Cortina de humo.

Luego de un momento acalorado, ambos se sentaron en un sillón, el mafioso se acomodó y se reclinó hacia atrás y empezó a hablar.

—¿Sabes que es lo bueno y lo malo de una guerra? —pregunta Vincent.

—No estoy seguro —responde Marco un poco confuso por la pregunta.

—Lo bueno de las guerras es que pueden satisfacer nuestros intereses, que a menudo vienen impulsados por el ego o la necesidad de proteger algo que consideramos valioso —explica Vincent —Y lo malo de las guerras es que siempre hay pérdidas. Perdemos dinero, recursos, y vidas.

—Sí, eso es cierto. —asiente Marco.

—Además, estar en una guerra puede cambiar a una persona de maneras terribles. Pierdes tu humanidad y te conviertes en una bestia que mata sin piedad. —continua Vincent. —Y a menudo, la necesidad de sobrevivir justifica cualquier acto de violencia.

El mafioso estaba siendo cauteloso y perpicaz, preparando el terreno como un leon cuando tiene untenciones de atacar a su presa.

—Pero, aunque las guerras son inevitables a veces, también tenemos la capacidad de evitarlas. —añade Marco.

—Exacto. —responde Vincent. —Tenemos que ser conscientes de los intereses que impulsan las guerras y tratar de negociar acuerdos que satisfagan a todas las partes involucradas.

—Pero negociar no siempre es fácil. —añade Marco. —Al final del día, las guerras solo terminan de dos maneras: ganándolas o rindiéndose. Y siempre hay intereses en juego que pueden hacer que la negociación sea complicada.

—Cierto. Pero creo que es mejor intentar negociar que lanzarnos a una guerra que solo nos traerá pérdidas. —responde Vincent.

—De acuerdo. Pero tampoco podemos evitar todas las guerras. A veces, las diferencias son demasiado grandes para ser resueltas mediante la negociación. —concede Marco.

Marco es un hombre de mil batallas, sabe cuales son las motivaciones qué hay en una guerra y lo complicas que se puede tornar una negociación.

—Eso es verdad. Pero en esos casos, tenemos que tratar de minimizar las pérdidas lo máximo posible y asegurarnos de que estamos luchando por algo que realmente vale la pena. —dice Vincent.*

—Estoy de acuerdo. —Asiente Marco. —pero eso no significa que siempre tengamos que estar en guerra. Si podemos negociar en lugar de pelear, todos salimos ganando.

—Tú y yo hemos tenido guerras motivados por diferentes razones, —continuo Vincent. —pero siempre hemos terminado con pérdidas. El mundo se cansó de esto después de la Segunda Guerra Mundial, los soldados aprendieron que ganar guerras significaba perder su humanidad. Yo también me he cansado. —Vincent suspiró profundamente, sus ojos oscuros reflejando la seriedad de sus palabras. —Nunca vamos a estar de acuerdo en todo, pero si tenemos intereses en común, podemos tomar decisiones mejores y más racionales.

Vincent esta jugando muy bien sus cartas, utilizando la psicología para atrapar la atención de Marco y llevarlo a su terrreni, pero Marco es un tipo que tiene mucho bagaje en la mafia y si hablamos de tiempo tiene incluso más que Vincent.

—Estoy totalmente de acuerdo contigo, Vincent.-Marco asintió, su rostro fruncido en una expresión pensativa. —A todos nos hubiera gustado tener menos guerras y más negocios, pero, como dije antes, a veces las guerras son inevitables en este mundo.

Marco está dejando una posición clara. Un tipo con el cual se puede llegar a la paz pero que también no dudará en responder a una guerra.

—Por supuesto, las guerras continuarán existiendo, pero debemos ser cautelosos al decidir cuándo son necesarias y cuándo no. —Vincent fijó su mirada en Marco, su tono firme y convincente. —La solución más efectiva es sustituir las armas y la sangre por la pluma y el papel.

—Tienes razón, la mayoría de las guerras pueden evitarse si se negocian acuerdos justos para todas las partes involucradas. —Marco asintió de nuevo, su voz grave y reflexiva.

—Precisamente por esa razón, te propongo un negocio —ofreció Vincent.

—Perfecto, cuéntame más —respondió Marco con interés.

El mafioso se reclinó hacia el frente para finalmente proponer su negocio.

—Como sabes, soy dueño de las cadenas hoteleras más famosas del país y he recibido ofertas para expandirme internacionalmente. Tú hija es la dueña de una de las mejores compañías de construcción del país, y me imagino que tienes acciones con ella, así que el negocio es simple: yo hago las contratas bajo mi nombre y tú construyes para mí. A cambio, te daré el 30% de las ganancias mensuales de cada hotel que construyas para mí —explicó Vincent.

—Eso suena muy bien, Vincent. —comentó muy interesado —¿Y cuántas contratas te han ofrecido? —Inquirio Marco.

—Hasta ahora tengo tres ofertas en diferentes partes del mundo, cada una de ellas quiere comenzar con 10 hoteles. Si acepto las tres, estaríamos hablando de que el proyecto empezaría con 30 hoteles —contesto Vincent.

Marco quedó impresionado por la propuesta de Vincent y sabía que se trataba de un negocio altamente rentable.

—Me parece una gran oportunidad, Vincent. Estoy de acuerdo con todo —expreso Marco, sin poder ocultar su emoción.

—Si estás de acuerdo, hablaré con mis abogados y mañana podemos agendar una reunión con todos los demás para discutir algunos detalles —propuso Vincent.

—Me parece perfecto. —respondió Marco, extendiéndole la mano a Vincent.

Este asintió y también estrechó su mano antes de ponerse de pie.

—Pues eso era todo, Marco. Hasta mañana —se despidió Vincent antes de salir de la habitación.

—Vincent, una ultima cosa. —comenta Marco interrumpiendo su salida..

—¿Si.? —respondió expectante.

—¿Cómo va lo de Petrovic? —Pregunto con curiosidad.

—Eso está marchando bien, tenemos planeado hacerlo este fin de semana pero aún así esperaremos la mejor oportunidad para ejecutar. Su amenaza es muy reciente aún, está muy alerta, es un tipo inteligente, pero, tengo gente monitoreando la propiedad de Moscú, cuando entendamos que es el momento, vamos a hacerlo. —Respondió.

—Bueno, nos vemos. —respondió Marco.

Vincent salió de Industries Marotti satisfecho, ya había dado su primer paso hacia la victoria, logró lo que quería, ahora todo está alineado para poder acercarse a Marsella y descubrir todo lo qué pasa.

...⛓⛓...

Vincent se regresó hacia su casa porque tenía que poner al tanto a Iván de algunos negocios, estaba penando como iba a hablar con su hermano ya que después de la reunión de Vincent y su banda no se habían vuelto a dirigir la palabra pero Vincent debía poner al tanto a Iván de todos los negocios.

Vincent subió a su pent-house y al abrir la puerta se encontró a Iván sentado en el sofá viendo la televisión, sin siquiera molestarse en levantar la vista porque ya sabía quién era. Vincent respiró hondo y se dirigió con voz seria y profunda.

—Iván, tenemos que hablar de negocios. —expresó Vincent.

Iván tomó el control y apagó la televisión.

—Claro, Vincent, te escucho. —respondió con indiferencia.

—Ya hablé con mi gente y arreglé que viajaras en uno de mis Jets privados a Lipetsk mañana. Tienes que poner todo en orden y dejar en claro que soy yo quien tiene el control de esa área ahora. —exigió Vincent con voz aguda.

—No te preocupes, yo me encargo. —respondió Iván con igual indiferencia.

—Además, cerré un trato con Marco Marotti hoy, —agregó Vincent, con voz seria.

Ivan se puso de pie, la ira evidente en su rostro.

—¿Qué más queda ahora? ¿Deberíamos invitarlo a nuestra casa y organizar una habitación para él y servirle el desayuno en la cama? —Iván escupió con furia.

Vincent se rió entre dientes ante el arrebato de Ivan.

—¿Qué es tan gracioso, cabron? —exigió Iván.

—Suenas paranoico —comentó Vincent con una sonrisa. —Hice una alianza con Marco para destruirlo, Iván. —explicó.

Ivan miró a Vincent confundido.

—¿Qué estás diciendo, Vincent? ¿Cómo puedes destruir a alguien con quien estás haciendo negocios? —preguntó Iván.

—Destruyéndolo, —respondió Vincent con calma.

—Explícate, no entiendo nada de lo que dices, Vincent. —exigió Iván, con frustración.

Vincent suspiró y se recostó en su silla.

—Bueno, no es la única razón por la cual hice el trato con Marco. —explicó Vincent con seriedad. —También es por una mujer.

—¿Por una mujer? —preguntó Iván con los ojos entrecerrados. —¿Desde cuándo necesitas hacer negocios por una mujer? Las tienes todas a tus pies. —espeto con enojo.

—No, Iván, esta mujer es diferente. —Vincent intentó explicarse, pero Iván lo interrumpió.

—¿Diferente? ¿Qué tiene de especial esta mujer? —Preguntó Iván, notoriamente enfadado. —¿Es que tiene una vagina que hace milagros? ¿O es que tiene el culo más perfecto que has visto en tu vida?

—No, Iván, no se trata de eso. —contestó Vincent intentando mantener la calma, pero Iván no lo dejaba hablar.

—¿Entonces qué es? —exclamó Iván con furia.

Vincent hizo una pausa para respirar profundamente antes de responder.

—Se llama Marsella, y es la hija de Marco.

—¿Quééé? —vociferó Iván con una mezcla de incredulidad y rabia. —¿Estás loco? ¿Por qué te meterías con la hija de ese traidor? Sabes que él no va a dejarte en paz si se entera.

—Lo sé, pero no puedo evitarlo. —contestó Vincent con sinceridad. —Marsella se está tornando especial para mí. Me ha hecho sentir cosas que nunca antes había sentido.

—¿Qué estás diciendo? —preguntó Iván, sin poder creer lo que escuchaba. —¿Estás sintiendo cosas por la hija de Marco Marotti?

Vincent asintió con la cabeza, pero antes de que pudiera decir algo más, Iván explotó.

—¡No lo puedo creer! ¿De todas las mujeres que hay en el mundo, te tienes que fijar en la hija de ese maldito?

—Iván, por favor, escúchame. —dijo Vincent intentando explicarse.

—¿Escucharte? ¿Para qué? —Gritó Iván, con los ojos desorbitados. —¿Para que me digas que te estás enamorando de la hija de nuestro peor enemigo? ¿Acaso quieres que te traicione? ¿Qué te mate?

Vincent intentó hablar de nuevo, pero Iván no lo dejaba.

—¡No lo puedo creer! Después de todo lo que hemos pasado, ¿te vas a arriesgar por una mujer? ¿Por una mujer que ni siquiera sabes si te piensa?

—¡Cállate, Iván! —explotó Vincent, perdiendo la paciencia. —No entiendes nada. No se trata de unirme a Marco, se trata de lo que siento por Marsella. La quiero, de verdad. Me ha hecho sentir cosas que nunca antes había sentido. Y no voy a dejarla ir.

—¿Así que realmente quieres algo real con esa chica? — ñpregunta Iván, sorprendido.

— Sí, hermano, yo... —Vincent titubea un poco antes de continuar —después de lo que pasó con papá y mamá..... siento que morí ese día. —dos lágrimas se deslizan por sus mejillas. —Ella me hace sentir vivo de nuevo. No sé por qué ni cómo, pero lo hace. *

—Joder esto, eso es serio. —Contesta Iván intrigado. —Pero ¿qué pasara con tu alianza con Marco? Sabes muy bien que esto afectará sus negociaciones. —Inquirio Iván. —dijo en un tono más calmado.*

—Si hermano. Me uní a él para protegerla y al mismo tiempo destruirlo. —Vincent suspira. —No quiero que Marco la dañe.*

—Entonces, ¿qué vas a hacer? —pregunta Iván, preocupado. —Sabes lo peligroso que es esto, ¿verdad? Puedes arruinar todo y ponerla en peligro.*

Iván era un buen hombre y a pesar de estar involucrado en los negocios del crimen organizado, tenía una alta estima sobre la familia

—Lo sé, pero aún así lo intentaré. —responde Vincent determinado. *

—Lo entiendo, pero por favor, ten cuidado. *

Iván se levanta de la silla y se acerca a su hermano.

— Y disculpa mi actitud estos días. Me dolió ver cómo no pensabas en las consecuencias para la familia Petrovic, que no tiene nada que ver con esto.

—Hermano, no tengo la intención de hacerles daño, pero Petrovic desató una guerra y él es responsable de su familia. Si les pasa algo, no es mi culpa. — Vincent se encoge de hombros.

—Solo les pido que tengan cuidado. —Iván parece preocupado por lo que pueda pasar.

—No te preocupes, hermano, lo tendremos en cuenta. —Vincent se levanta y abraza a su hermano.

El teléfono de Vincent interrumpe la conversación con Iván.

—¿Rhyna? —contesta Vincent, mientras Iván observa en silencio.

—Tenemos un problema. Petrovic saldrá de viaje antes del fin de semana y no estará en la propiedad de Moscú donde se supone que haríamos el ataque este fin de semana —Explica Rhyna con urgencia.

—Mierda —exclama Vincent, visiblemente molesto.

—¿Qué hacemos? —pregunta Rhyna.

Vincent se queda pensando unos segundos antes de responder con calma:

—No haremos nada todavía. Esperaremos a que regrese y replantearemos la fecha de ataque. Mantengan todo monitoreado.

—Entendido —respondió Rhyna antes de cortar la llamada.

Vincent suspira y se frota la nuca con frustración.

—¿Qué pasa —pregunta Iván.

—No podremos atacar a Petrovic este fin se semana, necesito hablar con Marco —comenta Vincent, tomando su teléfono. —Le informaré sobre la situación.

Vincent sin perder tiempo llama a Marco.

—¿Que pasa Vincent.? —responde Marco.

—Petrovic saldrá de viaje antes de tiempo. No podremos atacarlo este fin de semana —Explica a Marco.

—Maldita sea. ¿Y qué hacemos? —Pregunta Marco.

—Esperamos a que regrese y atacamos. Eso es todo lo que podemos hacer —contestó Vincent con resignación.

—¿Crees que Petrovic se haya enterado de algo? pregunta Marco con preocupación.

—No lo sé, a menos que alguien de tu gente haya hablado. —Responde Vincent con seriedad.

—Nadie ha hablado. Te lo aseguro —Afirma Marco con convicción.

Vincent asiente, no del todo convencido.

Después de unos minutos de conversación con Marco, Vincent cuelga y se dirige a Iván.

—Iré a reunirme con mis abogados para discutir algunas cosas sobre el negocio que realicé con Marco. Tú descansa hermano, que mañana te toca viajar. —comenta Vincent antes de alejarse.

Iván se queda pensando en la situación y en el peligro que implica. Sabe que su hermano no puede confiar en nadie y que cualquier error puede costarles caro.

—****J.Reyes.

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