Al siguiente día Vincent despierta un poco aquejado por el dolor de la herida aún pero mucho más estable, los analgésicos que Yulia le había entregad habían hecho un gran trabajo para mantenerle con estabilidad. Vincent estaba ansioso por ver a Marsella a tempranas horas de la mañana Yulia le había informado que había hecho el registro de El como su esposo y no perdió tiempo en apresurarse a ver a su chica. Marco y Kozlov venían de camino, habia avisas al mafioso que para la noche de ese día llegarían a Estados Unidos.
El mafioso se alistó y fue llevado por su escolta al hospital donde a pesar de la herida sus pasos eran rápidos y acelerados por ver a la única persona que podía domar a la gran bestia negra.
En un momento el mafioso se detuvo y pensó en lo preocupado que debía esta su hermano, Vincent supuso que la información sobre su atentado habría sido un tema de comentario en las jerarquías del crimen organizado así que pensó en hacerle llegar un mensaje o una llamada pero no era su prioridad.
—Señorita, estoy buscando a la paciente Marsella Marotti. —le dijo a la chica de recepción.
La chica estaba desprevenida pero al observar se le llenaron los ojos de lujuria al ver el aspecto del mafioso.
—Permítame buscarle en el sistema señor. —contestó con un tono seductor y mordiendo su labio.
—¿Como es su nombre? —Pregunta la chica llevando un lápiz a la boca y moviendo una pierna de un lado a otro.
—Vincent Salvatore. —Contestó.
—Aquí veo que es el esposo de la señorita. Está en la habitación que está detrás de usted señor. —respondió.
Vincent giro sin agradecer y vio a su princesa, sus ojos se eluminaron al verla pero también se llenó de tristeza al verla postrada en esa cama, Marsella giro su cabeza y se encontró con la mirada del mafioso y esbozó una sonrisa y le hizo seña con el dedo para que entrara. El corazón del mafioso salto de alegría, a pesar de lo que le advirtió Yulia, Marsella no lo había olvidado.
El mafioso se dirigió hacia la habitación y una enferma elle suministraba un medicamento. Vincent se detuvo en la puerta a la espera. La enfermera de un momento a otro miró al mafioso y su mirada se quedó clavada en el, la enfermera no disimuló su atracción hacia el mafioso y empezó a tardar más de lo habitual.
—Puede dejar de observarme y terminar rápido. —dijo el mafioso con tono serio.
La enfermera movió su cabeza como si la habían despertado de un sueño y acabo de suministrar el medicamento y salió de la habitación sin dejar de observar al mafioso.
El mafioso se dirigió hacia Marsella y se hundió en un profundo abrazo en ella. Ella sonrió al ver la preocupación del mafioso.
Vincent la observa con brillo en sus ojos.
—Dijeron que podías perder la memoria y temía que eso te sucediera conmigo. Me aterraba. —expresó el mafioso sosteniendo la mano de Marsella.
Ella sonrió y le hizo una seña para que se acercara para hablarle.
—No me iba a olvidar de ti mi grandulón, también dijeron que me pasarian esas cosas y hay algunas que aun no recuerdo pero si a ti. —contestó dejando un sutil beso en su mejilla.
—Eso me hace muy feliz. —contestó Vincent lleno de emoción por las palabras de Marsella.
Marsella sonrió y tocó al mafioso haciéndole seña para volverle a susurrar.
—Que fue lo qué pasó Vincent, no tengo muy claro las cosas. —Inquirió Marsella.
Vincent aún no podía revelar la realidad sobre lo sucedido. El no estaba preparado para contarlo y Marsella no estaba en las mejores condiciones para escuchar esa información.
—Un vehículo se quedó sin frenos y nos impactó. —respondió el mafioso.
Vincent sintiéndose mal sabiendo que no era la verdadera razón. Que Marsella estaba postrada en esa camilla porque se estaba aventurando con el líder de la mafia rusa y fue parte del daño colateral que quería provocó su contrincante. Marsella soltó un suspiro.
—No te esfuerces en hablar cariño. —dijo Vincent, quiero que descanses. —Terminó depositando un beso en los labios de Marsella.
Marsella insistió en preguntar.
—¿Y contigo está todo bien? —Preguntó.
Él mafioso se puso de pie y levando su camiseta enseñando la herida a Marsella.
—Yo estoy bien, me tuvieron que operar pero salió todo perfecto. —explico.
Marsella abrió sus ojos y su rostro se llenó de preocupación. Vincent se acercó rápidamente a la camilla para explicar que no había problemas con el y que todo estaba en orden.
—Contrate una enfermera para que cuide especialmente de ti. —Marsella sonrió y soltó una lágrima.
Vincent se envolvió a Marsella en sus brazos dejándole saber que estaba ahí.
—Aún está muy débil pero con los días te vas a recuperar y estarás mejor cariño y saldremos de aquí.
Vincent sonrio y Marsella hizo fuerza a su brazo para que fuera hacia ella y la envolviera en un reconfortante abrazo.
—Gracias grandulón — susurró Marsella. —Te quiero. —comentó con susurro en el oído del mafioso.
Vincent sintió que su cuerpo se estremeció, como si algo en su interior despertó a raíz del cumplido de Marsella. El mafioso se despegaba lentamente del abrazo de Marsella procesando el cumplido y llenándose de felicidad por cada segundo que pasaba.
—Me haces muy feliz Marsella Marotti. —Dijo Vincent tomando sus labios de manera sutil y delicada.
—Debo hacer algunas diligencias preciosa y debí irme. —comentó Vincent.
Marsella hizo resistencia para que Vincent no se marchara, quería estar bajo su compañía.
—No quiero que te marches. —Susurro.
El mafioso sonrió.
—Debo ocuparme de algunas cosas pero hoy pasaré la noche contigo. — explicó el mafioso.
Marsella asintió a la cabeza y soltó el agarre del mafioso. Vincent tomó el teléfono de la habitación y marco a recepción para solicitar presencia de Yulia. Al cabo de unos minutos Yulia entró a la habitación.
—Marsella, te presento a Yulia, es la enfermera que contrate para que te cuide mientras no estoy.
Yulia saludó a Marsella y se presentó por igual.
—Ya me tengo que ir así que te dejo en buenas manos. —Comentó el mafioso.
—No se preocupe señor, cuídare muy bien de su esposa. —Dijo Yulia.
Marsella frunció el ceño al escuchar las palabras de Yulia y una sonrisa se dibujó en sus labios.
—Después te explico. —Dijo Vincent sonriente. —La dejó en tus manos. —finalizó el mafioso saliendo de la habitación.
...⛓⛓...
Marco y Kozlov habían aterrizado en Nueva York y se dirigían a Central Park, donde se encontraba Marsella. Aunque el horario de visitas había terminado, decidieron ir a la recepción para preguntar.
—Estamos buscando a la señorita Marsella Marotti, quien está ingresada en este hospital —explicó Marco.
—Un momento, por favor —respondió la recepcionista. —La señorita Marotti está ingresada, pero la hora de visita ha terminado, por lo que deberían volver mañana.
—Señorita, hemos viajado desde muy lejos. La señorita Marotti es mi hija, y quien me acompaña es su prometido —insistió Marco.
—Entiendo perfectamente, señor, pero no puedo romper las reglas —contestó la recepcionista. —Y es extraño, dice ser su prometido, pero la chica está registrada con la información de que el señor Vincent Salvatore es su esposo y es la única persona con acceso a visitas después de cerrar el horario oficial.
—¿Qué dijiste? —inquirió Kozlov con molestia. —Soy su prometido.
—Lo siento, señor, pero no puedo hacer nada. El sistema registra a Vincent Salvatore como su esposo —repitió la recepcionista.
—Maldito hijo de puta —murmuró Kozlov con evidente molestia.
—Gracias, señorita. Nos comunicaremos con Vincent —respondió Marco, alejándose de la sala de recepción junto a Kozlov.
Marco y Kozlov caminaban hacia la salida del hospital. Kozlov estaba claramente molesto por los comentarios de la recepcionista.
—Te dije que Vincent se aprovecharía de Marsella y no me hiciste caso —comentó Kozlov molesto.
Marco se detuvo en seco y su rostro se volvió sombrío.
—¿Ahora crees que es momento para una escena de celos? Crece, Kozlov, que no te voy a aguantar toda la vida —contestó Marco. —Sé más hombre.
—Sé a quién le demostraré mi hombría —dijo Kozlov, caminando hacia el lado de Marco.
Vincent llegó al hospital y Kozlov se le acercó con un aire amenazante. Marco, al percatarse de la situación, apresuró sus pasos para evitar una escena indeseada protagonizada por su yerno.
—Eres un desgraciado que ahora te tomas atribuciones que no te corresponden, hijo de puta —exclamó Kozlov, bloqueando el paso de Vincent.
El mafioso se mantuvo imperturbable, sin mostrar ninguna señal de inquietud ante la actitud amenazante de Kozlov.
—Marco —dijo Vincent, mirando por encima de Kozlov—, ¿por qué siempre estás rodeado de idiotas? —comentó con sarcasmo.
Kozlov no pudo contenerse y lanzó un puñetazo hacia Vincent.
—J. Reyes.
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Comments
J. Reyes
Eso es importante y trataré de seguir haciendo eso
2023-06-06
0
Gene
Este libro me tiene adicta 🫠🫠
2023-06-06
1