Capítulo 5

El movimiento constante del auto hacía que el estómago de Anabel se revolviera. Las punzadas en su cabeza la hacían sentir agobiada y respiraba con dificultad mientras Matías miraba por la ventana. Al menos había decidido ir en el auto de Matías, no quería sentirse observada o más presionada, aunque al final no se alivió mucho.

Matías notó la incomodidad de Anabel, aunque era un poco difícil aliviarla. Ni siquiera se le ocurría algún chiste para aliviar el ambiente. Era uno de esos pocos días en los que Matías de verdad deseaba no haberse levantado de la cama.

-Si te sientes mal, no deberías agobiarte.

-No es nada –respondió Anabel con una voz cansada– es solo un dolor de cabeza leve.

-La última vez que dijiste eso te desmayaste porque no podías respirar. Relájate y no pienses en nada.

La voz de Matías se escuchaba severa mientras miraba el camino. Anabel ignoró las palabras de Matías y buscó un poco más de comodidad en su asiento. Un suspiro se escapó de sus labios y simplemente fijó su mirada en el camino.

Al llegar, Ana y Marcos bajaron del auto, esperando atentamente a que Matías se estacionara para entrar en grupo. Una vez que todos estuvieron juntos, con la excepción de Andrea, la cual prefirió salir con sus amigas, entraron a la casa.

Fueron recibidos por una mujer pelirroja de sonrisa amable. Junto a ella estaba un hombre de cabello castaño y ojos color miel. Ambos se veían de más de cuarenta años, aunque la mujer de cabello suave y frondoso se veía incluso más joven que eso.

-Bienvenidos –dijo la mujer con una sonrisa y se acercó a Anabel– mi nombre es Elizabeth, tú debes ser Anabel, ¿verdad?

-Oh, sí, yo soy Anabel –respondió Anabel un poco desconcertada– es un placer conocerla.

-El placer es nuestro. Este es mi esposo, su nombre es Diego. Pasen, siéntanse en casa.

Anabel estaba incómoda, pero no podía negar que aquella mujer tenía unas vibras alegres. Desparramaba energía con cada paso que daba. Incluso la sonrisa de Elizabeth se sentía fresca y genuina, aunque su esposo tenía un semblante serio. Ella sonreía mientras sujetaba el brazo de este.

Todos se reunieron en una sala de estar bastante agradable. Podía adivinarse que la persona que escogió cada mueble y florero fue Elizabeth. Todo estaba combinado con colores cálidos. Era de noche, pero las cortinas dejaban entender que la luz solar pasaba sin problema alguno durante el día.

-Bueno, suena repentino y anticuado –dijo Diego mientras sujetaba la mano de Elizabeth–. Actualmente, muy pocos matrimonios son arreglados, aunque no se puede negar que ambas partes saldrán beneficiadas. Como mi esposa le comentó a Ana, necesitamos una esposa para nuestro hijo mayor. En lo que respecta, estamos apurados, por el hecho de que anteriormente mi hijo estaba comprometido. Sin embargo, su prometida lo abandonó de forma abrupta. Afortunadamente, nadie llegó a verla, por lo que necesitamos a Anabel. ¿Están de acuerdo?

Anabel miró por un segundo a su tío, el cual estaba un poco pensativo. Esta soltó un leve suspiro un tanto sutil y sonrió de forma un tanto profesional.

-No veo problema alguno, pero si el matrimonio no funciona, ¿podría tener algo que me permita romperlo en cualquier momento?

Diego se sorprendió por la pregunta tan segura de Anabel. Era extraño que esa fuese su única duda.

-Bueno, después de tres años podrían romper toda unión si no funciona. De todos modos, dudo que después desees el divorcio.

La respuesta de Diego era bastante segura, pero había una razón. Los beneficios económicos traídos por el matrimonio harían que Anabel no deseara romper el matrimonio. Era imposible que cualquier persona deseara abandonar tales beneficios.

-Entonces me parece bien –dijo Anabel con una sonrisa–. ¿Debo saber algo más?

-Bueno –exclamó Elizabeth un tanto incómoda–, será un tanto repentino, pero la boda será en dos semanas. Honestamente, no queremos retrasar las cosas para no llamar la atención. Por lo que lo mejor es hacer todo rápido y discreto.

Anabel asintió. Elizabeth suspiró un poco más aliviada. El único que todavía no se veía para nada contento era Matías, aunque su padre tampoco estaba tan alegre que se dijera.

Aunque después de la charla pasaron a cenar, aunque Anabel estaba más curiosa, en ningún momento escuchó el nombre de los hijos de la familia y tampoco habían asistido a la reunión. Tal parecía que tenían poco interés, pero Anabel no se lo explicaba. Al menos el que se suponía sería su prometido debió haber asistido, puesto que al menos debía asegurarse de conocerla o ver su rostro. No podía decir lo contrario, esa familia era sumamente extraña.

Después de un rato de charla, Anabel pudo sentirse un poco más relajada. Antes sentía que su corazón saldría de su pecho, además de que sentía tanta fatiga que pensó que se desmayaría en cualquier momento. Al final, su preocupación e incomodidad fueron un tanto en vano, por lo que la charla fue ligera.

-Sabes –dijo Elizabeth mientras miraba a Anabel– tus ojos son claros, la verdad resaltan mucho por tu piel clara y ojos azules, aunque no te pareces a tu tía.

Anabel frunció el ceño. Era verdad, ella y el padre de Anabel eran de ojos oscuros y su cabello era castaño. En cambio, Anabel tenía los ojos de un celeste claro por parte de su fallecida madre.

-En realidad me parezco a mi madre –dijo Anabel con una sonrisa nostálgica– no tengo parecido alguno con mi padre.

-Tu madre debe ser muy hermosa, ya que sin sonar exagerada, debo admitir que eres muy bonita, incluso te ves un tanto delicada.

Anabel desvió su mirada y guardó silencio. Una gran incomodidad se hizo presente, incluso Ana se preocupó por la repentina incomodidad.

-La madre de Anabel murió hace años por una enfermedad del corazón –dijo Matías intentando sonar calmado para aligerar la tensión– aunque fue hace mucho.

-No lo sabía –dijo Elizabeth un tanto avergonzada.

-No hay problema –respondió Anabel con una sonrisa– no dijiste nada malo.

A pesar del momento incómodo, todos continuaron de forma tranquila. Después de eso, Diego le dio un par de indicaciones a Anabel para que después volvieran. Al parecer, debía tomarse medidas para el vestido, nada fuera de lo común.

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Comments

Vicky Galarreta V

Vicky Galarreta V

Y el novio?, qué locura😡😡

2023-10-07

4

Aidee Leiva

Aidee Leiva

jum😠🙄😡🤬😠🙄😡🤬😠🙄😡🤬

2023-09-26

0

Lupe España

Lupe España

que. pensará si papá al regresar

2023-09-26

7

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