En el enorme sótano de la mansión Bronte, se encontraban sigilosamente Cyrus y sus hombres. Isaac, con ayuda de su compañero, se apoyaba en el borde del enorme barril y abría la gran tapa. Esto mismo hicieron con los otros 5 contenedores de vino. Luego de terminar su faena, ambos bajaron y se unieron nuevamente con su señor. Junto a Cyrus se encontraba una mujer que, con una cola bien alta, amarraba su intensamente enrojecido cabello ondulado. Ella era Karina, la comandante de los caballeros oscuros del Norte, y el anterior joven que ayudó a Isaac se llamaba Louis, su asistente. Ambos acompañaron al emperador en su viaje.
— ¿Se puede saber para qué hacemos esto? — preguntó el joven Isaac, secando el sudor que corría por su frente.
— Porque le dejaremos un hermoso regalo a los Bronte para el día de su inauguración. — respondió el emperador, sosteniendo una de las tantas bolsas que traía consigo.
Los tres se miraron sin comprender y, como no tenían más remedio, siguieron las órdenes de su señor.
°•°•°•°•°•°•°•°•°•
Los días pasaron rápidamente y el momento de la fiesta de inauguración había llegado. Ariana permaneció confinada en aquella habitación y desde allí se podía escuchar el ajetreo de los sirvientes que venían de aquí para allá con todos los preparativos y decoraciones, rumbo al gran salón.
Después de muchos días, la vieja puerta que había permanecido cerrada por fin se abrió. Un batallón de al menos siete criadas entraron a toda prisa cargando cajas igual que la vez anterior. La única diferencia era que ahora Victoria las acompañaba. La expresión de la chica se había endurecido un poco, pero aún así seguía fingiendo una gran sonrisa.
— Hermana. Te tengo buenas noticias. Después de persuadir tanto a mamá, ella decidió concederte el permiso para asistir a la fiesta de inauguración. — su voz era alegre, pero las palabras que salieron de su boca eran tan vacías que solo resonaban en el oído de Ariana. — Espero que no te comportes como la última vez...
Ariana se quedó en silencio, observándola y luego de algunos segundos asintió. De todas formas, esta vez no pretendía hacer lo mismo, ahora tenía un plan distinto. Una de las criadas abrió la caja más grande, revelando el vestido que contenía en su interior. Cuando la chica lo tomó en sus manos, se pudo apreciar completamente. Era muy distinto al anterior, pues este, sin duda, se veía bastante caro y aunque el modelo era algo anticuado, lo opacaba su hermoso color azul.
"Esta vez mi madre sí que se esmeró en cambiar mi aspecto", pensaba la joven, mientras otra sirvienta ya comenzaba a peinar su hermoso cabello azul. Después de colocarse el enorme y algo pesado vestido, prosiguieron a maquillarla. No prestaron mucha atención a su rostro, pero sí se esmeraron en cubrir las distintas cicatrices de sus brazos. Aunque el vestido y todo era deslumbrante, aún la figura de Ariana no era la mejor, por más polvos que utilizaran, las marcas de abuso no desaparecerán del todo.
Habiendo terminado, Ariana miró su reflejo en el espejo. A pesar de que se veía preciosa, su rostro no mostraba ningún tipo de emoción.
— Solo mira lo bien que te queda. Después de esto tendrás que agradecer mucho a nuestra madre por todo el tiempo que te dedicó esta vez. — Victoria observó cada detalle de Ariana con una sonrisa, pero apretaba los puños cuando la envidia comenzaba a florecer nuevamente en su interior.
Cuando era pequeña, sentía celos por la belleza de su hermana mayor, que, a pesar de siempre estar desarreglada y andar como un desastre, seguía viéndose bonita. Con el tiempo, dejó de prestarle atención debido a su condición, pues ella tenía todo y no necesitaba el rostro lindo de la despreciada Ariana. Pero ahora era distinto, Ariana había cambiado y, por alguna razón, una sensación de inseguridad recorría su cuerpo.
"La tendré vigilada. Estoy segura de que ni siquiera sabe caminar decentemente con un vestido así" — pensaba Victoria mientras se preparaban para salir.
Pero pronto, la chica de cabellos azules superó las expectativas de su hermana. Caminó con porte y elegancia durante todo el recorrido hacia el gran salón. El sol ya comenzaba a ocultarse, dándole paso a la noche, y las muchas luces que había en cada parte de la gran mansión comenzaban a encenderse. Victoria sostenía firmemente el brazo de Ariana mientras ambas entraban a la fiesta.
El gran salón estaba minuciosamente decorado con muchos adornos caros. Cortinas con bordes de oro y seda de la mejor calidad se encontraban recogidas en las ventanas, dejando pasar la luz de la Luna que poco a poco iba apareciendo. Una alfombra roja cubría el piso pulido de mármol, que iba desde las escaleras hasta el pasillo final. Las flores naturales adornaban cada columna, al igual que las cintas y guirnaldas.
Ambas fueron recibidas por las miradas de todos los presentes, quienes se quedaron asombrados cuando por primera vez vieron a la chica de cabellos azules que caminaba con el mentón levantado, la espalda recta y pasos firmes. Era como apreciar un verdadero espectáculo. La nobleza que reflejaba era clara y pura, incluso mayor que la de Victoria. Después de un tiempo, Rachel se acercó y saludó a sus hijas para luego regresar.
Eran muchas las personas presentes, incluyendo a las mismas que asistieron a la fiesta en el jardín. Pero más allá de la multitud en el estrado donde se encontraban Rachel y Jacob, también estaba Camila Rowens, que felizmente saludó a Ariana desde lejos. Allí había más nobles importantes, pero sin duda alguna la más significativa era Liliana Arcus, una señora de al menos cincuenta años que era la flor principal de la fiesta, pues ella era la principal inversora.
El transcurso de la fiesta fue realmente aburrido para Ariana. Victoria, sin despegarse un momento de la chica, saludaba cortésmente a los invitados. Rachel y Jacob permanecían hablando y Helena seguía en su mundo, mostrando molestia por la presencia de Ariana, a la cual le dedicaba miradas de enojo cada vez que podía.
— Todo va bien, querido. Estoy segura de que con esto, pronto los nobles dejarán de esparcir rumores sobre Ariana. — Una sonrisa se dibujó en el rostro de Rachel, que sostenía la mano de su esposo.
Jacob besó a su mujer y, haciendo una señal, mandó a llamar a los sirvientes que traían el vino y empezarían a servirlo. Después de un breve discurso, los invitados ya podían degustar el tan esperado líquido.
— ¿No vas a probarlo, hermana? — le preguntó Victoria sosteniendo una copa.
— No puedo beber.
Fue en ese entonces que, desde algún lugar del espacioso salón, el sonido de una copa rompiéndose resonó por todas partes, seguido de un grito. Después, Ariana recordó las últimas palabras de Cyrus antes de marcharse.
"Será mejor que no pruebes el vino."
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 39 Episodes
Comments
Sandra Martinez
bueno Ariana tiene un aliado sinpefirlo
2023-07-28
10
Luz
un bello espectáculo le de Cyrius a la princesa
2023-07-17
0
Lilian Rodríguez Tórrez
me gustaría que ella le contará a cyrus todo lo que esa gente le hizo aunque sospecho que el algo sabe 🤔xq la ayuda y de paso como sabía que dañar el vino era necesario
2023-06-14
0