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Nerviosa en medio de aquella habitación, melanie se movía de un lado a otro, ¿Que haría ahora? se pregunta una y otra vez, sin duda alguna la chica no era estúpida, sabía claramente que León se había comenzado a enamorar de Madeline, en un acto de irá golpeó el espejo enfrente de ella, este se rompió cortándole la mano, su sangre comenzó a brotar, cubriendo de un rojo escarlata aquella alfombra tan blanca como el algodón, Melanie hizo una mueca de dolor, se sentó en su amplía cama, se quedó mirando fijamente aquella mancha, cuando de repente una sonrisa se formó en sus labios.

Las horas habían pasado, León conducía con decisión hacía la casa de Melanie, tenía que terminar todo si no quería herirla, al llegar a la casa de Melanie, León pudo notar la puerta de su casa, abierta de par en par, León bajó de su carro gritando su nombre, al no oír respuesta se preocupó, corrió hasta el interior de la casa, la casa estaba destruida alguien parecía haberse metido a robar, lo raro es que las cosas de valor se encontraban intactas, León siguió adentrándose en la casa, buscó en cada habitación, pero parecía no haber rastro de la chica, desesperado soltó un grito, golpeó la pared y la culpa lo invadió, Melanie no estaba por ninguna parte parecía que la tierra se la había tragado, León estaba por irse cuando un papel llamó su atención, lo levanto solo para toparse con una nota.

"Mi amado León, te amó pero tengo miedo de que ella acabé con mi vida, me gustaría quedarme pero tú no eres capaz de ponerle un alto, hasta nunca Melanie"

León apretó el papel con irá, ¿Acabar con su vida?, ¿Ella?, ¿A quien rayos se refiere?, León tenía muchas dudas y pocas respuestas, mandó a sus hombres a buscar a Melanie por toda la ciudad.

El sol se puso y con el la cara de disgusto del abuelo Gu, Madeline estaba desesperada no sabía que hacer, le marcaba a León pero las llamadas se iban directo a buzón, Madeline volteó a ver al abuelo con una sonrisa, ya no sabía que hacer, si León no volvía el abuelo se daría cuenta qué algo estaba mal.

-Maddie ¿León siempre tarda tanto?

-No abuelo ¿Cómo creé?, León suele venir a comer, pero a veces tarda un poco más, usted sabe bien como son los negocios.

El abuelo dió una sonora carcajada, sin embargo no creía ni una palabra de Madeline, sabía que trataba de encubrir al idiota de su nieto, el cuál en esos momentos debía estar revolcándose con Melanie.

-Abuelo ¿le gustaría escuchar un poco de música?

El abuelo Gu sonrió con dulzura, se arrepentía de no averla sacado de aquel infierno antes, sin embargo el abuelo no sabía del infierno en el que Madeline vivía ahora.

-Me encantaría, mi dulce Maddie. -maddie sonrió alegremente, mientras se acomodaba, la melodía comenzó a sonar, resonando por toda la habitación, el abuelo Gu la escuchaba muy complacido, aquella chica podía llegar al corazón de las personas, al terminar la canción el abuelo soltó una lágrima, "mi hija" pensó, dándose cuenta que a la que tenía enfrente era a Madeline su nieta política ante la sociedad, pero solo el sabía una verdad que algún día contaría, pero por el momento seguiría siendo un secreto.

-Bueno mi pequeña niña me tengo que ir, pero déjame decirte que tocas hermoso -dijo dándole un beso en la frente, Madeline sonrió, abriendo los ojos.

-Gracias abuelo.

El Mayor Señor Gu, acarició su mejilla, se quedó mirando aquellos ojos avellanas, grandes y expresivos, Madeline tenía los mismos ojos que su difunta esposa.

-Adios pequeña descansa. -dijo saliendo de la habitación.

-Adios abuelo descansa, ¡Ve con cuidado! -grito aquella Madeline con entusiasmo, cuando vió que la puerta se cerró, Madeline suspiro llevándose la mano al pecho, se asomó a la ventana y observó como el Mayor Señor Gu se iba alejando, "Tonto León Gu, por culpa de tu ausencia, ahora tu abuelo sospecha de tu infidelidad" -penso Madeline mientras caminaba a la tina, un baño caliente con esencias esencia era lo que necesitaba, la chica cerro sus ojos y hundió su cabeza, haci estuvo por horas, sin responder las llamados de absolutamente nadie.

Caminando en medio de la oscuridad de aquél bosque, León pudo observar la cabaña donde supuestamente Melanie estaba secuestrada, abrió la puerta de una patada y un hombre se le vino encima, León lo agarro del cuello y lo azotó contra el piso, volteó a ver al otro hombre, el cuál se había puesto a correr, León estaba enojado, y no tenía el tiempo para jugar al gato y el ratón, persiguió a aquel hombre agarrándolo de a el cuello, lo golpeó contra la pared.

-¿Dónde está?

-La chica está en la otra habitación -dijo difícilmente el chico.

León hizo una seña para que uno de sus hombres fuera a sacarla. Melanie estaba inconsciente, amarrada, de brazos y piernas, aparte de que notoriamente estaba golpeada, León se sintió culpable al ver el estado de la chica, "lo siento" pensó, dándose la vuelta a aquel hombre, no se iria sin saber quién fué el culpable.

-¿Quién lo hizo? -gruño enojado, sin embargo no hubo respuesta de parte nadie, León golpeó al chico hasta casso dejarlo inconsciente.

-Si me dejas libre te dije todo lo que quieras saber.

-Lo haré, ahora habla.

-Una jóven de cabello negro y ojos entre verdes y cafés, nos pidió desaparecerla, creo que su nombre era Nian.

La cara de León se puso roja de irá, ¡Nadie difama a mi esposa y vive para contarlo!, Dejo a aquel hombre, salió del lugar y le predio fuego, la cabaña empresa a arder y con ella los hombres

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