Planes futuros

Después del gran acontecimiento en la fiesta, Rachel descargó toda su frustración en Ariana, a la cual golpeó sin misericordia y la encerró en lo más profundo de la mazmorra de la mansión Bronte. Una vez más, rodeada por la tétrica oscuridad, Ariana se encontraba sentada en el frío suelo de aquella enorme prisión, en este lugar eran encerrados las personas más detestables de la familia. Pero la joven chica se sentía a gusto, anteriormente en las mazmorras del Castillo de Rosen, eran mucho más horribles en comparación con esta. Desde ayer, Ariana permanecía en el piso duro y frío. Los lugares en donde Rachel la había golpeado ferozmente aún seguía palpitando pero aún así se sentía bien.

Una carcajada salió de los labios de Ariana al recordar las expresiones tan estúpidas de cada uno en la fiesta.

— Sin duda alguna, Helena no tendrá el favor de la emperatriz esta vez.

Una de las principales razones por las cuales Rachel quería crear una imagen impecable de sus hijas, era porque todos los años en la capital Imperial se realizaba una fiesta para aquellas jóvenes de la alta aristocracia que cumplían la mayoría de edad (18 años). Una celebración hermosa y única, donde nada más y nada menos que los anfitriones eran el emperador y la emperatriz suprema, esta última era la estrella principal y su trabajo era observar a las jóvenes presentes, si alguna le agradaba o le parecía resaltar entre las demás entonces era su deber otorgarle un broche de oro con la forma de una orquídea. Este símbolo significaba que la chica tenía su favor.

Aquellas jóvenes cuya presencia o apariencia lograra ser de agrado ante los ojos de la mujer, entonces sería reconocida no solo por su territorio, sino por todos los demás reinos que pertenecían al Imperio de Cameros... Además de ser uno de los más grandes honores recibir la bendición de la emperatriz también contarían con el apoyo directo de la familia imperial Suprema.

Ariana recordó como Rachel hizo un gran trabajo en su vida anterior, pues Helena pudo conseguir dicho prestigio al igual que Victoria, abriéndole paso para obtener lo que querían. Pero ahora con todo el revuelo, la reputación de Helena va en picada y de seguro ya deben abundar los rumores por todo el Reino.

Algo pesado y con una forma extraña calló a los pies de la joven, que al principio creía que era un ratón, pero luego esa idea fue descartada al apreciar la botella de agua y un delicioso pan que parecía recién horneado.

— ¿Es tan gracioso? — preguntó el joven Cyrus que encendido una lampara apreció y miraba a la chica entre las rejas desde arriba.

— ¿El qué?

— No lo sé, dímelo tú. Hace un momento te estabas riendo.

Ariana suspiro poniéndose de pié.

— Al parecer el emperador tiene una gran habilidad para meterse a lugares Proividos.

— ¿Quien intentaría interponerse en mi camino? — una sonrisa imperceptible se colocó en los labios de Cyrus.

Ariana puso los ojos en blanco y trató de sonreír, sin duda alguna no soportaba la presencia de aquel emperador que la irritaba a tal punto y temía que el chico interfiera en sus planes. Cyrus señaló con el dedo índice las cosas que acababa de traer.

— Será mejor que comas o al menos tomes agua, no será fácil para un cuerpo como el tuyo soportar tanto tiempo.

Con una mirada relajada la chica agregó: "Se le agradece su bondad, pero estoy acostumbrada a tratos como este." Cyrus se acercó a las fuertes barras de metal y estirando su brazo alcanzó la barbilla de Ariana y alzándola con el dedo se quedó observando por un tiempo sus grandes y hermosos ojos azules que parecían inquebrantables,sin una pizca de miedo a pesar de la situación en que se encontraba. Por el contrario se podía apreciar el descontento y la frustración que sentía tal vez por la presencia de Cyrus. Era la primera vez veía ese tipo de emociones dirigidas a él.

— Tu madre está enojada como nunca antes.

— Es mejor que se acostumbre.

— ¿No tienes miedo a morir?

— No. — contestó con precisión y confianza.— La muerte es algo que nadie puede evitar de todos modos.

— Bien, me gusta tu actitud y por lo que veo tu corazón no late con fuerza cuando me vez.

— Imposible, su Majestad ahora mismo este loco corazón está latiendo sin parar. — Contestó sarcásticamente Ariana.

— Claro, porque si dejara de latir, entonces tu morirías. — agregó el joven.

Una sonrisa amplia y bonita se extendió por los labios de Ariana al escuchar las mismas palabras que anteriormente le dijo a él. Era la primera vez que Cyrus veía sonreír Ariana tan sinceramente.

— Si puedes manejar una sonrisa como esa, tendrás el mundo a tus pies. — dijo seriamente el emperador a lo que Ariana se quedó desconcertada mirándolo confundida sin decir una palabra.

El joven apartó su mano del delicado rostro de Ariana y añadió alejándose un poco: "Una sonrisa hermosa en situaciones difíciles es mucho más hiriente que una espada afilada. Por eso, si puedes manejar tus expresiones frente a los demás, tendrás a todos en tus pequeñas manos." Y como si se tratara de una ilusión el hermoso hombre desapareció en la oscuridad.

Ariana suspiró hondo y se sentó de nuevo en el suelo, esta vez mirando las cosas que Cyrus había traído. Agua fresca y un delicioso pan, de inmediato el hambre que se encontraba escondida se apoderó de su cuerpo nuevamente. La chica tomó un trozo y cuando estaba a punto de comer, el doloroso recuerdo volvió a su memoria: La imagen del príncipe Leonardo

"No"— pensó Ariana lanzando a un lado las cosas.

Anteriormente Leonardo también se mostró amable con ella.

"Déjame ayudarte Ariana"

"Que haría sin ti Ariana. "

"Te cuidaré por siempre Ariana. "

Ella apretó los puños sintiendo que el resentimiento volvía a su corazón.

"No puedo confiar en él. Seguro Cyrus también quiere algo de mí. Nadie puede ser amable sin ningún motivo, me usará y luego desechará como los demás hicieron conmigo ¿Te diste cuenta que quiero escapar hacia Rosen y encontrarme con mi supuesto padre? Imposible, ¿tan transparente soy?"

Ariana cerró los ojos y se apoyó en la pared.

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Cyrus salió de la mazmorra solo después de asegurarse que Ariana no tocara la comida. Caminó tranquilo hacia la salido y ni siquiera los guardias notaron su presencia cuando pasó a su lado.

"Sin duda alguna esa chica tiene en mente escapar hacia Rosen. Desde el inicio tuve sospechas de que Calixto estaba involucrado con la muerte de mi padres, pues de la noche a la mañana se casó con Rachel y de repente se divorciaron tan pronto cuando el Reino del Norte cayó. Sí estoy en lo correcto, esa mujer de cabellos azules me será de mucha ayuda así que no puedo desperdiciar esta oportunidad."

Cyrus recordó los hermosos ojos azules de Ariana. Tan transparentes como un lago en verano, pero que en las profundidades el odio se había apoderado de todo. El jóven emperador no podía comprender el por qué de ese rencor tan grande en una niña de apenas 16 años. El corazón de Cyrus no era distinto pero por lo menos él, tenía un pasado mucho más horrible que Ariana, pues esta solo era maltratada por su familia cuando Cyrus estuvo a punto de morir cinco veces

Cuando ya se encontraba lo suficientemente lejos de la mansión, dos figuras conocidas aparecieron desde atrás, Karina y Louis acababan de llegar.

— ¿Alguna novedad? — preguntó el señor del Norte.

— No pudimos descubrir nada revelador. Al parecer la fiesta no tenía otro objetivo que dar a conocer el nuevo vino de Jacob Bronte.

Cyrus asintió levemente.

— Ah e Isaac dice que está muy aburrido y quiere invitarlo a usted a tomar unas copas con él.

Karina y Louis quien ya debieron irse después de dar el informe se quedaron quietos mirando a Cyrus con sospecha y este al darse cuenta preguntó:

— ¿Algo más que agregar?

—¿Cuándo vamos a volver al Norte?— preguntó Louis.

—todavía.

Louis miró a Karina y al final preguntó como si no pudiera evitarlo.

—¿Es por la segunda princesa de Bronte?

Los ojos de Cyrus se enfriaron ente la pregunta.

— ¿Quién dice eso?

— Isaac nos dijo ayer que pronto habrá una reina... Ah Karina ¿por que me pegas? — Louis, cuyo hombro fue golpeado por el fuerte brazo de su compañera, se percató de su error. — Perdón señor, he cometido una gran falta. Castígueme por favor.

Karina tomó la delantera y pateó fuertemente al joven.

— Mi rey, pido disculpas en nombre de este idiota. El chico no tiene la cabeza en su lugar, pero es un gran guerrero, sería un desperdicio.

Cyrus suavizó ligeramente su mirada y permaneció en silencio.

— ¿Que tiene planeado hacer en estos días? — preguntó Karina.

— Obtener algunas ganancias. Esperemos una semana más y si no hay nada que ganar entonces Regresaremos al norte.

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