Vincent esperó ansiosamente la llegada de Marsella, y mientras esperaba, no pudo evitar recordar la sensación de sus cálidos y tiernos labios sobre los suyos. Mientras miraba a través del parabrisas de su automóvil, vio que Marsella llegaba en su propio automóvil. Vincent salió de su auto y le hizo un gesto a Marsella para que se acercara. Ella sonrió al verlo y fue a su encuentro.
Marsella subió al auto de Vincent, y sin perder tiempo, él tomó sus labios con la misma pasión que la primera vez. Se movió con destreza y devoró sus labios con pasión y ternura.
—No podía esperar ni un segundo más para besarte. —le confeso el mafioso.
Marsella se quedó sin aliento tras el beso del fornido mafioso.
—Lo siento si fui demasiado atrevido, pero no podía esperar más —dijo Vincent perdido en la mirada de Marsella.
Marsella se sintió protegida en ese momento por Vincent, quien se abalanzó sobre el mafioso para besarlo. Vincent tomó la cara de Marsella con firmeza durante el beso, pero ella hizo una mueca de dolor.
—¿Qué pasa? ¿Te lastimé? —preguntó Vincent preocupado.
—No es nada, solo fue un golpe —respondió ella.
—Marsella —dijo Vincent —no es necesario que me mientas. Cuéntame qué pasó .
Marsella intentó disimular, pero finalmente no pudo contener las lágrimas y le confesó lo que había pasado en su oficina.
—Cuando te fuiste, Kozlov entró en mi oficina y... me arrancó la camisa y el sostén y me golpeó. —dijo entre sollozos.
—¿Qué diablos? —dijo Vincent con evidente furia.
—Lo provoque —expresó Marsella —le dije que era una basura y que su padre estaría avergonzado de quien se convirtió.
Vincent apretó con fuerza el volante de su coche y una rabia empezó a apoderarse de su cuerpo y mente.
—Y eso no es lo peor —continuó Marsella. —Mi padre entró luego a mi oficina, su presencia interrumpió que Kozlov se aprovechara de mí. Sentí alivio por un momento, pero luego Kozlov le dijo que me estaba enseñando a respetar y él no hizo nada.
—Hijo de puta Marco —dijo Vincent dejando salir un poco la furia que estaba sintiendo.
—Quiso reclamarme —continuó Marsella. —También le provoqué y me golpeó. Luego salió de mi habitación.
Vincent estaba lleno de ira y frustración ante la declaración de Marsella. No podía soportar la idea de que la mujer de la que se enamoraba estuviera pasando por ese infierno.
—No aguanto más esta situación, me siento como una basura y un juego barato para Kozlov y mi padre —dijo Marsella estallando en llanto.
Vincent abrazó a Marsella con fuerza, sintiendo la necesidad de protegerla y hacerla sentir segura en sus brazos. Unos segundos después Vincent la tomo por los hombros y la puso frente a el.
—¿Quieres salir de esto? —preguntó, su voz llena de convicción.
Marsella asintió con fuerza, dejando escapar un suspiro de alivio.
—No quisiera otra cosa en estos momentos. —respondió.
—Te ayudaré, Marsella, pero debes confiar en mí. —dijo Vincent seriamente. —Solo hay un problema.
—¿Cuál problema.? —respondió Marsella con temor.
—No puedo involucrarme directamente —explicó Vincent, tomando sus manos —porque eso te traerá más problemas. Debes hacerlo tú misma, pero estaré a tu lado en todo momento.
Marsella bajó la cabeza y comenzó a llorar, desilusionada por la respuesta de Vincent. Pero él no se rindió. La sostuvo por el mentón y la obligó a mirarlo a los ojos.
—No te rindas ahora —dijo con firmeza. —Confía en mi.
Marsella asintió con la cabeza, tratando de recuperar su compostura.
—Debemos elaborar un buen plan —continuó Vincent. Pero para lograrlo, necesitas paciencia y astucia. Si aprendes a utilizar estas cualidades a tu favor, podrás alcanzar cualquier cosa que te propongas.
—¿Cómo lo hago? —preguntó Marsella, sintiéndose abrumada por la tarea que tenía por delante.
—Tu padre y Kozlov son hombres poderosos que siempre buscan imponerse —explicó Vincent. —Pero cuando alguien tiene menos poder, a menudo se enfoca en las debilidades del otro y olvida evaluar sus fortalezas. Debes hacer lo contrario, evalúa sus fortalezas y utiliza esta información para nivelar la situación.
Marsella asintió, prestando atención a cada palabra.
—Lo más importante es que utilices los sentimientos a tu favor. —continuó Vincent. —Trata de hacer que se sientan bien contigo, ponerte a su nivel. Es como jugar ajedrez, debes anticiparte a sus movimientos y planificar tus estrategias en consecuencia.
Marsella tomó nota mental de cada consejo de Vincent.
—Lo segundo que debes hacer es negociar, —explicó Vincent con voz segura. —La negociación es clave para bajarles la guardia. En este caso, Kozlov te ha sido infiel, pero debes hacerle creer que lo vas a perdonar y negociar.
Marsella frunció el ceño, escéptica.
—¿Negociar? ¿Qué podría negociar con ese maldito?
—Tiempo —respondió el mafioso. —Tu padre quiere que te reconcilies con Kozlov y que se cansen en 5 meses, pero dile que estás dispuesta a perdonarlo. Muéstrate sumisa y amable, y dile que quieres restablecer la relación, pero que necesitas más de 5 meses. Diles que necesitas tiempo para pensar con más claridad y que esta nueva negociación con mi empresa te llevará mucho trabajo. Eso hará que tu padre baje la guardia y no te presione, ganando tiempo para el plan.
Marsella asintió, viendo la lógica en el plan de Vincent.
—Eso será difícil Vincent. —expresó Marsella
—Lo sé, pero no es imposible —respondió el mafioso para seguir. —Tercero, tienes que tener aliados y ese es mi trabajo aquí, y créeme, soy muy bueno en lo que hago.
—Cuánta modestia —interrumpió Marsella, sonriendo. En cambio, Vincent soltó una pequeña risa pero se mantuvo serio al explicar la situación.
—Necesitamos estar en constante comunicación —continuó. —De esa manera, puedo ofrecerte otras perspectivas de la situación y darte soluciones en caso de que las necesites.
—Por último, debes ser creativa. Habrá días en los que las cosas no saldrán bien, y tendrás que ingeniártelas para mantener el control de la situación. ¿Sabes a lo que me refiero, verdad?
—No, no entiendo del todo bien.
—Tendrás que permitirle que te acaricie, que te toque e incluso, que te haga el amor.
Marsella llevó la mano a la cara mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
—No princesa, no te pongas así. —dijo el mafioso, tratando de consolarla.
—Será muy difícil, Vincent. —respondió Marsella entre sollozos.
—Lo sé, pero es la única opción que tenemos en este momento. Debes seguir adelante con el plan, créeme que si fuera por mi iría y le partiría cada uno de sus malditos huesos a Kozlov pero si hago eso será mas peligroso para ambos. —dijo Vincent con firmeza.
Marsella no pudo evitar sentirse vulnerable en ese momento, pero sabía que no tenía otra opción.
Vincent la abrazó, pero el sonido del teléfono de Marsella los interrumpió. Era Kozlov.
—Ponlo en altavoz. —le dijo Vincent a Marsella.
—Se puede saber en donde andas Marsella. —dijo Kozlov con voz fría.
Marsella apretó los dientes con ira contenida, pero Vincent le hizo una seña para que mantuviera la calma.
—Tenía hambre y salí a buscar comida china. —respondió Marsella, intentando controlar su voz.
—Te estoy esperando en casa, así que no tardes, no me hagas tomar medidas como las de esta mañana. —advirtió Kozlov con dureza.
Marsella aguantó sus lágrimas antes de responder.
—Está bien, ya voy para allá. —dijo Marsella con resignación.
—Así me gusta, no tardes. —dijo Kozlov antes de colgar.
Marsella comenzó a golpear el tablero del coche con rabia mientras las lágrimas corrían por su rostro. Vincent intentó calmarla, pero ella se resistía.
—No quiero hacerlo, Vincent. No puedo soportar la idea de que me toque, de que me mire como si fuera su propiedad. No puedo soportar la idea de que mi cuerpo sea suyo.
Vincent la miró con tristeza y compasión.
—Lo sé, princesa. Sé que es difícil, pero es necesario. Si quieres salir de esto, tienes que hacer lo que te pide. Te ayudaré en todo lo que pueda, y confía en mi.
Marsella suspiró y asintió, aceptando su destino. Sin embargo, Vincent tenía una última instrucción para ella.
—Tenemos que ser distantes en el trabajo. No podemos arriesgar nada, así que la distancia será fundamental. Solo hablaremos de trabajo y mantendremos comunicación constante por mensajería. ¿Entendido?
Marsella lo miró con los ojos vidriosos y suspiró.
—Se que lo harás bien pequeña. —dijo el mafioso con ternura.
Marsella miro al mafioso y ambos se perdieron en sus miradas y de repente, Marsella se abalanzó sobre el mafioso, lo besó con pasión, se pozo encima de el y comenzó a quitarle la ropa. Vincent se sorprendió, pero se dejó llevar por el momento. Ambos se entregaron a un beso pasional y desenfrenado, pero luego Vincent freno la situación.
—Créeme, Marsella, quisiera seguir haciéndote mía, pero no quiero que esto sea apresurado. No quiero que te acuestes conmigo porque te sientes triste. Si en algún momento lo haces, quiero que sea porque lo deseas de verdad. —dijo Vincent con tono sincero.
Marsella lo miró a los ojos, comprendiendo sus palabras y asintiendo con un gesto de respeto y cariño hacia él
—Ve a casa princesa y hazlo bien. —dijo el mafioso con una sonrisa.
—¿Que pasará luego de esto? —preguntó Marsella antes de desmontarse del coche.
—Un pasó a la vez princesa, no te preocupes ahora por eso. —contestó el mafioso sonándo dulce, pero en su interior conocía la respuesta a esa pregunta que prefirió reservarse.
Marsella asintió con una sonrisa y se dirigió hacia su coche, el mafioso quedó con ganas de Marsella pero sabia que debía ser paciente . Saliendo de sus pensamientos Vincent tomó su teléfono y marcó.
—Rhyna, quiero que investigues todo sobre Kozlov Petrov y me hagas llegar toda la información.
—J.Reyes.
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