—¡Señor Danilo! ¡Señor Danilo, espere! ¡DANILO! —detuvo sus pasos girandose hacia mí por fin. Cuando nuestras miradas por fin volvieron a chocar, dije con rapidez.
—Tal vez no me vio cuando le salude, pero estaba a unos metros escuchándolo. —Indique con una sonrisa incómoda, sabía que me había visto.
—Si te vi...
—Ah, entonces me ignoró a propósito. —Soltó un leve suspiro y dijo.
—Perdóname Mila, fue grosero de mi hacerte correr y más como estás —dijo viendo mi yeso. Con rapidez alcé un poco mi brazo y él propinó.
—No hagas eso, te lastimarás nuevamente.
—Estoy bien, de verdad no se preocupe. Mi abu decía que era un culo inquieto, no me gusta tan quieta. —tímida le miré y dije —¿Puedo saber por qué me ignoro?
—Es solo que la música me evoca a muy buenos recuerdos, y tú me recuerdas alguien que extraño. —me quede inerte, pensativa en aquellas palabras y tenía tantas ganas de preguntar de quién hablaba, pero una parte de mí no quería saberlo.
—Era una muy bonita canción. —Indique nerviosa sin poderlo verlo directo a los ojos.
—Lo es... ¿Sabes qué? No quiero amargarte con mis tonterías, que te parece si salimos un rato, este lugar tiene un aire muy opresor. Con una sonrisa de emoción le miré, saldríamos juntos algún lugar y ni siquiera podía fingir las increíbles ganas que tenía.
♥
**Cesar **
Me levanté de improvisto con la respiración acelerada, había sido solo un sueño, un extraño y malhumorarte, pero porque de todas las cosas que podía tener en mi cabeza había soñado con esa niñita molesta, cabeza dura y fastidiosa. Nada más ayer ya me había dejado jaqueca por lo que había pasado, y ahora soñaba con esa inaceptable... esto ya era tener una mañana degradable.
—Buenos días, seño, cesar. Aquí le traigo su desayuno con una humeante taza de café con una de azúcar como le gusta. —con un intenso dolor de cabeza, indiqué.
—Café no, mejor una infusión con una aspirina, la cabeza me está matando. —apurado dejo la bandeja soltando.
—Sí, señor enseguida. —Cuando Benélope volvió, sirvió de la tetera la infusión y aun lado me dejo la aspirina. Suspire con cansancio tomento la tasa.
—Parece que no tuvo una buena noche, seño cesar. Hay algo que le esté inquietando en que pueda ayudarlo.
—Inquietarme... —murmure bebiendo la infusión.
—Solo es mi cabeza, que parece que se ha vuelto loca.
Si tan solo esa mujer no hubiera aparecido en mi sueño, no estaría tan molesto. En que rayos estaba pensando... si no me hubiera sacado tanto de mis casillas no me sentiría un tan molesto con este tema. Solo podía encontrar esa explicación del porqué aparecer en mi mente. Indique rechistando mientras el agua cubría mi cuerpo. Cuando termine de bañarme, ya un traje limpio e impecable me esperaba en mi vestidor, mientras me abrochaba la camisa frente al espejo, una perpetua expresión de enojo se mantenía inerte en mi rostro.
—Algo no me gusta... —murmuré, no a gusto acomodando las solapas de mi camisa.
—Tal vez la corbata, o.... —de repente escuché toquido en mi puerta y con voz firme di paso.
—Señor cesar es la doctora del hospital donde internaron... a la muchachita esa, necesita hablar con usted enseguida. —Mi cara cambio a una de seguridad, de seguro ya había empezado derrochar de los servicios del hospital.
—Señor Montenegro, discúlpeme, quería hablarte de la paciente que fue hospitalizada ayer.
—Cualquier derroche que haya hecho cárguelo a mi cuenta. —indique sopesando que esto pasaría tarde que temprano.
—De hecho, me ha exigido de nuevo que le dé el alta, la he visto muy incómoda con los cuidados de las enfermeras y en la habitación en vez de recuperarse parece un conejillo de indias atrapado. Así que como médico tomé la decisión de darle de alta para que se recupere en un ambiente en el que ella esté más cómodo, siempre primo por la salud de mis pacientes. Por eso le quería avisar a usted.
—Bien, gracias por avisarme. —Colgué de inmediato si siquiera despedirme y llamé a Joffre.
—Señor cesar, pido disculpas.
—Que ha pasado, no te pedí que la vigilaras.
—Lo sé, señor. Pero la doctora tomo la dación dándole el alta. No tuve poder para oponerme. De hecho, indico que prefería quedarse con el dinero antes que fuera gastado en el hospital.
—¿qué?
—Por supuesto que le dije que no, pero... aun así le dieron el alta.
—Tráela a la mansión —dije con la quijada tensionada, colgué sintiéndome humillado, de nuevo tomaba mis intenciones y las pateaba en el suelo como si no valieran nada, ¿qué se creía esa niñita indígena? Propine dándole un fuerte golpe a la mesa. Solo quería hacerme enojar... lo único que me quedaba era ofrécele una habitación en mi mansión, si se iba a esa inmunda cabaña no se recuperaría. Solo que yo no podía quedarme, solo verla me estaba provocando que me volviera demente de cólera, pero ¿por qué? Aún no podía reconocer la razón de mi desagrado hacia esa mujer tan insignificante en mi vida, ¿por su rostro...? Negar el tremendo parecido que tenía a Danielle, era mentirme a mí mismo, pero era como agua y aceite completamente distintas. No era eso... sino que podía siquiera identificar la fuente de mis malos humores, tenía que irme lejos un tiempo y alejarme todo lo posible de ella.
—Benelope.
—Dígame señor.
—Cancele mis reuniones de unas semanas, me iré de viaje por un tiempo. —Sorprendida asintió retirándose. —tal vez ver tanta miseria y poca clase me ha impactado, no soy un hombre que escapa, pero era mejor que nada.
♥
**Unas horas antes. **
Me vestí con cuidado de no lastimar mi yeso, estaba tan emocionada que solo veía mariposas y estrellas, o tal vez eran los efectos secundarios de la medicina para el dolor, fuera lo que viera, mi felicidad era mía y de nadie más. Cuando crucé la puerta me encontré con Joffre y la doctora.
—Vaya, cuanta energía... hace algunas horas parecía un ave apresada. —un poco avergonzada me asincere.
—Me enfermaré más estando aquí, y odio el hecho de saber que están pagando un dineral por esta habitación cuando no la necesito, por favor le pido que me dé el alta, el señor cesar no tiene que pagar esto. Usted ya me ha visto con sus propios ojos, me encuentro completamente bien. Prefiero gastar el dinero en algo beneficioso y no en algo inútil como esta habitación. —la mujer sonrió y dijo.
—De hecho, para eso venía, estaba pensado den darle salida, si no se sentía cómoda, es mejor que se recupere en un lugar donde realmente se recuperara. —mis ojos recayeron en los del señor Joffre que con rapidez tomo su celular.
—Comuníqueselo al señor cesar. —Ay, no...
El proximo dia volveremos con el primer maraton, asi que ya saben lo que significa, estare unos dias si sibur porque lo estare escribiendo.
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Comments
Alba Hurtado
me parece que danilo es morrongo hipocrita, haciendose el bueno,,y cesar es sincero porque demuestra lo que es,algo no cuadra entre los dos ✌ gracias por compartir felicitaciones bendiciones para ti eres increible
2023-06-29
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Nelly Rondon
Ay ve q Danilo tuvo q ver con esa daniell3 y César también o solo q Danilo era novia de Danielle y César los separó su nooooo ya me voy ah quedar sin uñas pero algo si esta claro Mila desestabiliza sh César jajajajajajaja ya hasta la sueña en cambió Danilo creo q juega con Mila .😳😢 es así no es justo q el haga eso
2023-05-04
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RUTH MARTINEZ
ahi querido au q mo lo quieras reconocer te gista esa muchachita q inocentemente t lleva la contraria u no t ve como hombre x ahora pprq l parece ñindo danilo
2023-05-04
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