Negué… y el hombre sonrió viendo a través de mi mentira, por supuesto que quería ese dinero, y también sabía que mi expresión de necesidad hablaba mucho más de mí, camino hasta mí y temerosa agazapé mi mirada sintiendo el aroma de su perfume costoso.
—Mírame… —alce mis ojos tímidos y volvió a sonreír.
—Hagamos un trato justo, quiero trabajar contigo —mis ojos se abrieron de inmediato sin poder creerlo. ¿Quién era este hombre? Y en que estaba a punto de meterme.
¶
**Horas antes **
—No ha habido nuevas noticias, señor.
—Entonces para que estoy pagando, ¡tanto! Sois unos inútiles… —tomé el maletín y salí de aquel lugar con una impotencia que me ardía en alma, detuve mis pasos intentando calmarme. Pero la ira y la rabia hicieron perder el control. Lancé con fuerza el maletín en uno de esos sucios callejones con ira y una tristeza desoladora, lo recogí con desprecio lanzándolo al basurero, nada tenía sentido en esta vida si el dinero no te daba lo que más deseabas. Salí de aquel sucio lugar caminando por las calles como si una nube negra revoloteara mi cabeza, detuve mis pasos y pase mi mano por mi rostro.
—Que estás haciendo Danilo, el dinero no es para tirarlo… —solté un suspiro volviendo a aquel callejón cuando de repente la vi mirándolo.
—¿quién diablos es…? Un ladrón... con esas ropas seguro lo es. Llamaré a la policía —dije sacando mi celular cuando de repente.
—Espera un momento…. No puede ser.
¶
**Presente. **
Toque mis dedos con nerviosismo, viendo la suciedad en mis uñas y dedos. Mire a mi alrededor con vergüenza y por supuesto, como no atraíamos las miradas de asco y repulsión al verme, este café era muy elegante, jamás había estado en un lugar como este. Tan elegante y bonito…
—Pide lo que quieras —dijo de repente y le mire sonreírme, me sonreía a mí.
—Lo… que quiera.
—Sí, por favor. Quiero invitarte algo por el incómodo rato que te hice pasar. —Insisto con su mano a que mirara el menú.
—Incómodo… rato… —murmure era amable contigo por qué le dabas lástima tonta, se siente en deuda porque es buena persona. Niégate le estás incomodado estando a su lado. Me dije a mí misma.
—No se preocupe, señor, tengo la barriga llena desde ayer… además aguanto muy bien, soy muy fuerte. —Indique alegre, intentando aguantar la incomodidad. Río, levemente hipnotizándome con su belleza, era tan guapo… jamás había visto alguien con rasgos tan bonitos… y menos que sonriera para mí, a una simple sin techo a la que todos despreciaban.
—Puedo imaginar lo fuerte que eres, pero me gustaría que aceptaras mi propuesta de pedir lo que quieras. —Haciéndome bolita en la silla solté tímida.
—Con un vaso de agua está bien… —dije apartando la mirada. Soltó un suspiro y dijo.
—Parece que eres difícil.
—¡No! Y-yo solo no quiero que gaste en mí, yo no puedo pagarle…
—Entonces, pediré por ti. El chocolate caliente de este lugar es exquisito y un trozo de tartaleta de queso puede que te guste. —Mis ojos se iluminaron cuando escuche la palabra chocolate, levanto la mano para llamar a la camarera y hacer su pedido. Todo se silenció y ante mis ojos solo existía él, ¿por qué era tan amable conmigo? Ningún hombre lo había sido… solo recordaba malos tratos y desprecio, una sonrisa se formó en mi boca cuando escuche.
»—Este lugar ya ha perdido totalmente su categoría, sin techo comiendo a la par que los clientes, qué vergüenza… huele desagradable.
Olí mi ropa y me sentí culpable por hacerlo quedar tan mal, a pesar de lo amable que estaba siendo conmigo, yo no debería estar aquí. Tenía que pagar su amabilidad de otra manera. Me levanté con rigidez llenándolo de sorpresa.
—Creo… que comeré afuera. —Indique incómoda con una sonrisa.
—No, es mi invitada y cualquier ofensa hacia ella será una ofensa hacia mí.
—Mis disculpas, señor Montenegro. Intentaremos que no se vuelva a repetir —con rapidez la mujer dejo la tartaleta, y aquella pareja salió pegando un fuerte rechisto mientras discutía.
—Ahora por favor siéntate —indico de nuevo hacia mí, y confundida acepté —me miro con una sonrisa instándome a comer, asentí tomando una cuchara para probar un trozo en silencio. Al pasarlo por la superficie de mi boca, una expresión de emoción surco mi semblante.
—Es tan sabroso…
—Me alegra que te gustara, ahora si podremos hablar como es debido, creo que empezamos con el pie izquierdo. Así que, qué te parece si empezamos por decir nuestros nombres —asentí con la boca llena de tarta. Saco un pañuelo y me lo tendió, con vergüenza lo tomé y dije.
—Mi nombre es Mila… bueno, así me llamaron los sintechos que me han cuidado desde que nací. —Frunció el señor y dijo.
—¿Tu madre murió cuando naciste? —asentí.
—¿cuántos años tienes?
—Dieciocho…. —pensativo se quedó mirando a la nada como si miles de preguntas se le pasaran por la cabeza. Así que solté con rapidez.
—¡Yo no hago ese tipo de trabajos! Así que, si piensa que aceptare con los ojos cerrados, se equivoca… tengo más calle que usted—soltó una carcajada y dijo mirándome mientras apoyaba su barbilla en su mano mirando con curiosidad.
—Nunca me había dicho que tenía pinta de proxeneta, ¿tan mal me veo? —negué con rapidez rígida para soltar.
—¡Usted es el hombre más bello y amable con el que me he cruzado! —lo dije con tanta fuerza que llamé la atención. Le iré y parecía sorprendido, pero luego me regalo una de sus sonrisas.
—Mila, el trabajo que te quiero ofrecer es en una mansión, más específicos la casa de los Montenegro. —sorprendida por tal oportunidad, solté con rapidez.
—Sé cocinar, fontanería, y soy muy buena con la jardinería, mi abu me enseño…. —dije con tristeza recordando a mi abu, ¿qué estoy haciendo? Tenía que irme.
—Te-tengo que irme de inmediato. —Me levanté acelerada, provocando su sorpresa por mi repentina actitud.
—¿Qué? ¿Por qué? ¡Espera un minuto! —tomo mi mano y dije firme con una expresión preocupada.
—Si quiere que acepte el trabajo, necesito que me preste ese dinero —me miro en silencio unos segundos y sin pensarlo soltó.
—Trato hecho, vamos… yo te llevo al lugar donde quieres ir. —le miré incrédula dejando el dinero en la mesa con una elegante parsimonia, con una neutra expresión. Sin mucha más palabrería camino hacia la salida. ¿Quién era este hombre y porque me ayudaba tan a la ligera?
Danilo
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 33 Episodes
Comments
Alba Hurtado
esta buenisima si este es el desayuno la cena mejor
2023-06-29
0
RUTH MARTINEZ
empezamos bien .. estaxinteresante
2023-04-25
1