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Madeline venía abrazando el brazo del Mayor Señor Gu, mientras bajaba las grandes gradas dirigidas al salón, todos quedaron sorprendidos al verlos asomarse, unos comenzaron a susurrar entré si, mientras que otros solo se quedaron en silencio admirando el hermoso collar que Madeline llevaba puesto.

Aquella pieza tan increíble, era imposible de conseguir, pues en todo mundo solo existía una pieza sin igual, la cuál tenía un precio sumamente alto, "el Scarlet snow" era un collar fabricado hace mucho tiempo, era un collar de oro blanco, con copos de diamante y rubí, a simple vista parecía simple collar, sin embargo en su interior escondía una historia romántica que terminaba en desgracia.

Para aquellos conocedores de dicha historia el asombro era mayor, ¿Por qué el Mayor Señor Gu le regalaría un collar que tenía una maldición a su nieta política? Era la pregunta que muchos se hacían, pero la sorpresa era mayor para León, el no observaba el collar, lo que tenía captada toda su atención era aquella horquilla roja en forma de flor, aquella horquilla tenía un significado más profundo para el que aquel collar, la horquilla que se daba de generación en generación a la Señora Gu pero que le fue negada a su madre, aquella horquilla por la que su madre derramó lágrimas al no poder ser merecedora de dicha pieza y que ahora era utilizada por Madeline, aquella que se cazó con el por un contrato y no por amor, el no era capaz de entender a su abuelo.

Al terminar el discurso, toda la sala fue llenada de aplausos, el Mayor Señor Gu fue rodeado de personas por lo que Madeline se alejó para darle su espacio, León se acercó a ella dándole un suave beso en sus labios carmesí, se acercó a su oído y le susurro.

-Voy a hablar con unos socios, suerte. -Madeline lo quedó mirando un poco confundida, ¿A qué se refería con suerte?, León observó a su esposa dándose cuenta de lo que significaba su mirada, sonrió de lado y volvió a susurrarle.- Las mujeres seguro te rodearan para comenzar a chismear, ¡Son unas brujas! así que ten cuidado con ellas, no les des la oportunidad dé que te humillen, después de todo eres la Señora Gu -dijo agarrando sus mejillas entre sus manos y depositando un suave besó en su frente, Madeline sintió como su corazón se acelero y sus mejillas se volvían de un rojo carmesí tan parecido al de su vestido, León sonrió mostrando sus blancos dientes y fue ahí cuando alguien los molestó, sacándolos de aquel ambiente, León soltó un suspiro, movió los ojos de lado y se dió la vuelta, su mejor amigo estaba sonriendo.

-Siento interrumpir el momento Señora Gu, pero me lo voy a robar por unas horas, espero que no le moleste después de todo usted lo tiene por las noches -dijo el castaño con una sonrisa un tanto burlona, las orejas de León se pusieron rojas como un tomate, un leve sonrojó apareció en su pálida piel, el azabache tosió un poco exagerado llamado la atención de su amigó y Madeline.

-¡Ya vámonos! -dijo mientras arrastraba al chico, para después darse la vuelta y susurrar un- Adios -Madeline soltó una risa, después de todo León podía ser adorable cuando se lo proponía, lastima que su diversión se acabó cuando una irritante voz se escuchó detrás de ella.

-Buenas noches "Señora Gu" -dijo una chica castaña con una sonrisa burlona, Madeline volteó los ojos, suspiro y con una sonrisa volteó a ver a aquella mujer que tanto la molesto durante toda la primaria hasta la preparatoria.

-Buenas noches Señora Mo.

-Madeline deberíamos de olvidar los títulos y aliarnos. -Madeline no entendía que es lo que ella quería exactamente, entonces la Señora Mo en un movimiento rápido la jaló del brazo y la llevo con un grupo de mujeres que lo único que hacían era hablar, hablar y hablar, como pericos, Madeline ya estaba aburrida, hasta que la plática comenzó a tomar otros rumbos.

-Entonces dime Madeline ¿quien era la rubia que acompañaba al Señor Gu antier por la noche? -Madeline quedó en silencio tratando de sonreír, sabía que hablaba perfectamente de Melanie. -Sabes Madeline aquella chica era muy hermosa, no me extrañaría que el Señor Gu se sintiera atraído por ella.

-No sabría decirte exactamente, después de todo mi esposo está ocupado en sus negocios muy diferente del tuyo. -La sonrisa que adornaba el rostro de la Señora Mo se torció, mostrando una mueca, ahora era Madeline la que sonreía.

-¿A qué te refieres?

-Tu sabes a qué me refiero, a aquella hermosa peliroja que acompañaba a tú esposo aquella noche, en el hotel Dorado, ¿Cómo se llamaba? -dijo Madeline mientras simulaba que pensaba- ya lo tengo Eliza, Eliza You, sabes es muy hermosa no me extraña el por qué se estuvieron besando en la entrada del hotel -La cara de la castaña estaba torcida, el coraje era obvio.

-Dime Madeline ¿Que hacías en el hotel Dorado? -Madeline abrió los ojos, dándose cuenta que la castaña trataba de acorralarla.

-Estaba conmigo -dijo una voz detrás de la Señora Mo, Madeline sonrió al ver a Isabella, la Señora Mo se dió la vuelta, al darse la vuelta sus ojos se abrieron como platos, se quedó mirando la pantalla del móvil de Isabella, dónde la foto de su esposo besandose con otra mujer la dejo muda.

-Ese es el Señor Mo -dijo Madeline con una sonrisa

-Si y está junto a ¿Eliza You? -La castaña dió la vuelta y su cara se torció por completo, se dirigió furiosa en dirección de su esposo, Madeline e Isabella sonrieron al verla, se dieron la vuelta en dirección de la demás mujeres.

-La hermosa mujer rubia que mencionó la señora Mo era Isabella, se le descompuso el carro y la fuimos a traer, yo venía atrás en todo momento. -dijo Madeline e Isabella le siguió la mentira.

-El carro se descompuso, por lo que decidí llamar a mi amiga del alma Madeline, quien acompañada de su esposo fue a traerme. -Las mujeres solo asistieron, mientras le daban la razón a Madeline.

Ambas chicas se alejaron entré risas, se sentaron en una mesa un poco alejadas de las personas, mientras platicaban, comían pastel y tomaban champaña, el tiempo pasó rápido, todo estaba tranquilo hasta que la hora del baile llegó, tanto Madeline cómo Isabella se vieron obligadas a participar.

-No entiendo, por qué las personas hacen un bailé -solto por fin la rubia- es tan aburrido -Madeline la vió con picardía, una sonrisa juguetona se formó en sus labios.

-Como no sé trata de perrear en el antro no estás feliz -la rubia volteo a verla con una cara sería, para después escapar una sonora carcajada.- tú sabes perfectamente que perrear es mágico y divertido, solo imagínate perrear con un dios griego -madeline reia al escuchar a su amiga- al contrario aquí solo hacemos un aburrido vals.

-Yo pienso que es mágico y romántico. -ambas se quedaron calladas y se rieron nuevamente.

Al llegar con los demás, todos se quedaron callados con su atención puesta sobre Madeline, Madeline no entendía el motivo, hasta que vio enfrente ella, a una chica con un vestido muy similar al suyo, con la diferencia que era rubia, ambas miradas se cruzaron, todos murmuraban ¿Quién copió a quien? ¿Fue casualidad?, Madeline no podía creer lo que Melanie se atrevió a hacer, eso era ir demaciado lejos.

León por su lado más que sorprendido estaba en conflicto, de un lado tenía a la mujer que amó desde la infancia y del otro tenia a Madeline su esposa por la que comenzaba a sentir algo.

¿A quien debería de escoger?

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