18

Una llamada en medio de la madrugada despertó a León, el cuál ya estaba dormido en un sillón, de mala gana se levantó a ver la pantalla de su teléfono móvil, al ver el número respondió de inmediato.

-¿Le pasó algo a Madeline? -dijo León en cuanto contestó.

-Buenas noches señor, la señora está en el aeropuerto con una peluca roja y unas gafas oscuras, intentando escapar a Beijing. -al oír eso León estaba más que molesto, "¿Escapar? ¿Quien se cree que es? Ella es la señora Gu y como tal no debería de hacer tonterías", esos eran solo algunos de los pensamientos de León.

Indignado se levantó del sillón, salió de aquella casa, y subiendose a su auto se dirigió al aeropuerto. Melanie furiosa golpeó la cama, no podía creer que León ni siquiera la haiga besado ni un solo día, que se negara a dormir en la misma cama, y por si fuese poco, que saliera corriendo en medio de la madrugada solo por Madeline, la indignación que sentía era grande, mucho más grande que su ego.

León conducía rápidamente, el enojo, la indignación y la desesperación, eran perfectamente reflejados en su mirada. Durante el transcurso, llamó a sus hombres pidiendo desalojar en silencio todo el aeropuerto dejando únicamente a Madeline. Al entrar al aeropuerto busco con la mirada a Madeline, difícilmente pudo reconocerla, con la peluca roja, las gafas oscuras y el cubreboca, parecía una persona completamente diferente. León se acercó a ella pero la chica parecía estar perdida en sus pensamientos, se sentó a su lado pero ella ni siquiera se percató de su presencia, un poco molesto, tosió exageradamente, para haci poder llamar la atención de la chica, Madeline volteó la cabeza, haciendo que ambas miradas se cruzarán, el chico rio de lado al cumplir con su cometido, por el contrario la mirada de la chica reflejaba miedo, un escalofrío recorrió su cuerpo, se dió la vuelta fingiendo no conocerlo,este acto solo hizo que León se riera.

-Fingir que no me conocés, no hará que yo no te conozca "Madeline Gu" -dijo el chico mientras hacía énfasis en su nombre.

Madeline se paró al oír su nombre, sin voltear a verlo se hecho a correr, León se tardó unos minutos en procesar la información, cuando por fin la proceso se echó a correr detrás de ella, cuando Madeline sintió que León le venía pisando los pies, len lanzó los lentes y el cubrebocas, los cuáles el chico ágilmente esquivó.

-¿Éso es todo lo que tienes? -dijo León en un tono retador.

-No -grito la chica- aún falta ésto -diciendo esto Madeline le lanzó la peluca, la cuál le calló en la cara, mientras León se quitaba la peluca, Madeline aprovechó para esconderse en los baños.

León alzó la vista, dándose cuenta que Madeline había escapado, furioso comenzó a buscarla por todo el lugar, los segundos se convirtieron en minutos y los minutos en horas. Cansado y enojado, León miró su mano derecha en la cuál tenía su reloj de mano, el cuál marcaba las tres y media de la mañana. León miro atentamente a su alrededor dándose cuenta que el último lugar que le faltaba era el baño de chicas, el chico se sintió estúpido por no haberlo pensado antes, se dirigió hasta ahí y comenzó a golpear la puerta, Madeline retrocedió escondiéndose en el último de los baños.

-No puedes pasar es el baño de chicas -grito Madeline.

-¡Deja de desir tonterías y abre la puerta! -grito León furioso- Madeline no estoy jugando -diciendo esto León pateó la puerta, haciendo que se abriera en el acto, Madeline se aterró al oír los pasos de León, los cuáles cada vez se acercaban más y más, León se paró enfrente de la última puerta y se un golpe la abrió, encontrándose con unos ojos llorosos y asustados, al verla tan débil, no pudo evitar que su corazón se oprimiera, toda la furia que sentía hace unos momentos se disipó en cuestión de segundos. León la abrazo, mientras suspiraba tenerla a su lado era único que le importaba, sin embargo no se salvaría de su castigo.

El silencio entre los dos era incómodo, Madeline se esperaba todo menos un abrazo, la chica se sentía confundida, hace unos momentos intentaba huir de el y ahora no era capaz ni de empujarlo, sentía sus mejillas arder y su corazón acelerarse, León tampoco le era indiferente, tenerla tan cerca hacia que su corazón latiese con fuerza, el aroma de su cabello era un mortífero capas de encenderlo en cuestión de segundos. Pero como los buenos momentos entre los dos no duran, alguien tenía que romper el silencio.

-Vuelve a intentar huir y te romperé las piernas -dijo el chico mientras la alejaba de el, tratando de esconder cierto problema que no quería que Madeline notará. Madeline por el contrario se sintió molesta, está vez no perdería tan fácilmente.

-¿Por qué? ¿Por qué no puedo huir y perderme como tú? -León permaneció en silencio escuchando atentamente a la chica- ¿Por qué no puedo desaparecer por un tiempo? ¿Por qué no puedo rehacer mi vida? ¿Por qué no puedo tener un amante? ¿Por qué no respondes? -Grito la chica mientras golpeaba el piso con su pie.

-Por qué tú eres mi esposa -dijo león mientras se acercaba peligrosamente a ella.

-¿Tú esposa?, Seré tu esposa pero tú te desapareces por días dejándome sola y desamparada, mientras que tú te revuelcas con tú amante.

-No me tuve relaciones con ella, ni siquiera dormimos en la misma cama y mucho menos la bese.

-Si y yo nací ayer.

-Cree lo que quieras, solo me quedé con ella por qué entraron a robar a su casa y la golpearon, estaba mal, necesitaba a alguien que la cuidará, me quedé con ella sólo por qué le debo la vida.

-Si como digas.

-¡Es la verdad Madeline! Incluso te lo puedo demostrar.

-Ah si ¿cómo? -León pegó a Madeline a su cuerpo, de inmediato la chica se puso roja, agachó el rostro y lo escondió en el pecho de León.

-T-Tú estás -Madeline no pudo terminar de hablar, por qué León la tomó del mentón, acarició sus labios con su dedo y la beso. Su beso era profundo, voraz y pasional, a la vez que era dulce, suave y tierno, León se separó de ella, se acercó a su oído y le susurro.

-Mi amor, ¿acaso no eres capaz de entender que tú eres la única para mí?, Maddie yo te amó, te juro que no he tocado a Melanie.

Ambas miradas se cruzaron, aquellos ojos azules demostraban amor, cariño y sinceridad, Madeline no pudo evitarlo y se lanzó a besarlo, León la abrazo fuertemente, mientras la subía a los lavabos, comenzó a restregarse en ella, Madeline estaba avergonzada, hacer ese tipo de cosas en un baño público no era correcto.

-León estamos en un baño público -dijo la chica, León por su lado no le prestaba atención, estaba muy ocupado desvistiendo a Madeline mientras le ponía pequeñas marcas en el cuello- León detente dejaras marcas.

-Maddie no tengo relaciones, desdé la última vez que estuvimos juntos -dijo el chico con una mirada suplicante, Madeline no pudo soportarlo más, esa misma noche ambos se entregaron cuerpo a cuerpo.

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