Amor Y Venganza

Amor Y Venganza

Vincent Salvatore.

Vincent avanza por los pasillos del lujoso edificio de Marotti Industries. Su presencia imponente no pasa desapercibida entre los trabajadores que se aglomeran a su alrededor, observando con admiración su figura musculosa enfundada en un impecable traje negro a medida. Su camisa blanca inmaculada, perfectamente planchada, contrasta con la oscuridad de su traje, mientras que una llamativa flor roja en su solapa es la única pincelada de color en su atuendo. Su rostro atractivo pero duro, con un mentón cuadrado y una barba perfectamente recortada, acentúa su aspecto de hombre peligroso. El cabello oscuro peinado hacia atrás le da un toque de elegancia y misterio. Su mirada fría y dura hace que los demás se sientan intimidados, mientras que su escolta, un par de hombres fornidos y discretos, lo siguen de cerca, listos para intervenir en caso de necesidad. Su presencia es impactante y fuera de lugar en este ambiente sofisticado, pero él parece sentirse cómodo en su piel y listo para enfrentar cualquier desafío que se presente.

A pesar de los murmullos que corren a su alrededor, Vincent se muestra impasible. Su mirada fría y decidida permanece fija en el camino que tiene por delante. Nada lo distrae de su objetivo: hacer negocios. Su mente está en constante movimiento, evaluando cada palabra y cada gesto que debe hacer para alcanzar su meta. No hay espacio para el error, para las dudas o para la distracción. Su determinación y su habilidad para leer a las personas son las únicas armas que necesita para enfrentar estas situaciónes.

Finalmente, llega a una inmensa sala llena de hombres vestidos de traje negro. En el centro de la habitación se encuentra Marco Marotti, el jefe y dueño de todo lo que hay en ese lugar, flanqueado por sus socios más cercanos y una nube tensa se instalo automáticamente en la sala.

Vincent ha llegado para cerrar un trato entre las dos bandas de mafia más grandes de toda Rusia. Ambas bandas tienen un pasado oscuro y no son aliadas, pero tienen un enemigo común que deben eliminar.

Sin embargo, Vincent sabe que el camino hacia la unión no será fácil, sabe que cada palabra, cada gesto y cada mirada serán cruciales para alcanzar su objetivo. No puede permitirse un error, una mala interpretación o una traición. Todo está en juego y lo sabe.

—Vaya, vaya, es Vincent Salvatore. Cuánto tiempo ha pasado. —expreso Marco con una media sonrisa en la cara.

—Veo que has aumentado tu escolta. — responde Vincent mientras fija su mirada en Marco.

—Son tiempos peligrosos y como dicen, es mejor prevenir que lamentar. Deberías hacer lo mismo. —comenta Marco mientras se reclina en su asiento.

—Mejor que nadie sabes que no la necesito, —contestó Vincent con indiferencia y sin quitar la mirada de Marco.

Uno de los escoltas suelta una risa burlona, pero la mirada fría de Vincent se posa sobre él y automáticamente se recompone y desvía su mirada. El ambiente tenso se vuelve aún más pesado, y el sonido de la risa burlona queda suspendido en el aire, como si no se atreviera a continuar.

—Bueno, volvamos al asunto que nos ocupa. No tengo todo el tiempo del mundo — Interrumpe Vincent, cortando el incómodo silencio que se había instalado en la habitación.

Las dos bandas rivales tenían un enemigo común: Grigori Petrovic, un hombre temido que había ganado poder en el mundo de la mafia a un ritmo vertiginoso. A pesar de que Vincent tenía más poder que Petrovic, este último había hecho algunas alianzas que arruinaron los negocios de Vincent con la mafia china y estaba invadiendo los territorios de Marco con la intención de apoderarse de ellos. Además, Petrovic había pedido la cabeza de Marco.

Enterado de la situación, Marco sabía que necesitaba hacer negocios con Vincent para unir fuerzas y eliminar a Petrovic. Así es el mundo de la mafia, no se hacen favores, se hacen negocios. Todos tomaron asiento y empezaron a hablar, con la tensión en el aire mientras discuten los términos del acuerdo. En juego está la vida de Marco, y ambos bandos saben que cualquier error puede resultar fatal.

—¿Qué propones, Vincent? —Preguntó uno de los socios, con una ceja levantada.

—Mi propuesta es simple: entreguen todos sus negocios y el control del territorio de Lipetsk, el 30% de las armas que consigan y el burdel de Moscú y yo me encargo de eliminar a Grigori Petrovic. — Dijo Vincent con un tono convincente.

—¿Es una broma? —exclamo uno de los socios, indignado. —No veo cómo podríamos ceder todo eso, Vincent.

Vincent fijó su mirada fría en el hombre, conteniendo sus impulsos. Aunque era un hombre rudo, sabía que en ese momento debía ser astuto y no dejarse llevar por ellos.

— ¿Cómo diablos quieres que te cedamos todo eso? — Preguntó, levantándose de la silla con una expresión de molestia.

Vincent sostuvo su mirada fría sin parpadear

—Se trata de la vida de tu jefe, que por lo visto te interesa poco, —contestó con voz segura. — No pidieron mi cabeza. Yo puedo resolver mis propios problemas incluso si fuera mi cabeza que estuviera en juego.

La tensión aumentó tras la cruda propuesta de Vincent. La cara de los socios reflejaba preocupación, y se podía palpar el desagrado en el ambiente. Uno de ellos, el más audaz, se acerca a Marco y le susurra algo al oído. Marco asiente con una expresión de afliccion en el rostro.

—Acepto —Anunció Marco en voz alta.

Los demás socios le miran con asombro, no se esperaban esa respuesta tan subita de su jefe.

Otro de los socios que no está conforme se dirige a Vincent con aire amenazante.

—Este no es un buen negocio —replicó enojado. — Hemos invertido mucho dinero en seguridad desde que apareció Petrovic, la zona de Lipetsk es uno de nuestros negocios más rentables y el 30% de las armas... ¿Me estás jodiendo?

Vincent lo miro fijamente, su rostro impasible pero con una chispa de desafío en los ojos.

— ¿Qué prefieres, negociar conmigo o con Petrovic? — pregunta con calma.

Los socios se miran incómodos, saben que Petrovic es un hombre peligroso y que tratar con él puede ser mucho peor que tratar con Vincent. Finalmente, Marco toma la palabra.

—No tenemos opción —dice con pesar. —Hemos gastado mucho dinero en seguridad y aún no nos sentimos seguros. Esta es la única manera de resolver este conflicto.

Vincent asiente con satisfacción y aprovecha el momento para hacer una última petición.

—Necesito 10 millones de euros —expresó con calma. —Sabes que hacer estas cosas cuesta mucho.

Marco suspira resignado y asiente.

—¿Pero es en serio, Marco? —dice uno de los socios, con su voz llena de desagrado. — Este tipo nos va a quitar millones en negocios y aun así le daremos más dinero.

Vincent observó cómo la tensión en la habitación aumentaba con cada palabra que se pronunciaba. Era evidente que los socios no estaban dispuestos a ceder, pero Vincent sabía que no había vuelta atrás, había llegado el momento de negociar.

El respondió con su habitual tranquilidad, aunque con un toque de condescendencia:

—Tus socios no entienden cómo y qué hay que hacer para derribar a alguien poderoso en la mafia. Me consta que quienes te asesoran y rodean no tengan la experiencia que tú tienes en este ámbito, Marco.

El socio enojado se acercó a Vincent con intención de confrontarlo

—¿Quién diablos te crees para hablar así?

Vincent se mantuvo inmutable, respondiendo con frialdad:

—Soy alguien que sabe hacer muy bien lo que tú no. Por eso estoy aquí y tu jefe lo sabe muy bien. Si no fuera algo serio, no estaríamos teniendo esta conversación. —dijo sin titubear.

La mirada de Vincent se posó en Marco, quien sabía perfectamente que Vincent no era alguien a quien se podía subestimar. Había historia entre ellos, una que solo Marco conocía. Con un suspiro, Marco finalmente respondió:

—Si, acepto el trato.

—Perfecto, cuando tengas todo listo, me avisas. —contestó Vincent.

Marco asintió con su cabeza.

Después de cerrar el trato con Marco, Vincent se puso de pie para despedirse, pero su intento fue interrumpido por la entrada de una mujer pequeña y fastuosa. Su piel suave y delicada parecía estar hecha de porcelana y sus ojos grandes y expresivos eran de un intenso color verde esmeralda. El cabello oscuro y sedoso de la mujer caía en suaves ondas alrededor de su rostro, y al verla, Vincent sintió una sensación nueva, como si algo dentro de él hubiera despertado de repente al ver su belleza.

Mientras la mujer se acercaba a Marco para hacerle algunas preguntas, Vincent no podía apartar los ojos de ella. A pesar de la tensión del momento, todo parecía detenerse alrededor de aquella mujer, como si ella fuera el centro del universo. El aire se volvió más denso y la atmósfera se cargó de electricidad, creando una sensación intensa y enigmática en la habitación. Vincent no podía entender lo que estaba sintiendo, pero sabía que nunca había experimentado algo así antes.

Vincent se volteó hacia Marco para despedirse. Cuando se encontró con la sonrisa de la mujer, Vincent sintió que su corazón latía con fuerza, pero mantuvo su compostura y respondió con un gesto de la cabeza. Aunque no quería mostrar demasiado interés, no podía evitar sentirse atraído por ella. Era como si el mundo entero se hubiera detenido en ese momento, y Vincent solo podía pensar en la sensación tan genuina que provocó la hermosa mujer que estaba frente a él.

Cuando la mujer que había entrado salió uno de los socios pregunto.

—¿Qué garantía tenemos de que vas a cumplir? —con evidente desconfianza en su voz.

—Mi palabra es mi garantía —respondió Vincent con seguridad.

Marco soltó una pequeña sonrisa al escuchar la respuesta de Vincent, pero sabía que los demás socios no estaban convencidos.

Finalmente Vincent se despidió de Marco y se marchó.

—¿Quieres explicarnos qué diablos fue todo eso, Marco? —preguntó otro de los socios, claramente molesto.

—Hice lo que tenía que hacer —contestó Marco con calma, sin mostrar ninguna emoción en su rostro.

—Marco, ese tipo nos va a quitar nuestros mejores negocios. Sabes que él no necesita nada de eso. Vino aquí y te puso entre la espada y la pared, y asentiste sin pensar en nada — Dijo el socio con un tono de reproche.

—No entienden después de todo este tiempo lo que es este negocio —explicó Marco con tono de decepción en su voz.

Marco se paró de su silla y caminó hasta la ventana de la oficina para continuar hablando.

—No hay amistades en este mundo, solo hay negocios, y quien tiene el poder, controla el juego. Vincent sabe lo que hace, él entiende el juego mejor que todos ustedes juntos. La Mafia no es para los débiles, es para los que tienen la audacia y la fuerza para tomar lo que quieren. Si quieren tener éxito en este negocio, tienen que aprender a jugar de manera inteligente y tener la mentalidad adecuada.

Nada de lo que Marco dijo parecía disminuir la sensación de amargura que flotaba en aquella gran y lujosa habitación. Los socios seguían molestos y cuestionando las acciones de Marco, y de repente Jhon el socio mas importante de la organización de Marco, que hasta ahora había permanecido en silencio, habló.

—¿Por qué no traicionamos a Vincent una vez que complete el trabajo? Él se sentirá cómodo con lo que le hemos entregado y le tomará tiempo asumir y controlar todos los negocios que tenemos en Lipetsk. Entonces, cuando esté desprevenido, atacamos.

Al escuchar estas palabras, Marco soltó una carcajada que sorprendió a todos en la habitación.

—No tienen ni idea de lo que están diciendo —expreso con una sonrisa irónica.

Marcos se giró y camino hacia la mesa donde se encontraban los socios y tumbándose en su silla y soltó un respiro profundo.

—Tendré que explícales quién es Vincent Salvatore. —comentó Marco para empezar a explicar.

—J.Reyes.

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Comments

Gene

Gene

Y la chica hizo temblar al gran mafioso.... siento que será tu gran debilidad y perdición. I Like 🤍

2023-05-19

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