###
Décima entrada al blog: la primera despedida
La noche que me despedía de ella, no podía dejar de abrazarla, ella ocultaba su rostro en mi cuello y la sentía respirar pausadamente y acurrucarse un poco más cada vez que intentaba separarla para besarla.
- Me tengo que ir… - le dije sonriendo
- Solo un ratito más… - me abrazaba por la cintura – quiero olerte un ratito más…
Ella no podía ver mi sonrisa de satisfacción al escucharla, mi narcisismo en toda su expresión actuó en ese momento: la empujé más fuerte y ella me miró sorprendida porque le pareció más un rechazo, pero yo me quité la remera y se la di.
- Para que no me extrañes mucho… - ella tomó la remera y la olió – por hoy seguro que el aroma va a continuar…
Seguía con la remera contra su nariz y volvió a recostarse en mi pecho
- Tengo que irme… - le dije en un susurro
- Lo sé… - me respondió separándose lo necesario para tomar mi cuello con la mano libre que tenía y acercarme a su boca,
Me besó con dulzura, con la suavidad a la que no estaba acostumbrado, si intentaba ser más intenso ella separaba sus labios, así que la dejé que me besara como quería y entre beso y beso la escuché o más bien la sentí sobre mi piel.
- Te quiero… - lo dijo y se quedó muy quieta sobre mi boca por unos segundos y luego volvió a besarme unos segundos más y me soltó…
- No llores… - dije mientras le secaba la primer lágrima con mi pulgar – te voy a escribir y dentro de un mes vuelvo por unos días
- Soy llorona… no pasa nada… - dijo mientras hacía un esfuerzo por parar de hacerlo
La abracé con fuerza otra vez y la sentí temblar ligeramente, luego ella misma me empujó por el pecho para que la soltara.
- Te tienes que ir… - me dijo y sonrió de esa manera en que lo hacía solo conmigo, sus ojos risueños pero aún con lágrimas que contrastaban con absolutamente todo.
Le volví a dar un beso cortito y me fui hacia la camioneta, antes de subir la miré y ella continuaba parada en el mimo lugar, toqué bocina y me fui… No pensé que me iba a afectar tanto dejarla o tal vez me afectó su “te quiero” al que no pude responder tampoco.
Esa noche armé mi bolso y a la mañana siguiente me fui. Aunque parezca una locura el día que llegué le escribí la carta y al otro día antes de ir a la facultad pasé por el correo para despachársela, en esa época no había celulares, no existía el email, en la pensión no tenía teléfono, así que no tenía otra manera más rápida de comunicarme ni con ella ni con nadie.
Esa solo fue la primera de un montón de cartas que nos escribimos en el tiempo que estuvimos juntos.
###
Julián terminó de escribir y quedó pensando en esa primer carta que le había escrito, no recordaba muy bien el contenido, recordaba que le había puesto “Con amor” para despedirse y en el remitente le había puesto solo “Un chico lindo”, después supo cuando Romina le contestó que ese remitente había causado todo un revuelo entre el cartero y su suegro que no quería entregarle la carta a Romina hasta que no le dijera quien era.
Así que para la siguiente carta escribió un mensaje muy particular: “No sea curioso compañero y entréguele la carta a su hija. El mismo chico lindo de la carta anterior”, desde el primer momento se había llevado bien con Raúl y poco a poco en el transcurso de los 3 años que habían estado juntos toda la familia de ella se había encariñado con él y sus locuras.
En parte esa relación fue lo que más le costó superar, la primera vez que había ido a saludar por las fiestas luego de separarse de Romina, se sorprendieron al verlo, pero lo saludaron afectuosamente, al año siguiente ocurrió casi igual, solo que el trato fue más frío y la última vez, luego que ella ya se había casado entendió que ya no era bienvenido, por lo menos no querían que se presentara así a una reunión familiar, por respeto al hombre que ahora formaba parte de la vida de Romina. De todas maneras, ninguna de esas veces la pudo ver.
Él se había enterado de su casamiento por un primo de ella que formaba parte de su grupo de amigos, sus padres estaban invitados a la ceremonia y a la fiesta y habían vuelto encantados con lo bello que había estado todo.
No pudo evitar recordar la sensación de decepción que le había embargado cuando se lo dijo, en el club le habían dicho que le diera tiempo, que ella volvería a él porque le pertenecía, sin embargo se había casado con otro. Luego le dijeron que cuando se cumpliera 7 años de su separación se volverían a cruzar sus caminos y él les había creído completamente.
Recién cuando eso no ocurrió, se dio cuenta del engaño y decidió rehacer su vida amorosa y tomó la decisión de formalizar con Vanina y vivir juntos. Nada de lo que le habían asegurado había ocurrido, pero para eso había estado a disposición del Club durante 7 años, los mejores de su juventud.
A los 3 años de separarse Romina, luego que ella se casara había comenzado a salir con Vanina, al principio era algo sin importancia, pero poco a poco se fue acostumbrando a ella, le era cómodo estar con ella porque desconocía su otra vida en el club, ahora se daba cuenta que su silencio le había favorecido.
Cuando decidió nuevamente salir del club, ya llevaban casi 4 años de novios y ya había publicado un libro gracias a sus contactos del club, así que a los 28 años había decidido abandonar esa vida y tratar de formar una familia.
Volviendo a recordar esos tiempos, su vida lejos de ella había continuado como siempre, la diferencia eran las cartas, nunca se había escrito con nadie porque sus novias vivían en la misma ciudad.
Al mes y medio que se había ido… volvió por una semana y ahí fue cuando comenzaron a aparecer los problemas con el Club, porque había comenzado a “elegir” estar con ella. Los directivos le habían asegurado que debía volver con Laura y les había dicho que no, que prefería seguir con Romina y ser un eslabón independiente, para poder seguir eligiendo sus encuentros. Por supuesto esto no fue bien recibido y ese fue el comienzo de la lucha por tratar de convencerla a Romina para que formara parte o convencerlo a él para que la dejara.
Decidió seguir escribiendo un poco más de esa época.
###
Décimo primer entrada al blog: cada vez que regresaba
El día que volví, había pasado un mes y medio sin vernos, no le había dicho a qué hora llegaba, así que solo llegué a su casa y la expresión de ella cuando me vio calmó cualquier inquietud que hubiera tenido, corrió a encontrarme y saltó a mi cuello para abrazarme y después de unos largos segundos, aflojó el abrazo como para que la pudiera besar.
No pude evitar emocionarme, ella por supuesto que lloraba, nunca la había conocido en esa faceta tan emotiva, estaba más acostumbrado a pelearme con ella, pero desde que estábamos juntos la vivía consolando. Cuando nos besábamos, nuestros cuerpos se buscaban, reconozco que yo la abrazaba posesivo, yo era normalmente posesivo… pero ella también se adueñaba de mi cuerpo. Últimamente al recordar con tantos detalles ese tiempo con ella, me he sentido hasta un pervertido por momentos, pero yo solo era un adolescente también.
Me quedé una semana, alargue lo más que pude mi estadía para estar con ella, aunque tengo que reconocerlo también para ir al Club, aunque había empezado a cambiar la situación de alguna manera para mí porque había empezado a preferir faltar para estar con ella. En ese momento no fue muy notorio pero con el transcurso de los meses, ella comenzó a ser una molestia para ellos, me dijeron que la invitara a formar parte y lo hice pero cuando me dijo que no, en cierta medida me sentí aliviado porque no quería compartirla con nadie.
Volví a irme luego de esa semana y nuevamente regresé al mes. Cada vez que volví en esos 3 años y medio de relación, siempre al verme llegar ella tenía la misma reacción, en los pocos segundos que pasaban mientras que se acercaba a mí y me abrazaba me hacía un paneo completo y notaba si me había cortado el pelo, si no me había afeitado, si estaba más flaco o si me había lastimado en el rugby. Y siempre… siempre completaba su frase con un “Te extrañé”.
La seguí incitando a avanzar en las caricias y fui descubriendo que jamás rechazaba nada de lo que le hacía, ya no se cohibía si le acariciaba o besaba sus senos y descubrí para mi placer que había comenzado a usar ropa interior más sexy, con muchos encajes y trasparencias, pero aún no me animaba a proponerle para tener sexo.
###
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 76 Episodes
Comments