Capitulo 20

**Cesar **

Tomé sus manos y la aparté de mí con brusquedad dejándola descolocada, a veces intentaba entender si hacia esto apropósito, se mentía en mi mente para que soñara con ella, desde que me fui de viaje la había soñado las últimas, es descuidada, poco elegante, mal vestida, terca... y para colmo podía pasar por sobre ella y no tenía una pisca de orgullo, y aun así se las ingeniaba para no salir de mi mente, esto era lo que buscaba desde un principio... y si no tenía nada de lo que valoraba en una mujer, por qué demonios estaba consiguiendo mi atención.

—¿por qué me mira tan feo? Solo intentaba ayudar, solo acepté que me odia.... —indico directa al punto.

—Porque sé lo que intenta, pero yo estoy fuera de su alcance.

—¿fuera de su alcance...? —inquirió fingiendo confusión.

—Cree que porque se parece a Danielle tiene alguna oportunidad conmigo, mírese por favor... solo me provoca molestias.

—¡Óigame, óigame! Tampoco se pase con los insultos. No me va a hacer menos solo porque no estoy en su estatus, yo he sobrevivido sola por mí misma, ¡usted que ha hecho además de quejarse todo el rato!

—¡cómo se atreve a levantarme la voz!

—Entonces écheme porque yo ya no le voy a rogar más por mi puesto, estoy harta de aguantarme sus insultos, ¿cree que puede tratar a la gente como le dé la gana? —camino a la puerta y cuando la abrió la señorita Benelope entraba sin más paso a su lado cerrando la puerta con fuerza.

—Señor cesar, quiere que redacte la carta de despido.

—Ahora lo entiendo todo.... se ha enamorado de mí.

—¿Qué... dice señor...? —soltó la voz descolocada de Benelope. Pero ya era bastante claro para mí.

—Por eso le ofendió tanto que le dijera que no era digna de mí. Está enamorada....

Ya habían pasado dos días después de la discusión con el señor cesar, y como siempre me sentía arrepentida de mis palabras, padecía de una gran bocotá, pero una consciencia irremediable, que me repetía que no había tenido el mejor comportamiento y odiaba esa sensación. Me sentía un poco perdida, y el arrepentimiento también estaba presente, era como si hubiera caído en una encrucijada. Odiaba al señor cesar, pero quería seguir por el señor Danilo... así que con esta lavadora que tenía en mi cabeza, fui a visitar a mi Abu, ella siempre me daba buenos consejos, y ver caras conocidas que se movieran en mi ambiente.

Entre en hospital con una gran sonrisa en mi semblante y unas flores para decorar la habitación de mi abu, cuando cruce la puerta una humareda de algo que no era cigarrillo me dio la bienvenida.

—¿Abu que haces? —la enfermera que la acompañaba, apago con rapidez el porro y sacudiendo su ropa indico nerviosa.

—Creo que ya me tengo que retirar —la mire con desapruebo, para luego posar mis ojos en mi Abu que seguía fumando su porro sentado cerca de la ventana.

—Siempre tan imprudente niña.

—Como que imprudente, no fume eso... se supone que está aquí para desintoxicarse. Y hasta las enfermeras se le unen.

—Desintoxicarse mis ovarios, yo aquí me estoy muriendo del aburrimiento, en la calle produzco más que aquí.

—Eso ya lo sé, pero al menos inténtelo un poquito más.

—tch.... hablas mucho, a qué viniste, sabes que no me gustan esas cosas.

—Vine a ver como estaba abu.

—Deja de mentir, y di a que viniste. Conociéndote porque te crie, ya debiste haberte metido en problemas con esos ricos como te lo advertí. A ver si a divino, ¿perdiste el empleo?

—¿cómo lo supo, abu?

—cómo lo supo... —indico ar remedándome con una cara tonta. —Pues porque eres ingenua hasta dar pena... a ver si espabilas de una buena vez.

—pero abu... lo estoy intentando y todo me sale mal.

—A ver explícamelo despacito que ya estoy mayor, niña....

—el jefe que tengo es un verdadero tirano, ¡está loco!

—Entonces porque sigues ahí, niña tonta. De seguro estás dejando que te traten mal y te humillen. Has dejado perder tu dignidad. —dijo tomando mi oreja.

—por usted abu, quiero que siga el tratamiento. —soltó una carcajada y propino.

—De que se ríe.

—Quieres verme la cara de estúpida. Yo no necesito esto y sabes que en cualquier momento yo podría largarme y no me verías nunca. —apenada, agazapé la mirada y dije,

—Es que me gusta abu, y sé usted me dijo que no le diera mi corazón a ninguno de esos ricos, pero él es tan bueno y me trata también como nadie lo había hecho, él me ayudo cuando más lo necesitaba. Le prometí pagarle ese favor tan importante para mí, con algo importante para él.

—ay, ay, ay... me das dolores de cabeza, solo puros dolores de cabeza.

—¿Qué hago, Abu...? Aconséjeme como siempre lo hace.

—lo que te diga te entrara por un oído y te saldrá por el otro, estas enamoradas... no hay venda que trate eso, así que lo que te queda es seguir en esto que te has metido tu solita y esperar el final.

—Tengo miedo...

—Eres guapa.

—pero no soy como ellos, no estoy a su altura.

—¿quién te dijo eso?

—El dueño de la casa, él tiene razón... yo nunca le gustaré a Danilo.

—El desgraciado tendrá razón, pero tú tienes mucho más valor que cualquiera en esa casa, y si te dejas pisotear por ellos sin luchar por tu dignidad, no vuelvas a verme a la cara porque eso no fue lo que te enseñe.

—No me quede callada, le grite su poco de vaina, ese no se quedó con ganas de soltarme algo parecido.

—Esa es mi niña

—Y luego me sentí culpable, y reflexioné mejor pedirle disculpas por el bien de mi vida.

—Pero eres tonta, sabía que no podía confiar del todo. ¡Que te vas a disculpar con ese Saborío!

—pero abu es mejor hacer las cosas bien.

—Bien, te voy a dar en la cabeza pa que espabiles de una vez.

—pero él tiene razón, yo soy un charco sucio, a su lado... además me comparan con una mujer, dicen... que me parezco a ella, y eso ya me está empezando a dar curiosidad. ¿Usted sabe algo de mi madre abu? —se quedó en silencio un segundo que me pareció una eternidad.

—¿por qué preguntas tanto? Porque no mejor te quedas callada y solucionas el caldero hirviente en el que te metiste, vas a terminar quemándote, escucha mis palabras, niña...

—entonces no sabe nada...

—¡y yo que voy a saber! Ve y pregúntale al que te lo dijo. —dijo sin mirarme, perdiéndose en la ventana de aquella habitación completamente blanca. La abracé con fuerza provocando su rechistes.

—bueno, bueno, ya vete o me arrepentiré de recibirte.

—Gracias abu.... ya me siento mejor. Volveré pronto para visitarla.

—No lo hagas, solo me traes dolores.

—¡eso es que me quiere mucho! —me despedí, pero aún revoloteaba en mi cabeza esa idea, quiero saber cómo es Danielle... tanto nos parecíamos, tenía que verlo por mis propios ojos, solo necesitaba su apellido y buscaría algo de ella en internet, tenía que desenvolver este misterio.

**Danilo **

—porque no me despertaste para desayunar —dije bajando acelerado con miedo a que se volviera a ir, solo perderla de vista era suficiente. Me senté delante de la mesa, y la miré con una seria expresión.

— No me ha llamado, ni me ha mandado un solo mensaje desde que me fui. Dime la verdad Danilo... ¿Siquiera me ha extrañado un poco? —una rabia hirvió en mí como un volcán que poco a poco empezaba a pasar su límite.

—¿realmente quieres saber la verdad? —sin mirarme alzo la taza sin decir nada, para luego beber.

—Entonces si me encontraste significa que es hora de volver. —volver, yo no quería volver... si por mí fuera la raptaría para que solo este momento nos uniera para siempre.

—Supongo que si...

**En qué momento llegas a la conclusión de que nuestra Mila está enamorado de ti\, cesar. Que pensáis ustedes\, esto cada vez se está poniendo más interesante. **

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Comments

bruja de la imaginación 👿😇

bruja de la imaginación 👿😇

este si tiene autoestima 🤣

2025-03-22

0

RUTH MARTINEZ

RUTH MARTINEZ

osea danilo enamorao de danielle .danielke de cesar ummm pero xq se fue q paso aqui🤔🤔🤔🤔🤔

2023-05-11

0

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