Celos y negocios.

Seis de la mañana, Vincent se despierta con una determinación palpable. Tiene una importante reunión por delante, y después de revisar minuciosamente los contratos con sus abogados, está más que preparado para forjar una alianza con Marco. Pero su motivación va más allá de simplemente construir hoteles.

Una vez listo, baja hacia su garaje y elige un Jaguar para salir de su edificio. El día anterior no fue fácil para el Mafioso. La noticia del viaje de Petrovic lo dejó inquieto, pero a pesar de eso, estaba feliz. Hoy se reunirá con Marsella, la mujer que le ha robado el corazón y ha despertado una pasión que lo ha llevado a tomar un camino peligroso.

...⛓⛓...

Vincent finalmente llega a Marotti Contractors, siempre acompañado de su escolta. Sube las escaleras con decisión y al entrar en el ascensor, su corazón empieza a latir con fuerza y siente una impaciencia abrumadora. Anhela ver a Marsella y acortar los minutos que lo separan de ella. Las puertas del ascensor finalmente se abren y Vincent se apresura hacia la sala de reuniones pero es abordado por la secretaria de Marco.

—Buenos días, señor. ¿En qué puedo ayudarle? —pregunta la chica con una mirada lujuriosa clavada en el mafioso.

—Tengo una reunión con Marco Marotti hoy. —responde Vincent de manera seca y sin prestarle atención a sus insinuaciones.

—Claro, por aquí por favor —dice la secretaria señalando hacia la sala.

Cuando Vincent entra en la sala de reuniones, siente la tensión en el ambiente. Marco y sus socios lo esperan en silencio. A pesar de la situación, Marco se levanta de su silla para saludar a Vincent con una sonrisa forzada.

—Buenos días, hombre —saluda Marco, estrechando la mano de Vincent.

—Saludos, Marco —responde Vincent, con la mirada fría y serena.

Marco se mueve hacia la puerta y la asegura antes de caminar hacia el centro de la habitación.

—La última vez que nos reunimos, John y Vincent tuvieron un pequeño malentendido, —comienza a explicar, en voz baja y seria. —Pero hoy, no quiero que esa escena se repita. Hoy estamos aquí por negocios, para unirnos y forjar una alianza inquebrantable.

John se pone de pie y habla delante de todos.

—Quiero disculparme con Vincent por mi comportamiento la última vez. No fue mi mejor reacción y trataré de asegurarme de que no vuelva a suceder.

Vincent sabe que las disculpas de John son solo de labios para afuera y probablemente solo se deban a un regaño de Marco.

—Espero que esta sea la última vez que tengamos un malentendido, John. Las cosas pueden ponerse muy peligrosas en mi línea de trabajo, así que sería mejor que no me dieras motivos para tomar medidas drásticas. —dice el mafioso con una mirada fría y directa.

El comentario de Vincent crea tensión y John aprieta los puños, conteniendo las ganas de explotar. Vincent quiere dejar claro a los socios de Marco que él es el alfa en esto y que no tolerará que nadie cuestione su posición.

—Por favor, cálmense, muchachos. Recuerden, hoy es un día de negocio, —interviene Marco, sonando un poco temeroso. —Una cosa más, continúa. —mi hija Marsella estará en la reunión de hoy. No quiero ningún comentario sobre nuestros negocios ilegales. Ella no tiene idea de lo que hacemos, así que agradecería su discreción.

En ese momento, Vincent confirmó sus sospechas sobre Marsella. No tenía idea de qué tipo de padre tenía o los negocios turbios en los que estaba involucrado.

—Escuchaste, John. Sería mejor que mantuvieras tus opiniones para ti mismo —comentó Vincent, lo que provocó que la tensión en la habitación se intensificara aún más.

John volvió a apretar los puños, sintiéndose humillado por Vincent frente a todos los demás compañeros. Miró a Marco a los ojos, esperando que le dijera algo a Vincent.

—Por favor, Vincent, coopera para que todo salga bien, tampoco voy a tolerar falta de respeto de ambas partes. —dijo Marco con autoridad.

—No tengo problema en controlarme, Marco. No soy yo quien ha sido el problema en nuestras reuniones anteriores —respondió el mafioso relajado, recostándose en su asiento.

Los otros socios se sintieron incómodos con el comentario de Vincent, y Marco intervino una vez más.

—Está bien, esperemos a los demás —dijo, tratando de calmar la situación.

Después de una larga espera, Vincent escuchó un golpe en la puerta. Su corazón dio un salto al imaginarse quién podría ser, pero cuando Marco abrió la puerta, la sorpresa lo dejó sin aliento. Era ella. Marsella entró a la sala, pero algo en su aspecto era diferente. Vincent notó rápidamente que llevaba la mano de un hombre alto, y su corazón se hundió.

—Buenos días —saludó Marsella, mientras todos asentían en respuesta.

Vincent se sintió incómodo al ver a Marsella tomada de la mano de otro hombre, esas manos que hasta hace unos días él había sostenido. Marsella parecía cabizbaja, evitando cualquier contacto visual con los demás presentes. Sin embargo, Marco presentó a la pareja como su hija y su prometido, Kozlov. Esto desconcertó a Vincent quien se encontraba haciendo preguntas internas, tratando de entender lo que estaba sucediendo.

De repente, un recuerdo vino a la mente de Vincent, las palabras de Marsella, "Todo en mi vida es una farsa". Eso lo hizo cuestionar todo lo que estaba sucediendo en ese momento. Aunque quería saltar hacia Marsella y arrancarla de las manos de Kozlov, pero sabía que debía contenerse y esperar para ejecutar su plan.

—Muy bien, empecemos con la negociación —dijo Vincent con un tono serio.

Marsella levantó la cabeza rápidamente, reconoció al instante esa voz y sus ojos encontraron los de Vincent. En ese momento, una conexión inexplicable se estableció entre ellos, pero Vincent sabía que no podía distraerse. Debía mantener su plan en marcha.

—Prepare los contratos con mis abogados para que lean los términos que exijo para poder cerrar este trato. —anunció Vincent poniéndose de pie y entregándoles el contrato a cada uno.

Luego de unos minutos todos los socios habían leído el contrato.

—Este es un buen negocio. —comenta Marco sonriente.

Todos los demás socios asintieron y dieron el visto bueno pero de la nada John habló.

—Pienso que el 30% mensual es muy poca retribución para lo que nuestra empresa va a aceptar, tardaremos más de tres años en obtener ganancias reales.

Ese comentario agregó tensión en la sala y los demás socios empezaron a dudar un poco.

—Creo que John tiene un buen punto a discutir. — Agregó uno de los socios, tratando de calmar la situación.

El mafioso hecho una risa casi burlona que dejó un poco desconcertados a los demás que estaban en la sala.

—¿Acaso no leíste el contrato, John? — Preguntó Vincent ahora con tono desafiante. — La tasa de interés es más que justa considerando la cantidad de capital que estamos invirtiendo en este proyecto.*

—Si, pero no podemos ignorar los costos adicionales que nuestra empresa enfrentará al transportar las maquinarias a otros países. No es algo que podamos hacer sin asumir un gran costo.

—Vincent podrías explicar más a fondo para que todos entendamos. —Interrumpió Marco tratando de liberar tensión.

El mafioso se pone de pie y va al centro de la sala.

—La propuesta que tengo es ambiciosa, pero muy rentable. Se trata de la construcción de 30 hoteles en distintos países. Cada construcción se dividirá en tres partes iguales y una vez que cada unidad sea terminada, empezará a funcionar inmediatamente. Las maquinarias se moverán al siguiente lugar para la siguiente construcción y así sucesivamente.

Los socios escuchaban con atención, algunos mostraban sorpresa mientras que otros parecían más escépticos

—Pero lo más importante es que yo pondré el 50% de los gastos en materiales. Una vez que los hoteles empiecen a generar ingresos, ese 30% que recibirán cubrirá los gastos y empezarán a recibir ganancias. Esto significa que para el momento en que se hayan terminado todas las construcciones, ya estarán recibiendo las ganancias de aproximadamente las dos primeras unidades, que serían 20 hoteles.

—Es una gran negocio si lo analizamos detenidamente. —comenta Marsella.

El mafioso asiente con entusiasmo, mientras que Kozlov no oculta su escepticismo.

Los socios comenzaron a susurrar y murmurar entre ellos después de las palabras de Vincent. Pero mientras tanto, mientras tanto, el mafioso se dio cuenta de que Kozlov se acercó a Marsella, le susurró algo al oído y le pasó la mano por el brazo. Marsella intenta alejarse suavemente, pero Kozlov la acerca más a él y se le acerca. Marsella le sonríe, pero su sonrisa parece un poco falsa.

En ese momento, Kozlov intentó deslizar su mano por la pierna de Marsella , pero ella lo detiene con una mirada de desagrado. Kozlov se ríe y trata de seguir, pero Marsella lo empuja suavemente y se aleja. Vincent sintió una ira ardiente y desenfrenada que lo hacía sudar más de lo normal. Se contuvo a duras penas para no saltar sobre Kozlov y molerlo a golpes en ese mismo momento. Sabía que no conseguiría lo que quería si armaba un escándalo en ese momento, pero su corazón ardía al ver a Marsella luchar para no dejarse tocar por ese hombre.

—¿Qué tiempo se tomaría la construcción de cada hotel? —preguntó John a Vincent.

—No lo sé, John. No soy arquitecto, pero la señorita Marsella es nuestra arquitecta en jefe y estoy seguro de que puede explicar ese tema con mayor detalle — respondió Vincent con calma, pero su mente hervía de ira al ver la situación con Kozlov y Marsella.

—Señorita Marsella, ¿podría explicarnos que tiempo se tomara la construcción de los hoteles? — Preguntó John, dándole la palabra a Marsella.

Marsella se puso de pie.

—Podríamos utilizar técnicas de construcción prefabricada y modular, lo que reduciría considerablemente el tiempo de construcción. Estimo que, si se lleva a cabo de manera simultánea, podríamos construir los primeros 10 hoteles en 6 meses — Explicó Marsella.

—Eso suena bien —comentó Marco, quien había permanecido en silencio durante la discusión.

—Pero aún no hemos resuelto el problema de transportar las maquinarias hacia otros países —recordó John.

—Eso no es un problema —dijo Marsella con astucia. — Podemos utilizar la empresa importadora de mi padre para transportar las maquinarias. Solo tendríamos que pagar impuestos, nada más.

Vincent asintió a la respuesta de Marsella, quien de manera astuta mostro como podían solucionar ese problema, los demás socios por igual.

—Pues bien, brindemos, —exclama Marco con un tono jovial mientras descorcha una botella de champán y sirve las copas.

Pero antes de que puedan beber, Vincent interrumpe con una petición que hace girar la cabeza de todos hacia él.

—Una última cosa, —dice Vincent con determinación. —Necesito una oficina en este edificio, justo enfrente de la señorita Marsella, de hecho quiero, quiero contratatarla como mi asistente personal.

Marsella queda momentáneamente sorprendida ante la propuesta, mientras que Kozlov parece incómodo ante la idea.

—No creo que sea necesario, —interviene Kozlov con tono cortante.

Pero Vincent lo ignoró por completo.

—La señorita Marsella ha demostrado ser una mujer audaz para los negocios y necesito tener a alguien con esa capacidad en mi equipo. —dice el mafioso con tono firme. —¿Qué dice usted, señorita Marotti? ¿Le gustaría trabajar conmigo?

Marsella tarda unos segundos en responder aún sorprendida por los comentarios de Vincent.

—Para mí no es un problema, —responde Marsella con la voz poco firme.

Vincent nota que Marsella parece un poco insegura y con miedo, pero decide seguir adelante con su propuesta.

—Perfecto.—responde Vincent.

sirven el champán, Kozlov toma la palabra.

—Brindo por esta unión. —dice Kozlov, con sarcasmo. —Vincent, bienvenido a la familia Marotti —mientras extiende su copa.

Vincent extiende su copa y dice.

—No, Kozlov, te equivocas, —dice Vincent con voz firme. —Más bien, sean bienvenidos a la familia Salvatore.

Las palabras de Vincent crean una tensión palpable, pero Marco interviene rápidamente para romperla y hacer que todos brinden juntos.

Después de brindar, los socios empezaron a despedirse, pero el mafioso no podía resistir la curiosidad y quería descubrir qué estaba pasando.

—Señorita Marsella, no me gusta perder el tiempo en los negocios. ¿Podríamos tener una reunión ahora mismo para discutir unos detalles importantes en privado? —dijo el mafioso con voz profunda y penetrante.

—No hay problema S.r. Vincent. —respondió.

El mafioso se estremeció al escuchar su nombre de la boca de Marsella a pesar de la tensión del momento.

Después de que todos salieron de la habitación, Kozlov tomó la mano de Marsella y juntos caminaron hacia su oficina. Vincent los siguió más atrás, observando la escena y muriendo de celos por ella.

Al llegar a la oficina, Kozlov tomó a Marsella por la cintura y le dio un beso en la boca, pero ella pareció incómoda con el gesto.

—Nos vemos más tarde, amor. —dijo Kozlov.

Vincent se detuvo a escasos metros de ellos y presenció el momento, sintiendo una sensación de enojo posándose sobre él.

—Está bien. —respondió Marsella con la voz quebrada.

Kozlov se retiró, dejando a Marsella sola en su oficina. Vincent la siguió rápidamente y ordenó a su escolta que no dejara entrar a nadie sin previo aviso. Cuando entró, encontró a Marsella de pie junto a la ventana, mirando hacia afuera.

—Tu prometido, ¿eh? —dijo el mafioso con un tono que buscaba romper el hielo.

—Mi vida es una mierda. —respondió Marsella, estallando en llanto.

El mafioso sintió un nudo en la garganta al verla llorar nuevamente, se acercó apresuradamente a ella y la envolvió en sus brazos, tratando de consolarla.

—¿Qué sucede, Marsella? —preguntó con suavidad.

—Mi vida, es una mierda, mi vida es una mierda. —repetía Marsella, sin poder controlar sus lágrimas.

—J.Reyes.

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