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Después de varias horas decidí que tenía que bañarme, estaba toda sucia y asquerosa.

Al levantarme no pude evitar soltar un quejido me dolían mucho las piernas, caminé asta encontrar un baño.

Me metí a la ducha y no pude evitar llorar, ver en mi cuerpo desnudo cada marca, cada parte de mi sucia, me recordaba que la noche anterior fue un verdadero infierno para mí l, recordar cuánto le roge que parará y el solo me ignoraba, llore nuevamente, estuve tallandome varías horas con jabón pero la suciedad no salía no importo cuánta agua me deje caer, nada podía quitar la suciedad.

Al salir del baño me puse una toalla blanca que me cubría todo el cuerpo, al volver a la cama encontré a la secretaria que me acompaño ayer.

-Señora Gu, el señor Gu le mando ropa para que se cambie, dijo que en cuanto termine su junta de trabajo vuelve, mientras cambiese y desayuné. -me dijo la joven con una gran sonrisa, yo solo la miraba.

-Gracias -le dije ella solo asintió y salió.

Me arrojé en la cama, no sabía que hacer, huir del país no es opción, después de todo fácilmente puede encontrarme, suspiré molesta en eso un trueno se escuchó voltee a ver el cielo a través de la ventana y ví el cielo nublado, empeze a cambiarme con la ropa que me mandó, un vestido blanco estiló victoriano largo hasta abajo de la rodilla, de manga larga.

Después me dispuse a desayunar, una taza de café con leche, un omelette de nopales con queso acompañado de porotos refritos con 2 tortillas de maíz y una taza de yogurt con fresas y cereales.

Al terminar mi desayuno caminé hacia la ventana la lluvia caía afuera de la empresa, era solo una pequeña llovizna pero parecía que haci estaría todo el día, solo miraba las gotas caer eran pequeñas, mis ojos estaban perdidos en las pequeñas y frágiles gotas de agua que caían y se perdían en el vacío.

De repente sentí unas manos rodearme la cintura "era el", sentí su respiración en mi cuello, sus manos me rodeaban con más fuerza.

-Lo siento- dijo con su profunda y ronca voz, yo solo quedé callada en silencio, estaba estática.

-No era mi intención que tú primera vez fuese así, esperaba que fuera en nuestra luna de miel, ¿Desayunaste?

No sabía que responder solo quedé callada en silencio, trate de soltarme pero no pude hacerlo, el me sostuvo fuertemente.

-Madeline estoy tratando de ser amable contigo, o ¿acaso quieres que lo de ayer se repita? -yo me quedé en silencio, estaba asustada, el me estaba amenazado.

-Si desayune gracias -dije después sin dudarlo, el me beso la cabeza, después me dió la vuelta me agarró de las mejillas y me beso en los labios, me asusté yo no quería que el me besara, inconscientemente lo empuje.

-¡No! -grite el me miró molesto.

-Entonces haci estarán las cosas -me dijo viéndome de manos cruzadas, yo solo temblé, su mirada reflejaba enojó, el me tomo de las muñecas y me arrojo a la cama, se subió encima de mi otra vez y me beso en el cuello, mis gritos y súplicas al parecer lo conmovieron, está vez me dejó libre.

-Queria llevar las cosas tranquilas, estuve dispuesto de olvidarme de Melanie para formar una familia feliz contigo, pero al tu no quisiste, ahora tendrás que atenderte a las consecuencias.

-¿Feliz?, tu nunca serías feliz conmigo -le grite desde la cama dándome la vuelta para verlo directamente a los ojos, nuestras miradas se cruzaron, el coraje era notorio pero está vez no me daría por vencida, el se dió media vuelta salió de la habitación, regreso y me entregó un papel.

-Firmalo.

-¿Que es ésto? -le respondí mientras ojeaba los papeles que me dió.

-Como ya sabrás en una semana será nuestra boda, haci que e decidido llegar a un acuerdo.

Mire el contrato y comenzó a leerlo, había un conjunto de reglas absurdamente ridículas y todas a su favor, pero lo que más llamó mi atención fue la duración, está duración era de un año.

-¿Me dejaras libre después del año?

-Si lo firmas si, de lo contrario estarás conmigo hasta que mi abuelo muera.

Yo lo voltee a verlo y luego al contrato sin pensarlo dos veces lo firme, era mejor vivir ese infierno en un año a esperar a que el abuelo muriese.

Después de la firmar el contrato el me miró molesto.

-¿Tan desesperada estás por huir de mi lado?

¿Que esperas que haga? Tu me violaste.

-Ya te dije que eso no es violar.

El tomo el contrato y salió molesto, minutos después de que el salió sali yo, un carro llegó a llevarme de regreso a mi casa.

Mi padre ni siquiera me reclamó al contrario parecía feliz.

La semana paso volando y la boda por fin llegó.

El día más feliz de mi vida se convirtió en el más amargo, una lágrima corrió por mi mejilla, la maquilladora sonrió.

-Nunca había visto una novia tan feliz -me dijo con una sonrisa mientras retocaba mi maquillaje

-¿Encerio? Tampoco yo.

Después de eso camine hacia el altar dando mi mayor sonrisa, la ceremonia comenzó y ambos nos miramos y nos prometimos amor eterno, sellando nuestra mentira con un beso, mientras los espectadores estaban convencidos con nuestra actuación.

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