Abrir la puerta con dificultad, intentando no mover mi brazo ha afectado, y cuando por fin cedió una sonrisa broto de mi semblante, al menos el pomo no se calló de nuevo, mi apaño había sido de utilidad, le miré y nerviosa, me dije a mí misma... es la primera vez desde que llegué que alguien entraba a mi casita, ojalá la elogiara como había estado deseando. Joffre era muy complaciente y a todo me asentía.
—Pase, por favor...
—Estas de broma... se supone que tengo que creer que vives aquí.
—Entonces porque cree que abrí la puerta. —Indique sin poder entenderle.
—Pensé que era un almacén sucio donde guardaba las herramientas.
—Los almacenes son bonitos si los limpias y decoras, ¿quiere ver como lo cuido? Hasta tengo una rana de mascota, se llama Guillebert —hizo un intento de arcada al oír la palabra rana.
—Vives bajo un montón de árboles demolidos, como puedes siquiera llamarlo casa.
—¿No va a entrar? Puede quedarse a fuera, pero hay un nido de arañas al que le tengo que buscar un nuevo hogar. —Alarmado, miro el suelo caminando con recelo y el ceño tan fruncido que le iba a dar un yuyu. Solté una leve sonrisa vengándome un poco. Cuando cerró la puerta tras de sí, con la nariz tapada, mirando todo con desagrado indique animada, él no me quitaría mi felicidad por mi nuevo hogar.
—Sé que no se ve bien por fuera, pero lo importante es mantenerlo lindo por dentro. No es tan malo como parece si lo ve desde ese punto de vista. —me miro a los ojos, gritándome con esa expresión tan enojada. “¿Como le puedes llamar a esto bueno?” Era tan expresivo, para él era basura, pero par mi era tesoro. Sin pedir permiso, tomo la silla de la mesita y se sentó con elegancia cruzando sus piernas, como un acto tan banal se veía bien en él. Lástima que siempre tuviera esa cara.
—Parece que no está tan mal como parecía —dijo pasando un dedo por la mesa para no encontrar ni una mota de polvo
—¿De verdad lo piensa? — indiqué con ilusión alejando todos los problemas que había tenido con él en un segundo.
—Espere aquí, le traeré una taza de té que me trajo Jeffrey el otro día, ¡le va a cantar tanto como a mí! Jamás había probado un sabor tan bonito. —Dije emocionada atendiendo a mi primer invitado. La emoción me había hecho perder el umbral del dolor que sentía mi pobre brazo. Sin querer toqué la olla hirviente quemándome, solté un quejido
—¡Auch! —metí mi dedo a mi boca, llevando las tasas a la mesa, cuando alcé la mirada, él me miraba con dureza. Le ignoré y con nerviosismo serví todo con una mano. En mis vasitos plásticos, había dibujado florecitas en el exterior para que se vieran más elegantes. Orgullosa, terminé y cuando se lo ofrecí indico.
—Un... vaso de plástico, ¿esto es en serio?
—Le parecen lindo, yo los decoré. Si quiere puedo enseñarle, mi Abu me enseño hace mucho tiempo... —Se quedó mirando el vaso en silencio, y mis nervios afloraron.
—Es... lo único que tengo. ¿O tal vez... prefería café?
—Café... en un vaso de plástico, es alguna de tus estupideces.
—Bueno, yo... lo importante es que pueda beber. Y tome... — le pasé un palito de madera y dije. —Es para que revuelva la azúcar, no se preocupe, son de madera, pero los lave muy bien. Paso su mano por su rostro murmurando cosas intangibles, poco a poco su expresión se volvió a enfurecer ennegreciéndose. ¿Y ahora que hice de nuevo?
♥
Primero se atrevió a servirme agua en su olla apestosa y para colmo en un vaso plástico como si yo fuera un estúpido, quien en su sano juicio le entrega a alguien un palo mohoso que abra sacada de la tierra para que alguien consuma, realmente se estaba intentando vengar de alguna manera de mí. Debí suponerlo. Sé que no es educado mostrar tu desagrado a la casa, a de alguien, pero me importa un bledo esos protocolos, es mi maldito terreno, esta casa también por ende es mía y no dejaré que me vea la cara de estúpido.
—Si vuelves a mostrar frente a mí semejantes porquerías, no solo volveré añicos esos plásticos que llamas vasos, sino la casa entera debe ser un foco bacterias. ¡¿Entendiste?! — propiné provocando que pegara un respigo, señalándole que lo quitara de la mesa.
—Sí, señor... —indico tomando todo mientras reverberaba algo por lo bajo. De repente me percaté de como cojeaba levemente, no era un evidente, pero sí mirabas con atención.
—¿por qué diablos cojeas? Realmente te lastimaste con el caballo. —inquirí confuso.
—Ese caballo no me dio su mejor golpe... usted lo dijo soy dura como el cuero —dijo mientras lavaba. Me quedé atento observándola y caí en cuenta que desde que entramos tampoco movía el brazo izquierdo desde hace un buen rato. Pero si estaba lastimado, no sería normal que se quedara callada... lo más normal sería pedirlo.
—Oye, tu niñita, vamos a un hospital —se giró hacia mi conmocionada y con expresión horrorizada soltó.
—N-no es necesario, ya se lo dije. —indico con una sonrisa que claramente estaba teñida de nerviosismo, ¿qué le pasaba? —enojado me levante de la silla y propine con fuerza.
—¿qué diablos haces? Te dije que nos fuéramos... —inquirí sospechoso acercándome hasta el lavaplatos en donde se encontraba lavando.
—Na-nada... —cuando alcé la mirada me encontré a un sapo nadando en los vasos plásticos con los que intento alimentarme. Intente mantener mis arcadas, pero me fue imposible.
—¡Cómo se le ocurre reutilizar unos vasos plásticos, mientras los lavas en esa mugrienta agua al lado de ese sapo! ¡Estás loca! ¡¿Quieres matarme?! — propiné, iracundo.
—¡Este sapo está más limpio que yo, lo baño todos los días... es mi amigo y le gusta el agua fresca! Además... en que beberé si nos los vuelvo a utilizar.
—Porque crees que se llaman vasos desechables, para utilizarlos y botarlos, y pretendías darme de beber en esas cosas nauseabundas. —volvía a sentir como mi estómago se retorció del asco.
—Pero si ni siquiera bebió nada, no entiendo por qué está haciendo un escándalo. Además... no es mi culpa, no tener platos, Joffre solo me trajo esto y viene cada semana. —Clave mi mirada en ella deseando encerrarla en una cárcel por intento de intoxicación. Mire su cara y me dio más rabia saber que la tenía, era incapaz de aceptar esa sonrisa boba, a una de orgullo. Solo reflejaba debilidad y descontento. Qué insoportable mujer...
♥
Vista de Mila
—Lo que acabas de decir es patético y deleznable. —increpo mirándome con una expresión de desprecio y asco. —Enfrente su expresión ya harta de su odiosa actitud, como se me había olvidado tan pronto con quien trataba, él mismo hombre que no me ayudo cuando un caballo me pateó y me dejo en el suelo. Era patética solo por tener vasos de plástico, este hombre no sabía lo que era comer con las manos sucias porque no tenías una cuchara, o sacar una hogaza de pan viejo de la basura o morir de hambre, él no sabía nada. Si no fuera mi jefe le daría uno paraliza ahora mismo. Es más que evidente que era la primera vez que veía un vaso plástico en su vida, no sabe nada de mí y aun así se atreve a juzgarme. De seguro vive de maravilla, con sus tazas elaboradas artesanalmente por italianos.
—A la próxima intentaré servirle en una bandeja de plata, señor —dije con un tono claramente irónico.
—No abra próxima, estaría completamente loco si vuelvo a esta cloaca. —Cuando giro su mirada a otro lado le saque la legua mostrándole el dedo medio, de repente me miro con atención y no supe que buscaba en mí. Qué fastidio de hombre... Pensaba a tenderlo con amabilidad, pero su mala actitud solo provoca que no aguante más mi dolor en mi brazo.
—Descansé un momento aquí, volveré a llamar a Joffre —indiqué deseando que se lo llevaran, ya no creí a aguantar más el dolor. Le miré y con molestia aparto la mirada e indico.
—Ve rápido, yo me quedo aquí. —reí con poca gana y dije.
—Como quiera... —al salir y cerra la puerta me desplomé en el suelo quejándome de dolor.
—Agh... aguantaste bien Mila, tú puedes solo es un rasguño... no necesitas de nadie, nunca has necesitado de la compasión de nadie —me dije a mí misma en voz alta, pero entonces porque me duele tanto, ¿es porque estuve aguantando el dolor mucho tiempo? Tome walki y llame a Joffre mientras temblaba de dolor.
Pobre mi Mila, cariño... con lo dulce que es, y le pasa lo peor. Gracias a todas por el apoyo y espero que os guste esta nueva historia que os traigo, necesitamos mucho apoyo para que me dé cuenta si quieren que la siga.
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Comments
Alba Hurtado
jajajaja que divertida mila ofreciendole a este personaje prepotente y con el sapo🙊🙉🙈🐸🐸dentro del vaso🤣😂😅😆☺️🙃🙂
2023-05-28
1
ELIN RG
jajajajajajaja no paro de reír que ingenio autora
2023-05-08
1
ELIN RG
jJajajajaajaja ese tipo si es Quiquilloso jajajajajaa esta súper este capítulo
2023-05-08
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