Solo amigos

Habían pasado unos días cuando comenzó a recibir respuestas en el blog:

-          Bien Juan, así se hace…

-          Mostrando quien manda…

-          ¿Era necesaria la apuesta…?

Esa misma pregunta le hizo el psicólogo… y él estaba pensando si realmente había sido necesaria.

-          Supongo que sí… - sonrió – era muy competitivo en esa época…

-          ¿En que era competitivo por ejemplo? – el psicólogo hacía anotaciones breves y luego volvía con esa mirada incisiva que le molestaba

-          En todo… - cerró los ojos mientras recordaba – en las calificaciones… en el deporte… en las chicas… en lo que sea…

-          Me había dicho que a los 12 fue la primera vez que lo hicieron sentir mal… ¿Qué había pasado?

-          Hoy lo llamarían bullying… - se reacomodó en el sillón – era más bien gordito en esa época, usaba lentes bastante aparatosos… me gustaba una de mis compañeras y cuando lo descubrieron mis amigos comenzaron a burlarse hasta que ella también lo hizo…

-          ¿Y que generó en usted eso…?

-          Cambié… - suspiró – mi abuela materna me apoyó en todo… lentes de contacto… gimnasio… deportes rudos… vestimenta a la moda… ya era alto en esa época pero para los 15 ya era lo suficientemente musculoso como para atraer a las chicas… y comencé a tener éxito sin tener que esmerarme mucho…

-          ¿Y por qué fue necesaria la apuesta con Romina…? – lo miraba con una sonrisa enigmática – ya era atractivo… ya tenía experiencia sexual… ¿Por qué no simplemente acercarse a ella y mostrarse interesado?

-          Para centrar la situación en la apuesta y no en mis intenciones… no quería que supiera que me gustaba… - se friccionó la sien derecha sin darse cuenta – la convertí en un objeto de caza.

-          ¿Y ella se mostraba interesada en ser “cazada” por usted?

-          No… - encogió sus hombros despreocupado – comenzó a salir con un chico de otro entorno… no del ocasional círculo de amigos en el que nos movíamos ambos…

-          ¿Y usted que hizo entonces…?

-          Comencé a salir con sus amigas… con varias de ellas…

-          ¿Y por qué lo hacía…? – estaba curioso - ¿le funcionaba esa táctica para llamar su atención…?

-          Lo hacía principalmente porque podía… - suspiró – dejé de hacerlo para llamar su atención… simplemente lo hacía porque me era fácil hacerlo.

-          Y cuando compartían algún espacio en común… ¿Cómo se comportaba ella con usted, o con los demás…?

-          Atenta pero indiferente… nos trataba a todos por igual…

-          ¿Sonreía encantadoramente mientras que no los dejaba entrar…? – hacía alusión a su primer posteo en el blog.

-          Algo así…

-          Mientras tanto ¿usted que hacía?

-          Cambiaba de novia – reía con desenfado – comencé a salir con Laura, ella pertenecía a un grupo social privado.

-          ¿A qué se refiere como grupo social privado?

-          Algo así como una secta… en realidad era una mezcla de grupo religioso místico, club swinger y mafia organizada – no pudo evitar reír

-          ¿Y qué hacia ella en ese grupo?

-          Era parte de la cúpula que la dirigía… - comenzó a ponerse nervioso – y con varios amigos de la escuela ingresamos

-          ¿Qué buscaban de ese grupo?

-          Principalmente sexo, pero también contactos… plata… satisfacción del ego… que se yo… tener poder de alguna manera.

-          ¿Y qué requisitos había que tener para poder ser parte?

-          Ser físicamente atractivo, sexualmente activo o tener mucha plata…

-          Perdón pero suena a prostitución encubierta…

-          Hoy se podría ver así, pero en ese entonces solo era algo exótico.

-          ¿Y cuánto tiempo formó parte de ese grupo…?

-          La primera vez 2 años… - no pudo evitar mirar el diván y el psicólogo lo notó – luego Salí por un tiempo y luego regresé…

-          ¿Y con quienes mantenía sexo…?

-          El 90% del tiempo con Laura, pero también hice intercambios, cuando ella me lo indicaba

-          Usted me había dicho que Laura fue la primera que lo dejó…- verificaba el dato en sus anotaciones y Julián asintió - ¿Por qué lo dejó?

-          Porque los directivos determinaron que ella tenía que formar pareja con mi mejor amigo

-          ¿Y usted que hizo entonces…?

-          Nada, quedé como un eslabón libre dentro de la organización.

-          ¿y cómo lo afectaba ese cambio?

-          Menos sexo fácil… - dijo riendo – pero en esa época logre acercarme a Romina

-          ¿Ella sabía que usted era parte de este peculiar grupo? – Julián asintió lentamente con la cabeza y eso llamó mucho la atención del psicólogo? - ¿Qué opinaba ella sobre esto?

-          Los directivos la invitaron a formar parte cuando ya estábamos saliendo formalmente, pero se negó sistemáticamente

-          ¿Por la sexualidad que implicaba o por que se negaba en general sistemáticamente como dijo?

-          Ella no sabía sobre los detalles más escatológicos… - sonreía sarcásticamente – esa información era solo para “los eslabones”, no le gustaba la manipulación psicológica.

-          ¿Alguna vez le pidió que abandonara el grupo…?

-          No… - dijo cortante mirando la hora de su reloj

-          Muy bien… - dijo cerrando su cuaderno de anotaciones – Esta semana quiero que escriba sobre la relación que mantuvieron desde el día que se conocieron hasta el día que empezaron a ser pareja… como buen escritor no escatime los recursos lingüísticos en sus descripciones.

Se levantaron y se dirigieron ambos a la salida del consultorio.

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Segunda entrada del blog: Nuestro tiempo de amistad

Luego del cumpleaños de Mariela, Oscar se acercó mucho a ella, comenzó a visitarla aunque jamás le dejó avanzar más allá de la amistad. Se aproximaba su propia fiesta de 15, así que Oscar había conseguido que yo fuera invitado.

Llegado ese día, ninguno de los dos asistió… él tenía un justificativo real, había discutido con su padre por su rendimiento escolar y lo habían mandado a unos cientos de kilómetros a cumplir con un trabajo de la empresa maderera de la familia… yo no fui para que esa chica sintiera lo que es que no te den importancia.

Luego de esa fiesta, Oscar empezó a tener que ausentarse cada vez más por presión de su familia, si no quería estudiar era inevitable que tuviera que trabajar y su padre siempre encontraba tareas a muchos cientos de kilómetros de Rocío.

Ella comenzó a salir con un chico de otro colegio, yo le solía preguntar a Mariela, fingiendo interés en por qué nunca se había fijado en alguien de nuestro propio grupo… “Ella tiene una regla sencilla: no se besa con sus amigos”, fue la respuesta a mi pregunta.

Esa era una buena noticia… no tenía que preocuparme por ninguno de nuestro grupo, ni siquiera por Oscar, lo malo fue que su amigo de la infancia que vivía al lado de su casa, fue el que le presentó a su mejor amigo y el amor o lo que sea que hayan tenido surgió´ entre ellos.

Comencé a tener la costumbre de criticarle lo que fuera… su ropa… su cabello… la forma de maquillarse… su comportamiento…, cualquier cosa que hiciera que me prestara atención y se fuera acostumbrada a contestarme con alguna seña como “fuck you”, o que me sacara la lengua con antipatía o que me pusiera apodos ofensivos que no escatimaba en decírmelos a la primer oportunidad. Este comportamiento entre nosotros llegó a ser tan natural que incluso yo lo hacía en presencia de Laura sin siquiera darme cuenta. Entonces ella se dirigía a Laura y le decía. “¿no te resbalás de la moto con este tipo tan baboso…?”. Laura solo se reía, pero no le gustaba cuando me pillaba mirándola sin que Roció se diera cuenta. Por lo menos sabía que mi interés no era correspondido.

En ese tiempo se dio el viaje de fin de ciclo y coincidimos en la misma empresa de viajes, me di cuenta que de su grupo de amigas, yo ya había tenido sexo o me había besado con casi todas, menos con ella, así que lógicamente la puse en la mira de mi cacería, no porque quisiera reconocer que me interesara en realidad sino porque el viaje la alejaría de su novio por 15 días, tiempo más que suficiente como para llevarla a la cama sin problemas… por lo menos eso era lo que yo creía.

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