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Isabella y Madeline, habían rentado toda la plaza para ellas dos, haci tenían más comodidad de comprar dónde se les antojará.

Isabella en un inicio de dijo a Madeline que ella pagaría por sus cosas, pero Madeline se había negado, si se iban a gastar el dinero de León había que hacerlo bien, por lo que ella pagaría por todo.

Después de un dia en el spa, fueron a comprar como si no hubiese mañana, desde zapatos hasta accesorios, en eso se sentaron a comer un helado.

-Maddie deberías de abrir una cuenta de banco por aparte, si algún día dejas al Señor Gu deberás de estar preparada. -Maddie miro a Isabella, ella tenía razón.

-En eso tienes razón, ni siquiera tuve la oportunidad de estudiar la universidad, después de cumplir los dieciocho años fuí obligada a casarme con León. -Isabella abrazo a Madeline-

-Maddie y si ¿te conviertes en modeló?

-¿Modeló? ¿Yo? -Madeline empezó a reír e Isabella la miro desconcertada- lo siento, es que se me hace un poco absurda la idea de qué yo sea modeló.

-¿Por qué? Si eres hermosa.

-No soy tan bonita como tú, solo soy una chica normal.

-Madeline si te soy honesta, siempre me han gustado tus ojos, son tan grandes y expresivos, no cualquiera tiene unos ojos haci, y su color es único, ese tono avellana que parece que fuese verde pero también café, son hermosos. -Madeline se sonrojo después de oír a su amiga-.

-Gracias Isabella.

-Y aún hay más -dijo Isabella haciendo un puchero, Madeline se rió, si amiga era adorable.

-Sabes Isabella, tal vez en el futuro comienze a modelar.

-No te preocupes yo te recomiendo.-Ambas chicas comenzaron a reír.

Al volver a casa, Madeline paso al banco junto con Isabella, ambas habían pasado a hacer una cuenta para Madeline, metieron una suma no muy alta, apartir de ahí cada semana Madeline saldría con Isabella, según para salir de paseó y al final depositarían.

Al llegar a la mansión, ambas subieron a la habitación de Madeline, dónde se dejaron caer en la cama, estuvieron platicando por un largo rato, hasta la hora dé la comida ambas comieron juntas, pero Isabella se tubo que despedir ya pronto sería la cena y ellas no estaban listas.

Madeline observó cómo Isabella subió en su convertible, y dándose la vuelta de despedía, se quedó sentada en el balcón viendo el convertible alejarse hasta desaparecer, soltó un suspiro y se fue a bañar.

Venía manejando bastante tranquilo, mientras observaba la hora: siente y media, fruncí en seño, se supone que en midia hora tenemos que estar ahí para recibir a los invitados.

Quería quejarme pero no podía, ciertamente en este caso era culpa mía, después de todo me quede demasiado tiempo con Melanie, al entrar en la mansión pude observar al ama de llaves acercándose a mí.

-Buenas noches señor Gu -me dijo en su habitual tono frío.

-Buenas noches, llama a la señora y dile que bajé

Ella solo asintió y se alejó rápidamente, los segundos se convirtieron en minutos y los minutos en media hora, mi paciencia estaba en su límite después de ver el reloj ya eran las ocho, di un suspiro fuertemente, estuve a punto de gritarle cuando la ví asomarse

-Por fin, ya er-mis palabras se quedaron a medias, después de todo me quede atónito con su belleza.

Madeline tenía un vestido color rojo, estiló princesa que hacía detallar su diminuta cintura, mangas largas, con un escote corazón con corte de V profunda y con corset en la espalda, su cabello estaba recogiendo en una trenza de corona.

León se acercó a Madeline antes de que ella terminará de bajar las escaleras, le tendió la mano y ella la tomó, el beso su mano mientras sus miradas se cruzaban, Madeline se sonrojó y León sonrió de lado.

-Se ve preciosa Señora Gu, -dijo León mientras tomaba la mano de Madeline en su brazo, Madeline sonrió mientras soltaba un "Gracias". Ambos se subieron al automóvil hasta llegar a la mansión del Mayor Señor Gu.

Al llegar a la mansión, León se bajó primero abriéndole la puerta a Madeline, la cuál lo agarro del brazo, hasta llegar con el abuelo, al verlo Madeline quería correr a abrazarlo pero tenía que comportarse, con ese vestido tan frondoso y esos tacones tan altos, seguramente caería, el abuelo Gu se acercó a la pareja agarró de las mejillas a Madeline y le besó la frente, para después abrazarla.

-Mi niña hermosa -dijo el abuelo tomando a Madeline del brazo, volteó a ver a León- ahora tu ve y recibe a los invitados -León se quedó callado, el abuelo siempre hacia eso, como si Madeline fuese su nieta y no él, a regañadientes se fue a la entrada a recibir a los invitados, mientras miraba como la chica y el mayor se alejaban cada vez más y más.

Una joven con un vestido corte de sirena, de satén, color aqua, de hombros caídos, escote en forma de corazón se asomó en cuánto vio que León se fue de la entrada, Isabella caminaba mientras buscaba a Madeline con la mirada, sin darse cuenta tropezó con alguien.

Isabella hizo un gesto de dolor, mientras soltaba un leve chillido, alzo la vista, sus ojos se agrandaron al ver a aquel chico de ojos verdes, de larga cabellera rubia dándole la mano, sus mejillas se sonrojaron al ver a aquel tipo, una sonrisa se formó en sus labios, su cuerpo se estremeció al oír una ronca y seductora voz.

-Lo lamento tanto ¿está bien?

-S-sí -dijo Isabella tartamudeado, el joven le tendió una mano, ella la tomó y la levanto, al estar parados un enfrente de otro su corazón se acelero.

-Bueno nos vemos -dijo aquél chico misterioso dándose la vuelta, Isabella se quedó suspirando, hasta que la gran entrada del Mayor señor Gu la sacó de sus pensamientos.

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