Estando frente a la puerta, Frederick giro el picaporte y la abrió con cautela.
Hall Pussett se encontraba recostado sobre su amplia cama, con un semblante demacrado.
—Hall—Frederick.
Frederick camino hasta el pie de la cama.
—Frederick—¿Cómo te sientes hoy?.
Hall quiso enderezar su cuerpo, para poder apreciar mejor a Frederick; sin embargo, las pocas fuerzas con las que contaba, no se lo permitieron. Así que solo hizo el intento de sonreír.
—Hall—No me queda más fuerzas para continuar.
Hablo con franqueza.
Frederick soltó todo el aire retenido en sus pulmones y con pasos lentos, se acercó a su padre convaleciente.
—Hall—El abogado ya tiene mis indicaciones...
—Frederick—Padre...
—Hall—Apóyate en tu tía Kate y tu primo Archi, ellos serán de mucha ayuda para ti, cuando yo no esté.
Frederick asintió, queriendo darle un poco de tranquilidad a su padre.
—Frederick—Está bien. Yo te prometo que haré todo mi esfuerzo, para que la empresa continúe como hasta ahora.
—Hall—Confío qué así será, Frederick.
Hall giró su rostro hasta la mesa de noche, donde se encontraba el retrato de su amada esposa.
—Hall—Pronto estaremos juntos, mi amada esposa.
Frederick miro el retrato de la mujer que nunca llego a conocer, de la que nunca sintió un abrazo cálido y miradas llenas de ternura.
El resto de la tarde, Frederick se quedo en la habitación cuidando de Hall.
Sentado frente a la cama, traía a su mente el efímero momento en el que pudo apreciar aquellos ojos grises y con tinta negra, plasmo entre las hojas blancas de su cuadernillo, esos ojos que producían alocadas emociones en su corazón.
En el despacho, Kate Pussett miraba con rabia el testamento de Hall Pussett.
—Archi—¿Para qué querías verme?.
Le cuestionó, antes de sentarse frente a ella.
Kate le entrego los papeles a su hijo Archi.
El hombre abrió los ojos con sorpresa y evidente molestia, al leer la primera parte de los papeles.
—Archi—¿Solo recibirás el 10% de las acciones de la empresa y yo nada? ¡Esto es una maldita burla!.
—Kate—Eso no es todo, terminar de leer el resto.
Luego de revisar cada parte de las hojas, las arrojó con inquietud.
—Archi—Ese viejo está loco.
—Kate—Podemos tomar esto a nuestro favor.
—Archi—¿Quién en su sano juicio, querrá desposar a un anormal como Frederick?.
—Kate—No te preocupes, ya tendré a alguien en mente. No nos quedaremos sin nada. El resto de las acciones de la empresa H&H estarán a tu nombre.
—Archi—Ojalá sea pronto.
Kate guardó los documentos bajo llave, en uno de los cajones del escritorio.
Archi se recargó en el respaldo y se llevó las manos a su abundante cabello.
Al ver el semblante triste en el rostro de su hijo, Kate mostró mucho interés.
—Kate—¿Pasa algo?.
—Archi—Susan quiere romper nuestro compromiso.
—Kate—¡¿Qué?!.
Desesperado y con la quijada tensa, Archi se levantó de golpe.
—Archi—No la puedo perder.
Kate se levantó y camino hasta su hijo.
—Kate—No lo harás. Esa mujer será tuya, cariño.
Dijo acariciando el cabello de su hijo.
Archi asintió.
En la villa Belf Hertford.
Susan se miraba frente al espejo cada detalle del vestido que llevaba puesto, para esa noche.
—Tanya—¡Wow! Es muy hermoso.
—Susan—Claro que lo es. ¿O alguna vez has dudado de mi buen gusto?.
Tanya soltó una pequeña risa.
—Tanya—¡Nunca!.
Tanya se paró a lado de Susan y recargo su cabeza en el hombro de ella.
—Tanya—Quisiera poder decirte que lamento tu ruptura con Archi. Pero la verdad es que me hace tan feliz que hayas terminado con ese idiota petulante.
Susan soltó un suspiro y recargó su cabeza en la de Tanya.
—Susan—Al menos a ti, si te pude hacer feliz con mi decisión.
Dijo con una sonrisa.
—Tanya—Ahora que resolviste ese asunto, vuelve conmigo a París.
—Susan—Por ahora no puedo, debo de concentrarme en mi sueño de crear mi propia marca de ropa. Y tú, debes esforzarte en ser esa exitosa y reconocida arquitecta qué siempre alardeabas qué serias.
Tanya hizo un puchero.
—Tanya—Cuando me vaya, te extrañaré horrores.
—Susan—Procuraré viajar a París, cada vez que me necesites.
El teléfono de Tanya sonó y después de leer el contenido, soltó un suspiro cargado de desilusión.
Lo que llamo la atención de Susan.
—Tanya—Es Theo. Cancelo su vuelo a Londres y no podrá acompañarme en mi celebración.
Susan bufo con fastidio.
—Susan—¡Es un idiota!.
—Tanya—¡Susan!.
—Susan—¿Qué? Sabes que tengo toda la razón.
—Tanya—Claro que no. Es solo que está muy cargado de trabajo últimamente y...
—Susan—Patrañas.
—Tanya—Y además no puede negarse a quedarse de último momento, se esforzó mucho por conseguir ese empleo...
—Susan—Claro, porque nadie quería contratar a ese ser tan patético.
—Tanya—¡Susan!.
—Susan—Está bien, ya no ensuciaré mi boca con el nombre de ese...
—Tanya—¡Susan!.
Tanya la miro mal.
—Susan—Bien, ya entendí...
Tanya se sentó en la esquina de la cama. Susan caminó detrás de ella y se sentó a su lado.
—Susan—Vamos, cambia esa cara Tanya. Nadie nos echará a perder esta noche, donde tú y yo, nos divertiremos a lo grande.
Susan se levantó y tiro de la mano de Tanya.
—Susan—Además ya quiero ver tu rostro cuando veas tu sorpresa.
Tanya entrecierro los ojos al verla.
—Tanya—No será otra vez el cuarteto de hombres vestidos de policía, qué contrataste para mi cumpleaños. ¿Verdad?.
—Susan—No. Es algo... Diferente. Aunque, pensándolo bien debí haber contratado de nuevo a esos chicos. Creo que el uniforme de bombero, también le quedaría bien a esos cuerpos llenos de músculos.
Tanya rodó los ojos.
El sitio donde se llevaría a cabo la fiesta de Tanya, estaba en su máximo de gente. Susan Belf era una de las chicas más populares en su círculo social, sus fiestas siempre solían ser la sensación en la sociedad.
Years & Years/ Desire resonaba en el lugar.
Susan tomó dos copas de champán y dejo una en la mano de Tanya.
—Susan—¡Disfrutemos esta noche!.
Soltó con emoción. Tomo la mano de Tanya y la arrastró hasta el centro.
Entre el baile y los sensuales movimientos de ambas mujeres, de un momento a otro, apareció un chico pelinegro frente a ellas, robando la atención de Tanya.
—Tanya—¿Zachary?.
Susan sonrió.
—Tanya—Susan ¿Qué hace el aquí?.
Pregunto nerviosa.
—Susan—Llego esta tarde. Al parecer se quedará unos días en Londres, en la villa.
—Tanya—¿Qué?.
—Susan—Deberías ir a saludarlo, es tu fiesta y es de mala educación no saludar a tus invitados.
Tanya la miro mal.
—Tanya—¿Lo invitaste con un propósito?.
—Susan—¿Qué?. Claro que no, como crees.
Respondió desviando la mirada.
—Tanya—¡Susan!.
—Susan—Hay vamos Tanya, ya supera lo que paso la última vez, estoy segura de que Zachary ya lo hizo.
—Tanya—¿Estás segura?.
—Susan—Por su puesto. Ya dejo atrás ese día en el que lo rechazaste en tu fiesta de cumpleaños frente a todos, cuando te declaró su amor... Aunque yo aún guardo el video de ese momento tan bochornoso.
Tanya se tapó la cara de vergüenza.
—Tanya—Aun no puedo creer que hayas grabado esa situación tan vergonzosa.
—Susan—Fue un momento épico, qué debía quedar guardado en la historia de los Belf.
Dijo con burla.
Tanya negó con la cabeza.
Zachary no desviaba la mirada de la silueta de Tanya.
—Tanya—Como sea, espero que no se te ocurra la brillante idea de dejarme a solas con él.
Murmuró Tanya, cuando vio a Zachary caminar hacia ellas.
Susan sonrió y escondió su mano por la espalda al cruzar los dedos.
—Susan—Lo prometo.
Zachary había llegado a lado de Tanya y Susan, con un pequeño regalo en sus manos.
—Zachary—Hola Tanya...
Tanya sintió que el mundo se detuvo, en el momento que Zachary le sonrió.
Y al parecer, para Zachary fue igual.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
Frederick Pussett.
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Comments
Maris Benitez
Frederick tienes enemigos ambiciosos a su alrededor su tía y su primo, parece que él está enamorado de Susan y a ella también le llama la atención su personalidad está entregadísima 😅
2025-04-15
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Natalia Beatriz Leguizamon
creo que no lo van a ayudar
2024-08-15
1
Emiux Emiux
Oh oh!!! Huele a arpia oportunista 😡😡
2024-08-15
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