Descubrimiento

Su piel parecía resplandecer entre la leve oscuridad. Mi boca se abrió de repente, ya que, al tenerlo tan cerca hizo que mi respiración se acelerará un poco. Me sentía nerviosa, sumamente nerviosa y la principal razón era porque este mostraba su desnudez sin importar que yo estuviese en su presencia. ¡Era tan intimidante! ¡Tan misterioso!

Procure no mirar hacia abajo, pues no quería toparme con la sorpresa de ver lo que su desnudez traía consigo. Así que, simplemente lo mire a los ojos llevándome un poco de confusión, puesto que en contra luz se veían de otra tonalidad de color ¿Rojo? Y el otro ¿Azul? ¿Qué era esto? ¿Acaso era parte de una ilusión óptica?

Estaba tan próximo a mí que su respiración chocaba contra mi mejilla, formando en mi interior, un torbellino de sensaciones. Cuando ya me encontraba a punto de pedirle que se quitará para poder marcharme, este se me adelantó, poniendo su boca sobre mi oreja y en un susurro dijo:

–¿Acaso me estabas espiando? –

–No... Simplemente fue una coincidencia –Comente, mientras nuestras narices estaban que se tocaban.

–¿Coincidencia? –Repitio carcajeandose– ¿Que hace una chica tan frágil, a las tres de la mañana a la mitad de un bosque helado?

¡Frágil! ¡Estúpido petulante!

–Eso mismo te pregunto yo a ti –Contradije en el mismo nivel de su sarcasmo–¿Qué haces a esta hora? Bañandote des... En esa agua tan fría, ni pareciera que fueses de este mundo ¿Cómo llegaste tan rápido hasta aquí?

Tantas preguntas, pero ninguna respuesta de su parte. Él sonrió de medio lado, como si todo lo que le dije fuese gracioso.

–Me estoy helando, necesito que me des permiso –

Fue entonces que esté hizo algo muy extraño, sus labios fríos recorrieron mi mejilla, hasta ascender por mi cuello, como un tipo de olfateo y luego un sonido de complaciencia de su parte, como si mi olor le agradará. Ante tal acto, mi cuerpo quedó inmóvil y aunque yo quisiera moverme este no cedía. Los vellos de mi cuerpo se erizaron, mandándome una leve descarga eléctrica por toda mi piel ¿Que rayos estaba pasándome? ¿Que demonios era esto?

Pude percibir lo único que estaba cálido en su cuerpo, que era su lengua. Parecía estar probandome de alguna manera.

–Da...Darren –Solte cuando por fin pude soltar palabra.

Su respiración se hizo más acelerada, y poco a poco no se fue sintiendo más. Su mano que yacía en mi costado había desaparecido y me di cuenta que ya se encontraba a una distancia prolongada a mi con su ropa en mano a punto de vestirse.

–No vuelvas aquí –

En su voz se escuchaba un leve toque amenazante, trataba a toda costa de transmitirme miedo.

–No te quiero volver a ver aquí, ni mucho menos a lado de Eimy –Continuo– O habrá consecuencias.

Y sin más tomo su radio y se marchó. Esto no era normal, algo estaba pasando aquí y debía averiguarlo. No debía temer, aunque de su boca salieron amenazas.

Como pude volví a la cabaña, entre y Eimy seguía como la había dejado ¿Cómo podía dormir con todo esto pasando a su alrededor? ¿Quizás debía de saber cosas que yo no? Podría averiguar a través de ella mientras le ofreciera mi amistad. Cubrí muy bien mi cuerpo, a la vez que mi mente divagaba con las imágenes de Darren cerca de mí, olfateándome, lamiéndome como un perro al degustar su presa ¿Qué clase de humano hace eso?

Mi abuela muchas veces decía que esta ciudad escondía sus misterios sobrenaturales y lo que acababa de ocurrir hoy, era uno de ellos.

Me levanté muy temprano ya cuando el comisario preparaba café y Darren estaba como si nada cortando la leña. Este me miró de manera odiosa a través de sus mechones de cabello que caían sobre su cara. Lo ignoré por completo y me senté para recibir el desayuno junto a Eimy.

–¿Y como dormiste Mel? –Pregunto el comisario pasándome mi plato.

–Bien –Mentí– Aunque escuché un ruido de lo más extraño.

–¿Un ruido? ¿Qué clase de ruido? –Pregunto él, untando mantequilla a su pan.

–No sé cómo describirlo. Es la primera vez que oigo algo así, fue como un grito –Describí– Pero no parecía de persona, era un alarido grueso y como enfadado.

–En serio Mel ¡Pero que miedo! –Exclamo Eimy– Menos mal no lo escuché porque sino me hubiese orinado del terror.

–Debió de ser un reno –Aclaro el comisario–Hay muchos de ellos en estas montañas, y hacen sonidos extraños cuando están en época de apareamiento.

¿Un reno? ¡Un reno no hace semejante ruido espeluznante! Afirmé de manera que pareciese convencida y me apresure en terminar de desayunar.

Ya lista, me despedí de Eimy prometiéndole que nos volveríamos a reencontrar y subí al Jeep del comisario.

–Darren, mientras vuelvo, pon más leña al fuego y revisa la ladera. Hay que capturar a ese reno para la cena –dijo Hopkins desde el volante a su hijo.

–Lo que tú órdenes padre –Afirmo Darren.

–¿Y no piensas despedirte de nuestra invitada? –

¡Rayos que incómodo! Este me miró con cara de pocos amigos y se vio obligado a despedirse con un corto y frío "Adiós"

–Igualmente –Respondí con una sonrisa fingida. Y se perdió de mi vista cuando el comisario dio marcha a su vehículo.

El Jeep estaba equipado para bajar la montaña y en un ciantamen estuvimos en carretera. Faltaba camino para llegar, así que, aproveche en preguntar algunas incógnitas sobre mi estadía en ese lugar.

–Aún no entiendo cómo hace para soportar tanto frío –

–Me he acostumbrado. Es mi hogar Mel, siento que abandonarlo no sería opción para mí –Comentó– Construí esa casa junto a mi esposa y es lo único que me queda de ella.

–Entiendo –dije con voz pasiva– Debe ser muy difícil para los chicos convivir de esa manera, pero es tanto el amor que sienten por usted que son capaces de soportar todo. Eimy es un ejemplo de ello.

–Si, mi pequeña Eimy. Astuta y valiente como su madre, muchas veces le he pedido que viva en casa de su abuela; sin embargo, ella no quiere –dijo en un suspiro– Dice que no quiere dejarme porque sería un desastre sin su presencia.

Este se carcajeó e hice lo mismo.

–Por cierto, ella me comentó que Darren no es su hermano –dije de manera curiosa– Lo sospeche desde que lo vi, es que me va a disculpar, pero es muy amargado al contrario de ustedes.

–Es cierto, no te lo voy a negar –dijo riendo– Pero de igual manera lo amo como mi hijo.

–Es un gran padre comisario Hopkins –Halague– Debe de ser difícil para él adaptarse a un nuevo ambiente siendo adoptado.

–Bueno, Darren siempre ha sido muy tranquilo. Desde que lo encontramos se supo adaptar a nosotros de inmediato –Reveló.

¿Encontrar? Esto se estaba tornando mucho más interesante.

–¿Entonces su hijo no es adoptado formalmente? –

–No, mi esposa lo encontró en una cuna en el bosque, cuando el frío estaba más insoportable–Relató– Ella de inmediato se enamoró de él, y decidió acogerlo como nuestro hijo, ya que, sus padres biológicos jamás aparecieron para reclamarlo.

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