Capitulo 13

Joffre 

No entendía por qué el amo cesar se tomaba tantas molestias, con una simple empleada, que me pidiera explícitamente que le cuidara para que no se fuera, ¿no era demasiado? Porque le importaba tanto esa mujer... le lancé una mirada de reojo, y entonces lo supe.... era por ella, por la señorita Danielle. Era inevitable no darse cuenta cada vez que la mirabas, eran idénticas... y creo que era la hora de investigar quien era esta mujer y que quería. Había conseguido remover muchas cosas en la mansión en muy poco tiempo, no solo tenía al señor Danilo en la palma de su mano, sino que quería algo de mi amo y la iba a desenmascarar.

—Señor Joffre, no se preocupe si quiere puede retirarse, yo no haré nada —dijo después de que el señor cesar saliera. La miré con suspicacia y frialdad, estaba empezando sospechar sobre sus verdaderas intenciones.

—¿señor... Joffre?

—Más le vale que coopere y no me haga perder el tiempo a mí y al señor cesar —con desdén la mire saliendo de la habitación.

—¿Y ahora que le hice...?

—No te preocupes, siempre ha sido un hombre muy frío y de pocas palabras. Cuida a cesar desde que mis padres fallecieron, por eso es tan precavido con todo el mundo. —Indico en un tono más bajo.

—Yo jamás tuve a mi madre... y aún me duele no haberla conocido, pero no me imagino como debe ser el dolor de haberla conocido y perderlos al mismo tiempo. —la tristeza que cubrió su rostro acongojo hasta el último recoveco de mi corazón.

—La muerte de mi familia se resumió a obligaciones y cambios. Yo era muy pequeño para entender que no era tiempo de llorar por nuestros seres queridos, tenía que mostrarme fuerte... y Caesar se alejó de todos para convertirse en un hombre que cuidara el apellido Montenegro. Solo tenía doce años...

—Entonces... porque os lleváis tan mal, si sabes todo eso. ¿Por qué quieres que tu hermano se arrepienta? —frunció el ceño y propino.

—Porque le ha hecho daño muchas personas en su búsqueda de quererlo todo, cesar ya no es el hermano que una vez conocí.

—A lo mejor tiene sus razones... tal vez si ustedes hablaran.

—Te traje aquí y pagué el hospital de tu abuela, y te di un empleo, ¿no puedes ni siquiera pagarme este favor?

—¡No! No es eso... es solo que, no quiero hacerles daño a personas que también lo han pasado mal. Tu hermano no me cae nada bien, pero aun así... sé agradecer los favores y me sorprendió que me pagara una habitación tan cara, Habla que es un hombre que tiene valores. —Soltó levemente una sonrisa para luego decir.

—Su conciencia es su única enemiga... y tú se lo vas a recordar, así que no te preocupes.... indirectamente no le harás daño a nadie, así que no te preocupes —dijo regalándome una sonrisa, pero no sé por qué sentía que no era del todo genuina. No quería indagar más... no sé por qué sentía que no era el momento.

—¿Sabes quién era tu padre? —le mire con extrañeza, sin entender por qué tanto interés de repente en mi padre.

—Jamás me contaron nada de él, pero ¿por qué se ve tan interesado? —sonrió levemente y negó.

—Es solo simple curiosidad... Bueno, ahora dejémonos de charlas, come algo y descansada, ha sido un día larguísimo. —Dijo ayudándome a destapar la sopa caliente acercándola hasta mí, me miro atento esperando a que comiera, y con apuro empecé a comer rápido para que se fuera a descansar, no quería seguir aprovechándome de su amabilidad.

—Gracias por quedarse señor Danilo... ya puede irse, usted también debe estar cansado —dije con una sonrisa de lado a lado entrecerrando mi ojo.

—Tanto te incomodo que quieres que me vaya... —dijo sentándose a los pies de la cama. Mi corazón empezó a latir con rapidez.

—Es que yo.... ¡Yo no quiero que usted este todo agotado por mi culpa! —propiné con tanta fuerza que se sorprendió.

—Tan enérgica como siempre, pero creo que deberías preocuparte más por ti que por mí. Come y cuando termines de comer me iré... —sonreí con timidez sintiéndome tan especial a su lado. Cuando termine de comer, recogió todo a un lado para que me durmiera, entonces le pregunte con timidez

—¿señor Danilo, porque están bueno conmigo? —sorprendido me miro y dijo.

—¿Hasta cuándo me vas a seguir diciendo Danilo? Me siento como mi padre...

—¿Su padre se llamaba Danilo? —asintió levemente y soltó —Mila creo que era una buena chica, con una muy mala suerte.

—Danilo... gracias por todo. Ahora me dormiré rápido para que usted se pueda ir tranquilo —con rapidez me tape cerrando los ojos, abrí levemente un ojillo y le vi sonreír.

—Ten un buen sueño Mila —beso mi frente y mis ojos se abrieron con rapidez chocando con los de él.

—Esto es por fingir que dormías... —mi rostro se calentó y estaba segura de que, si no fuera por la luz, me vería como una sirena de ambulancia con lo roja que estaba. Cerré de nuevo mis ojos escuchando su risa mientras se alejaba.

—Qué vergüenza... y ahora como lo veré a la cara mañana —murmuro en voz alta viendo de reojo a Gulliver dormitar con los ojos abiertos.

—Gulliver creo que me gusta el señor Danilo, ¿se me notara mucho? —una sonrisa se formó en mi boca, toqué mi frente sin poder dormí en toda la noche.

A la mañana muy temprano las enfermeras vinieron a examinarme, cuando terminaron desayune y aún no había visto al señor Danilo, por una parte, me sentía más relajada, pero, por otra parte, quería ver su sonrisa cándida. Cuando terminé me di un baño con la ayuda de una de las enfermeras, los servicios que me daban eran increíbles, los ricos vivían una vida tan fácil.... tan lejana a la que yo había vivido, que me sentía rara cuando hacía todo por mí. Aburrida de mi estadía en aquel hospital, me levanté con cuidado, e hice algunos mimos a Gulliver, cuando termine de molestarle decidí salir de la habitación, cuando de repente me encontré con Joffre que me miraba con seriedad expresión. Nerviosa le sonreí intentando no verme tan sospechosa, pero era imposible mentirle a este viejo perro.

—Señor Joffre tan puntual como siempre.

—Nunca fallo.

—Y que tal paso la noche.

—Mejor que usted seguro, ¿qué hace fuera de su habitación? Recuerda que el señor cesar pidió explícitamente que se quede hasta que lo den de alta.

—Si, lo oímos todos porque lo grito, muy fuerte y muy enojado —dije con una risa tonta que el devolvió con expresión dura.

—Entonces que hace afuera.

—Solo... quería tomar un paseo, me siento un poco sofocada en la habitación. Siempre he sido un espíritu libre, de aire fresco y sol destellante.

—Mejor quédese en su habitación, para que ya no haya más accidentes.

—Pero se puede saber qué dije o hice para que me trate de manera tan diferente a unos días atrás. —Increpe frunciendo el ceño.

—Le parece poco lo que está haciendo el amo, por una simple empleada... de seguro debe estar contenta.

—¿Qué? Porque estaría contenta, ¡yo no pedí esto! De hecho, le dije al señor cesar que era demasiado y no me hizo caso.

—Es inevitable ver como llego hace unos días y ya está en una habitación de hospital lujosa, si me lo pregunta... me parece muy extraño, sin contar que tenga ese rostro. ¿Quién es su madre? ¿Busca dinero y un título? Porque la casa Montenegro... es porque sabe lo de Danielle. —Me acribillo a tantas preguntas que no supe que responder, que eran todas esas elucubraciones.

—Olvide lo que cabo de decir, no me responda... no puedo acusarla sin pruebas, pero que sepa que la estoy vigilando señorita Mila. —De repente su celular sonó, me lanzo una última mirada y se retiró un poco para hablar, le alcé mi dedo medio y corrí con rapidez hacia el otro lado.

—Toda la familia Montenegro eran unos sociopatas. El hijo mayor era un loco, y el mayordomo sufría de delirios. Porque el señor Danilo era tan diferente... parecía un ángel. Ahora que lo pensaba bien.... —murmure deteniéndome, era la segunda vez que escuchaba ese nombre. ¿Quién diablos era...? Ya en el exterior, con el aire fresco en un clima nublado, camine por los jardines, cuando escuche una hermosa melodía de violín, eran tan triste y melancólica que solo pude caminar hacia ella como una polilla a la luz. Cuando por fin el muro me dejo ver, Danilo apareció en mis ojos tocando aquel violín con tanta magnanimidad. Sus ojos estaban cerrados, concentrado en la música que soltaba su violín, mientras niños lo rodeaban escuchándolo. Cuando termino aquella tonada triste, su expresión reflejaba el mismo sentimiento que aquella canción. De repente nuestras miradas se cruzan, levemente alzo mi mano para saludarlo desde lejos, aparta su mirada de mí con dolor, y se retira despidiéndose de los niños y la encargada de ellos. Con rapidez mi cándida sonrisa cambio a una de desconcierto. Con rapidez lo sigo buscando una explicación a su alejamiento que solo dañaba mi pobre corazón.

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Comments

Miróslava Pompa

Miróslava Pompa

estoy intrigada quien es esa tal Danielle

2023-05-08

1

RUTH MARTINEZ

RUTH MARTINEZ

sera q los hermanos estaban enamorado de la misma chica o era su hermana umnmm🤔🤔🤔yo creo q era un triangulo amoroso

2023-05-02

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