabiendo que era algo obvio, no obstante, me lleve una gran sorpresa.

–No, el comisario está en su casa de la colina. Me tengo que ir querida –dijo subiendo a su auto.

La vi marcharse, y me quedé ahí un rato pensando en que hacer. Si, me encontraba desesperada, y debía resolver esta situación costará lo que costará.

Mi vista se alzó mirando hacia el pico de la montaña, en donde la niebla cubría casi la mayoría del bosque ¿Quizás llevándole la evidencia al comisario Hopkins podría conseguir aunque sea una poca ayuda? O ¿Quizás yendo con él, encontraría respuesta?

Cubrí muy bien mi cuello con la bufanda morada que mi abuela había tejido para mí y acomode mi abrigo para que el frío no me fuese afectar, así que, comencé a andar hacia allá.

Entre al bosque y con ayuda del teléfono me fui guiando para no perderme ¡Solamente al comisario se le ocurre vivir tan lejos de la ciudad!

«Gire a la izquierda» anuncio la voz de Google maps.

A lo que obedecí de inmediato, llegue a la final de un Valle en donde una escalinata se interponía en el camino. Comencé a subir tramo por tramo y cuando la respiración me faltaba descansaba. A medida que subía el frío empeoraba, pues literalmente se comenzaba a evidenciar nieve.

–Pero que mal gusto vivir en un sitio en donde el hielo no se va nunca –opine.

Llegó un momento en que los pies se me hundían en la fina nieve, como si fuese una trampa. Ya tenía los pantalones empapados al igual que los zapatos y los calcetines.

Cuando por fin estuve en la planicie pude divisar una cabaña a unos cuantos metros. El humo salía de su interior y un olor a comida se alcanzaba a apreciar.

Llegue hasta la puerta, y toque la puerta de roble marrón; sin embargo, nadie abrió aunque insistí varias veces. Di vueltas alrededor de la misma, pero no había evidencia de ninguna persona.

–¡Demonios! –Proteste.

–¿Que haces aquí? –

Al girar vi al hijo del comisario a una distancia prolongada a mi. Este cargaba una ropa tan delgada que me impactó y me hizo preguntar ¿Como podía aguantar este frío tan infernal?

–Pues... Ando en busca de tu pa...–

–El no está –Contesto con arrogancia y mirándome fijamente.

Yo tambien lo mire retórica y me crucé de brazos.

–¡Pero que arrogante! –

–¿Y a mi que? Ni que conviviera contigo –

De pronto, su hermana apareció tras él, a diferencia de esté, ella portaba más cortesía y amabilidad.

–Hola, vaya te estás congelando –dijo aproximándose a mi– Darren ve a preparar el fuego, necesita calentarse un poco.

–Que se vaya por donde vino –Sugirio este.

Me llene de enojo y respondí con la misma prepotencia que él.

–No me iré hasta ver al comisario Hopkins –

–Por más razón, ven conmigo –dijo ella aproximandome a la cabaña– Soy Eimy por cierto y el amargado es mi hermano Darren.

–Un gusto soy Melanie –respondi sentándome cerca de la chimenea.

Ella observó mi ropa con detenimiento para luego decir: Iré por mantas no me tardo.

Afirmé y mientras volvía, analice un poco la situación. Esperaría aquí al comisario y cuándo llegará le explicaría lo del periódico, me disculparia y le comentaría que solamente quería tener un recuerdo del señor Thomas ¡Uy esperaba sonar convincente con esto!

Por un momento mire hacia la ventana y para mí mala suerte, Darren se hallaba aún afuera cortando leña. Podía ver cómo sus músculos se tensaban cada vez que la madera era presa de su hacha, parecía que hacia su labor con enojo. Este se me quedó mirando, dándose cuenta de que lo estaba observando, sentí un poco de vergüenza, pues me había dejado llevar por mis pensamientos, sin saber que tenía toda la atención en él.

Eimy llegó con las mantas y me cubrió con ellas, dándome un té caliente como bono extra.

–¡Muchas gracias! Esta muy rico –Halague dando un gran sorbo que casi quema mi lengua.

–Y cuéntame ¿Por qué buscas a mi padre? –preguntó curiosa.

No sabía si contarle la información que traía, a la final decidí responderle sin mayor detalle.

–Hubo un altercado ayer en mi casa y necesito que se resuelva –

–Ah, ya veo –Comento tratándo de encender la chimenea –Eres muy valiente por venir sola hasta aquí, créeme a veces quisiera vivir en la ciudad, la escalinata de abajo me mata.

–¿Y por qué no se mudan? –Cuestione y está hizo un gesto de fastidio.

–Le he dicho a mi padre, pero el simplemente no quiere –Reveló– Creo que tiene una leve obsesión con el hielo.

Eimy se carcajeo a lo que también no dudé en imitar, no obstante, nuestras risas se apagaron cuando Darren se arrecosto en el marco de la puerta.

–Papá está tardando mucho, deberías verlo mañana en la comisaría –Comento.

¿Por qué tanto empeño en que me fuera? ¡Que terco y arrogante era!

–Lo siento, pero necesito verlo hoy –Declare–Llegue hasta aquí, y de aquí no me pienso mover hasta hablar con él.

Y la tensión creció entre nosotros, podía ver cómo su respiración se había agitado de repente, haciendo que su pecho subiera y bajará ferozmente. De un momento a otro se aproximó, sin importar que su hermana estuviese a mi lado. Sus ojos se clavaron en los míos y cada una de sus manos rodearon la silla donde yacía sentada. Entre abrió sus labios y con voz gruesa parafraseo un dicho que me dejó petrificada

–Estas metiéndote en la boca del lobo, caperucita roja –

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***