Cuando llegue al hospital en aquel auto lujoso, mis compañeros se quedaron incrédulos. Busque a mi Abu sin darles mucha explicación, y con rapidez entre en el hospital esperando verla como el señor Montenegro me había prometido. Cuando le conté toda mi situación, me prometió que llamaría al hospital para que dejaran entrar a mi Abu, con tan solo decir su apellido cumplieron con su orden, él pagaría todos los gastos. Una parte de mí sentía tranquilidad al saber que mi Abu sería tratada, pero ahora estaba en una deuda con este hombre tan amable que no sabría cómo se lo podría pagar.
—¿señor Montenegro? —dijo la enfermera primero sin tomar mucho en cuenta a los demás.
—Soy yo —Magali me dio un codazo y murmuro.
—Quien es ese papucho…
—Es un ángel… —dije esbozando una sonrisa mientras hablaba con la enfermera como todo un empresario.
—Ahí viene, hay viene… dile que me vendo barato, mejor dicho, para el se lo dejo gratis. —Todas las prostitutas soltaron una carcajada mientras lo
—¡Basta las oirá! — rechisté en voz baja.
—Mila.
—¿Sí? —me levanté de la silla caminando hasta él.
—Ya todo está arreglado, tu abuela estará ingresada un tiempo en un programa de desintoxicación, parece que el fentanilo ha dejado marcas —mi mirada se entristeció y pregunto.
—¿Lo sabías? —asentí y dije.
—Todo el mundo lo hace, quien no lo hace es por qué no quiere evadir su realidad.
—Tú lo haces.
—¡No! Mi Abu jamás lo permitió, y yo tampoco quiero ser un zombi… —acaricio mi cabeza y una sonrisa broto de mi rostro.
—Eres una chica inteligente, demasiado para este mundo en el que vives —alce mi mirada y de nuevo aquella sonrisa de bondad para mí.
—Oye bebe, nosotras también queremos un cariñito, aunque a mí me gustaría en otro lado
—¡Cállense! — tomé la mano del señor Montenegro alejándolo de mis amigas.
—Discúlpelas, están acostumbradas hablar así en la calle.
—Parecen que todos los que están aquí se quieren entre sí.
—Mi Abu… es la Abu de todos los que están aquí… ella le dio un lugar a alguien que no lo tenía.
—Eso es una gran familia…
—Es lo único que tengo, así que muchas gracias por ayudarme —intente arrodillarme cuando me paro con rapidez.
—No hagas esto.
—Pero quiero pagar su a amabilidad, ahora le debo mi vida prácticamente.
—Pues está, no es la manera. ¿Quieres agradecerme por lo que he hecho? Trabaja para mí, quiero que le hagas la vida imposible a alguien y te juro que si lo consigues. —Mi expresión cambio dándome cuenta de que mi respuesta ya estaba tomada con tan solo ver su expresión de ruego, si él me necesitaba a mí y a nadie más, entonces yo quería ser esa persona única en su vida.
¶
Cuando amaneció fui directa al hospital para ver a mi Abu, necesitaba sus consejos sabios, casi ni había dormido de lo mucho que pensaba en lo que había pasado ayer, parecía toda una alucinación, y ni hablar de los rumores que corrían por las calles. Decían que una especie de jeque me había comprado, otras conocían el apellido Montenegro y dijeron que era una familia oscurecida por la desgracia después de que los padres murieran en un desastroso accidente, el hijo mayor de los Montenegro heredo el título, son las personas más ricas mundialmente conocidas y conocidos por sus rasgos rubios patino brillante y rostros esculpidos. Personas que no bailarían con ninguna mujer que no tuviera igual o en el mismo rango, eran inalcanzables… y yo una simple recogedora trabajaría para su familia.
—Eres boba, niña…
—Porque Abu, él parece ser un buen hombre… la ayudo a usted a entrar en el hospital, y hasta se presentó personalmente.
—¿a cambio de qué?
—De que trabaje con él destruyendo a alguien. —rechisto metiéndose una cucharada de arroz.
—Niégate y me iré hoy mimos del hospital, así no le deberás nada esos ricos aprovechados
—¡No quiero! ¿Para qué…? Para que se vaya a drogar y morir, es lo único que tengo… y no quiero que muera, así que, si tengo que vender mi alma para que usted deje esa vida, lo haré —dije entre lágrimas agazapando mi mirada.
—Ay, niña… yo ya soy una anciana decrépita, piensa en ti… para que te enseñe todo lo que sabes, ¿para venderle tu vida al primer rico aprovechado que te hiciera ojitos?
—No…
—Entonces, sabes que si aceptas esto te pones en peligro.
—Lo sé… es mi decisión. Yo quiero ser algo más que una recogedora de plástico sin techo, no quiero vivir toda mi vida así... quiero más.
—Haz lo que quieras es tu decisión... te daré un solo consejo, escúchame con atención Mila. A los ricos solo les importa ellos mismos, prométeme Mila que no te enamoraras de ningún rico. O estarás condenada a una vida de dolor. Sé más inteligente y utilízalo primero a ellos. ¿Entendiste? —enamorarme…
—Lo entendí, abu… —susurré mitras detrás de mi espalda, juntaba mis dedos. No podía prometer algo que ni siquiera yo podría cumplir, no habiendo conocido aquella sonrisa.
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Comments
Alba Hurtado
quien le dice al ♥ corazon que no se enamore,
2023-06-29
1
Miróslava Pompa
será tu príncipe azul Mila
2023-05-08
1
RUTH MARTINEZ
si ya le gusta ese principe q esta mas bueno q el pan pal desayuno 🤭🤭🤤🤤😋😋
2023-04-25
0