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La mañana había llegado y el cielo estaba nublado sin mostrar un solo rayo de sol.

Una llamada despertó a León de sus pensamientos, la contestó sin pensar que el contenido lo dejaría helado.

-Señor encontramos el automóvil de la Señora, abandonado afuera de un club.

-Mándame la dirección, voy para allá.

León condujo sobrepasando la velocidad permitida, apretó con fuerza el anillo de su esposa, temiendo que algo le hubiese pasado. Al llegar al club nocturno, pidió la cinta de todas las cámaras de seguridad del lugar, se sentó esperando resultados, hasta que después de un rato, estos por fin llegaron.

-Señor encontramos los vídeo de su esposa desde que llegó hasta que se fue.

-Traemelos -pidio León, estaba seguro que su esposa había sido secuestrada, para extorsionarlo.

Si supiera que sus suposiciones estaban más que lejos de la realidad, pues Madeline se encontraba bien arropada durmiendo alado de una modelo que ahora era su nueva amiga.

León miro cada vídeo y no podía creer que su esposa, había estado bailando no solo con Isabella, si no también con unos hombres que no eran para nada de su agrado, la sola imagen de ver a un hombre tocando la cintura de su esposa, hizo que algo se le revolviera en el interior y con ello sacando una furia irracional, se subió a su auto y sobrepasando los límites de velocidad se dirigió al hotel Dorado. Al llegar se dirigió a la habitación de Isabella y tocó la puerta como si la quisiera tirar.

-¿Quién es? -contestó Isabella medio dormida, mirando por el rabillo de la puerta, una alta e imponente figura la saco de sus sueños despertándola de golpe a la realidad, siguió mirando y un escalofrío le recorrió el cuerpo al posarse en aquellos ojos azules que transmitían un aura asesina. -¡¿Que aria ahora?! No podía entregar a su amiga, pero tampoco podía evitar toda la vida al Señor Gu, después de todo en cualquier momento tendrían que salir.

Con mucho cuidado se desplazo hasta su habitación dónde aquella joven de cabellos negros ya estaba sentada en la cama esperándola.

-¿Es él?

-Si, ¿Que aremos ahora?

-No te preocupes voy a salir.

-¡Estas loca mujer! Hay que esconderte y ¡Rápido!, antes que el Señor Gu se entere que estás aquí.

-Si el está afuera, es por debe de saber que estoy aquí. -ambas quedaron en silencio, oyeron cómo volvieron a llamar a la puerta.

Madeline se dirigió hasta llegar a la puerta e Isabella estaba con ella, ambas chicas se miraron entre sí, dieron un suspiro y abrieron la puerta, encontrándose con un Señor Gu bastante sonriente y feliz.

Ambas se quedaron sorprendidas, y de inmediato se dieron cuenta de que todo era una actualización.

-Buenos días cariño. -Dijo León acariciando su cabello, para después besarla dulcemente, dejando una mordida en sus labios.

-Buenos días -dijo Madeline tratando de sonreír, Isabella se dió cuenta de su inconformidad e intervino.

-Buenos días Señor Gu ¿Que lo trae por acá? -la chica de inmediato se maldijo así misma, ¿Cómo se le ocurría decir tremenda tontería.

-Buenos días a usted también Señorita Rou, nada más pasaba por aquí, y casualmente toque para ver si "mí" esposa se encontraba aquí. -dijo León en un tono sarcástico haciendo énfasis en "mí"

Las chicas lo quedaron mirando calladas con una sonrisa.

-Bueno señorita Rou ya tenemos que irnos -dijo León jalando a Madeline de la mano, agarró la puerta y la cerró con fuerza en la cara de Isabella, después arrinconó a Madeline en la puerta y la besó, mordiendola nuevamente en el mismo lugar, solo que está vez con más intensidad.

Después de un largo beso, se quitó el sacó y se lo puso, no permitiría que nadie viese el cuerpo de su esposa en una bata tan diminuta, la jaló con fuerza de su mano izquierda y caminaron hasta la salida, sin darse cuenta que un paparazzi les había sacado una foto.

León no dijo nada durante todo el camino, un silencio incómodo dominaba el ambiente, Madeline empezó a sentir temor.

Al llegar a casa León tomo del brazo a Madeline con tal fuerza que se le formó un moretón.

-¡Suéltame! Me lastimas -León no le prestó atención y siguió caminando -Por favor.

No importó cuántas súplicas diese Madeline, León solo la tomaba con más fuerza. Al llegar a la habitación, León aventó a Madeline con fuerza sobre la cama, Madeline soltó un grito, impactado su cabeza contra el cabezal.

León se subió arriba de ella, se quitó la corbata y ató sus manos.

-¿Donde está tu anillo?

-Por favor, déjame -sollozo la chica, León sintió como algo se le revolvió en el interior, ella no quería ni que el se le acercara pero dejaba que un hombre desconocido le tocará la cintura.

-¡¿Dónde está tu anillo Madeline Gu?! -León gritó tomando a Madeline de las mejillas, la chica lo miró con terror en los ojos.

-Y-yo lo deje en el laberinto.

-¿Por qué? ¿Acaso crees que eres soltera?, Déjame recordarte que estás casada, eres la señora Gu y como la señora Gu, no tienes el derecho de bailar con cualquier hombre.

-Tu también estás casado, eres el señor Gu, pero eso no te importa, aún haci estás con Melanie.

León no dijo nada, sabía que Madeline tenía razón, se sintió impotente, entonces la besó hasta dejarla sin respiración, Madeline sollozo pidiendo que la soltará, pero el no hizo caso, esa noche hizo sufrir a Madeline las miserias que no se merecía.

-Escuchame muy bien Madeline Gu, ¡Eres mía! ¡Solo mía!

Madeline sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, ¿Cuando acabaría este infierno?

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