Capitulo XV

Algunos invitados se acercaron a felicitarlos y entre ellos Kate Pussett, quien llegó del brazo de Archi.

—Kate—Es una buena noticia.

Dijo ella, fingiendo estar feliz.

—Kate—Aunque me hubiera gustado que lo habláramos en el despacho, antes de hacerlo público.

—Susan—Creó que la decisión del matrimonio solo nos compete a Frederick y a mi.

Archi apretó la quijada con fuerza.

—Kate—Claro, pero Frederick es un hijo para mi y como tal, me hubiera gustado que contará con mi aprobación.

—Susan—Lamento que no haya sido así.

Kate frunció los labios cuando se quedaron conversando solos.

—Kate—No hace mucho que rompiste el compromiso con mi hijo y ahora nos has puesto en boca de todos, con esto.

Hablo molesta.

—Archi—Dejas nuestra reputación en tela de juicio.

Refutó Archi.

—Susan—Bueno, ya que ustedes no hicieron público el rompimiento, me tome la libertad de hacerlo a mi manera.

El enojo que Kate retenía era grande, sin embargo, sonrió y endulzo su mirada para Frederick.

—Kate—Frederick hijo, me gustaría que pudiéramos hablar en privado.

—Susan—Esa conversación tendrá que esperar hasta mañana. Mi prometido y yo estamos muy agotados y queremos descansar.

Ignorando las palabras de Susan, Kate no quitó la vista Frederick, esperando una repuesta a su favor, pero el chico tomo con firmeza la mano de Susan y sonrió.

—Frederick—Lo siento, tía. Pero... Podemos dejar esa plática para mañana.

El fuego que Kate echaba por los ojos divertieron a Susan.

—Susan—Por cierto, le agradezco su preocupación y el cariño que le proporcionó a Frederick por varios años, pero ya no hará falta, "tía". De ahora en adelante, yo cuidare de mi futuro esposo.

Kate apretó el brazo de Archi con fuerza.

—Kate—Por su puesto, querida.

Dicho aquello, la pareja se despidió y camino hasta la salida para retirarse del lugar.

Pero en cuestión de segundos, Archi había llegado a ellos.

—Archi—Susan hablemos.

Le exigió. Archi estaba furioso, ella podía escuchar el rechinido de sus dientes.

—Susan—No veo para que.

—Archi—Susan...

Cuando Archi quiso acercarse a Susan, Frederick tomo valor y se puso delante de ella.

Ante eso, Archi se burló de él.

—Archi—Crees qué tu puedes detenerme...

Se acercó de manera intimidante, quería descargar su enojo y su frustración, pero el chico escuálido no demostró miedo.

Archi volvió a burlarse.

—Archi—Lástima, es lo única que causas en ella y cuando termine de jugar contigo, regresará a mí, un hombre de verdad. Ten siempre presente eso.

Escupió con enojo para Frederick, clavando la duda en el chico.

—Susan—Eso jamás pasará, tenlo por seguro.

Cansada de los insultos de Archi, Susan tomó de la mano a Frederick y tiro de el, para alejarse de ahí.

Ya en el auto, el chico sopesaba en las palabras de Archi.

—Susan—Olvida todo lo que Archi haya dicho.

Frederick desvío su mirada hacia la ventana, el reflejo de su rostro en ella, apago más la felicidad que hace una hora había alcanzado.

Susan tomo su mano y entrelazó sus dedos con los de él.

—Susan—No eres un juego para mí, mon chéri.

En la villa Belf, en la habitación de Susan, luego de cerrar la puerta, ella se deshizo de las zapatillas altas y camino hasta el peinador.

Frederick se quitó el saco y observó la habitación nervioso. Esta era la segunda vez que estaba ahí, pero ahora como el prometido de Susan.

Frente al espejo, Susan bajo el cierre de su vestido y dejo que callera por su propio peso hasta el suelo, dejando ver su sensual lencería.

Las diminutas prendas, habían robado el aliento de Frederick. Cada centímetro de su silueta era recorrido con la mirada del chico.

Susan podía ver el rostro del rubio y el deseo en sus ojos, por el reflejo del espejo.

—Susan—Puedes ver todo lo que quieras.

Dijo un poco divertida.

El chico desvío la mirada sintiéndose avergonzado.

Ella se dio media vuelta y se recargó en el peinador, Frederick había bajado la vista al suelo evitando mirarla a los ojos.

—Frederick—Lo... Lo siento.

Expreso con timidez.

Ella camino hasta él y lo tomo de la barbilla para levantar su rostro.

—Susan—¿Por que lo sientes?. Pronto seré tu esposa. Y esta no será la única vez que podrás verme así.

Pronunció con una voz aterciopelada y termino con toque de sensualidad.

Acortó la distancia entre sus bocas con pequeño roce, fascinante sensación que era la gloria para Frederick.

Las manos inquietas de Susan buscaron los botones de la camisa negra de Frederick y uno a uno, comenzó a desabotonarlos, hasta llegar al último. Su caricia sobre el pecho blanco de Frederick fue suave y lenta.

Él sintió como se erizaba su piel y el corazón comenzó a latir como un caballo desbocado.

Susan tenía su atención puesta en los ojos de Frederick cuando desabrocho el botón de su pantalón y su mano se escabullo dentro de la prenda.

Él trago en seco y cerro los ojos con fuerza.

La mano de Susan, se deslizó sobre lo largo de la hombría endurecida y la boca entre abierta de Frederick, emitió un gemido.

Complacida por lo que provocaba, se adueñó por completo de la boca del Frederick. Su lengua recorrió cada rincón, hasta que el beso se cortó, cuando el aire se volvió escaso en sus pulmones.

El corazón de Susan latía al mismo ritmo desenfrenado que el de Frederick.

—Frederick—Yo... Yo....

—Susan—Shh, lo se...

Murmuró a unos milímetros de su boca, mientras desabrochaba su sostén.

Cuando la prenda calló, él pudo apreciar con fascinación el torso desnudo de Susan.

Y en cuestión de segundos, sintió aquellos botones erguidos presionando contra su pecho, su boca siendo devorada por la boca de ella y su hombría endurecida, en la palma de su mano.

La corriente de excitación atravesaba el cuerpo de ambos, la pasión se desprendía de cada beso y el roce de sus cuerpos.

Esto era tan irreal para él, tan parecido a los sueños vividos qué lo despertaban por la madrugada.

Dos golpes en la puerta de la habitación, detuvo aquella bella locura.

—Empleada—Señorita Susan...su madre desea verla ahora, en el despacho.

Susan exhalo con fuerza y se separó de él.

—Susan—Sí... En un momento voy...

Frederick recibió otro beso largo en sus labios.

—Susan—Vuelvo enseguida.

Era una promesa.

Ella tomó una bata y se la colocó encima, pero antes de abrir la puerta le sonrió con dulzura.

Cuando la puerta se cerró, el se sentó en la orilla de la cama y soltó un gran suspiro.

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Comments

Maryland 🦋

Maryland 🦋

Hermoso 💚 jijiji Susan es única ojalá que se casen, son la pareja perfecta y espero que Olivia solo la apoye como siempre lo hace con sus hijos💖 felicitaciones bella autora lo esperaba con ansias 👏👏👏👏👏

2023-06-23

9

Francia

Francia

Archi se comporta como perro. 😠😠😠

2024-05-20

0

Luz Maria Hernandez

Luz Maria Hernandez

Susan es admirable!!!

2024-03-02

1

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