Capítulo XIX

Euforia, era el sentimiento que habitaba en el cuerpo de Frederick Pussett. Esa sensación estaba abriendo un camino de esperanza para él.

El color rojo en el rostro del chico que hoy había descubierto una maravillosa forma de sentir, parecía permanente y Susan Belf parecía estar orgullosa de ser la responsable de ocasionar ese rubor.

Frederick sujetaba la mano de Susan con más firmeza, mientras ambos seguían en silencio hundidos en sus propios pensamientos.

—Chófer—Llegamos, señorita Belf.

—Susan—Gracias.

Susan levantó su cabeza del hombro Frederick.

Al bajar del auto, al caminar y al entrar por la enorme puerta de la mansión, sus manos seguían unidas. Un cosquilleo en el estómago, era lo que provocaba en ellos, aquel tacto.

—Kate—Frederick, hijo.

Lo llamo, cuando lo vio entrar por la puerta, caminó hasta él y dejo un beso en cada mejilla de Frederick con un gran afecto fingido, claro está. Luego su mirada paso a su acompañante.

—Kate—Susan, me alegra qué estés aquí.

—Susan—Señora Kate, también es muy agradable para mi verla.

Vaya qué había ironía en sus palabras.

—Margot—Hola Frederick.

Esa voz que se escuchó detrás de Kate Pussett, llamó la atención de la pareja.

Una sonrisa radiante era la que mostraba Margot al mirar fijamente los ojos de Frederick. Se acercó a él y dejo un beso en su mejilla, sin darle tiempo de un rechazo.

Frederick apretó un poco más la mano de Susan.

—Frederick—Hola.

—Kate—Margot querida, deja que te presente formalmente a la "ahora", prometida de Frederick.

Remarcó la mujer.

Margot extendió su mano con amabilidad, aunque detrás de esa máscara solo escondía hipocresía.

—Margot—Anoche tuve el placer de cruzar unas cuantas palabras con usted, señorita Belf.

—Susan—Claro.

Se limitó a responder, pues era obvio que no estaba contenta con la presencia de tal mujer.

—Kate—Por favor siéntanse con nosotras. Un poco de compañía nos caería bien.

Kate miro a Margot con una sonrisa.

—Kate—¿No lo crees Margot?.

—Margot—Por supuesto.

Frederick giro su rostro hacia Susan, como si esperara su permiso antes de hacer un movimiento.

Algo que provocó qué Margot hirviera de celos.

—Susan—Claro, nos tomaremos un momento con ustedes, antes de continuar con nuestros compromisos.

La empleada qué esperaba al pie de la puerta se acercó hasta la pareja y sirvió dos tasas de café.

—Margot—¿Compromisos?. Hace algunas horas qué apenas se comprometieron y ya tienen compromisos juntos.

Margot endulzó las palabras con su tono de voz.

—Susan—Bueno, hay muy poco tiempo para ver los detalles de nuestra boda, ya qué se celebrará en dos meses.

Respondió con toda tranquilidad, antes de darle un sorbo al líquido caliente, pero sin quitar su mirada filosa de la desagradable mujer.

La sonrisa de Margot pareció perder su brillo. Y la sonrisa de Susan Belf se amplió.

Kate apretó la tasa qué sostenía en sus manos.

—Kate—¿Dos meses?. Bueno, pero ese es muy poco tiempo.

—Susan—Para nosotros es perfecto.

Respondió de inmediato.

—Kate—Claro.

Kate alzó una ceja mientras fijaba su mirada en la sonrisa de Susan. No era la primera vez que la tomaba por sorpresa y eso la estaba matando de rabia.

Lo más grave de todo era que Susan Belf, estaba sacando de su control a Frederick.

—Kate—Bueno, ya que cuentan con muy poco tiempo, me gustaría ser de ayuda.

—Susan—Le agradezco su intención, señora Kate. Pero no hará falta, mi madre ya se está haciendo cargo de todo lo necesario.

—Kate—Supongo que tu madre debe de estar muy feliz por tu pronto matrimonio, ya sabes, una madre siempre apoyará hasta las decisiones menos acertadas de sus hijos.

—Susan—Concuerdo con usted. Una madre es capaz de apoyar en todo, hasta en la más nefasta de las acciones que pueda tener su hijo. Así de ciego es el amor de madre.

Kate frunció los labios y después sonrió.

Susan se preguntaba cuanto tiempo sostendría esa falsa sonrisa.

—Frederick—Nosotros debemos retirarnos, tía.

Dejo la taza en la mesa y se levantó y Susan le siguió.

—Susan—Espero verla en mi boda señorita Margot.

Dijo con toda la intención de molestar.

Margot salió de su trance y asintió con lentitud.

—Margot—Estaré encantada de asistir.

Dijo con amargura.

Susan caminaba en silencio, detrás de Frederick. Sentía un remolino de emociones en el pecho, esta era la segunda vez que el desagradable sentimiento de los celos se adueñaba de su tranquilidad.

La primera vez fue la noche anterior, cuando vio a esa mujer colgada del brazo de su hombre.

—Frederick—E... Es por este pasillo.

Susan se detuvo a medio camino, dejando extrañado a Frederick.

—Susan—Frederick ¿Margot es importante para ti?.

Pregunto con curiosidad.

—Frederick—No.

Respondió seguro.

—Susan—¿Alguna vez lo fue?.

—Frederick—Sí.

Esa respuesta avivó de nuevo aquel horrible sentimiento en Susan.

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Comments

PATUBELA

PATUBELA

Que suerte que Susan es audaz y nada tonta, aparte de ser la hija de Olivia...eso le dificulta los planes a Kate, de no ser así, ya esa bruja se la habría devorado completa!

2023-07-05

14

Maris Benitez

Maris Benitez

Susan tiene que ser astuta con ese par de víboras 🐍🐍🐍 Humm 🤔 me parece que Susana está un poquito celosa de Margot 🤪🤪🤪🤪🤪

2025-04-15

0

Olga Ortiz

Olga Ortiz

estoy muy de acuerdo menos mal Susana tiene una súper personalidad, eso los ayudará a los dos a vender a esa bruja

2024-08-20

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