Cyrus Karha

"¿Por qué de repente? "

Ariana buscó en lo más profundo de su memoria y es que por más esfuerzo que realizaba no lograba recordar que el príncipe del Norte visitara Rosen en su vida anterior. Habían muchos rumores y se hablaba de que vendría pero eso nunca sucedió. En aquellos días Helena estaba realmente entusiasmada pues según ella seduciría a Cyrus y se casarían, casi se muere cuando el joven canceló su viaje, encerrándose en su habitación por días haciendo un berrinche ¡Es ilógico! Cyrus era tan distante para Ariana que jamás pensó en esta situación.

"Es peligroso que este chico se haya metido a la mansión en este momento ¿será posible que en mi otra vida también haya hecho lo mismo? Solo que esa vez no nos encontramos porque estaba en mi habitación. "

Un escalofrío recorrió la espalda de Ariana pues el hecho de que ella se encontrara con Cyrus mientras él hacía algo en secreto, según su personalidades era capaz de matar a Ariana para callar su boca y no decir nada al respecto. La joven respiró hondo dejando sus miedos detrás.

"Está bien si muero, ya pasé una vez por eso, de todas formas esta vida la obtuve como una bonificación"

Ariana volvió a fijar sus intensos ojos azules en la ensangrentada mirada del apuesto hombre que la observaba y sin vacilación comentó:

— No sabía que su Alteza, el emperador del Norte, visitaría el ducado Bronte en un momento como este. Si hubiera conocido este detalle de antemano, todos saldrían a recibirlo.

Ante el tono tranquilo de la chica, Cyrus se agachó para poder estar a la misma altura que ella. Ariana quedó desconcertada al ver el comportamiento inofensivo del joven, pero aún seguía alerta, mirándolo con indiferencia.

— ¿Cómo es que me conoces?

— Cabello dorado y ojos manchados de intenso carmesí, son rasgos característicos que solo la familia Karha posee. El único que heredó ese apellido, fue su Alteza Cyrus.

— Mmm

— Además, escuché que eras tan hermoso como una escultura y haces latir fuertemente el corazón de las mujeres.

— Vaya ¿es eso cierto? tu corazón no parece estar latiendo justo ahora.

— Eso es imposible, si mi corazón dejara de latir, moriría.

— Ah sí...

Ariana observaba los profundos ojos rojos de Cyrus, pero era indescifrable saber que pensamientos corrían por su cabeza.

— ¿No interrumpí tu comida?

— No, Alteza. Es un honor para mí que el emperador de Argoz esté aquí.

Cyrus levantó ligeramente las comisuras de sus labios, formándose casi una imperceptible sonrisa ante las cuidadosas palabras de Ariana.

—Tienes la habilidad de decir cosas que no están en tu corazón con tanta naturalidad.

— No es así, solo estoy algo sorprendida por conocer al mismísimo emperador en persona, del que solo había escuchado hablar.

"Idiota, por tu culpa no pude terminar de comer y aún tengo hambre. Si quieres puedes seguir haciendo tus cosas turbias, nada de eso me interesa, pero lárgate. "

Ella quería tomar alguno de los alimentos y escapar a su habitación pero a pesar de los distintos dardos lanzados por Ariana, Cyrus no se movió de su lugar y no parecía querer levantarse.

— Pretendo fingir que nada pasó hoy, espero que su alteza haga lo mismo.

— Si vas a fingir que no me viste entonces ¿debo olvidar tus malos modales al comer?

Comentó en un tono burlón el joven.

— Sería muy considerado de su parte.

Bufó Ariana sarcásticamente entre dientes, apartando la mirada del hombre para poder apreciar la hermosa Luna que ya casi desaparecía por la pequeña ventana.

— ¿No me tienes miedo?

— No tengo por que tenerlo, no creo haberle hecho nada malo al emperador.

— Las mujeres siempre suelen tener dos reacciones hacia mí. O se estremecen del miedo o tratan de actuar elegantes para parecer lindas frente a mí.

— No todas las mujeres somos iguales.

Viendo sus ojos más de cerca, Ariana quedó sorprendida. Por lo que ella sabe, Cyrus ahora tiene a penas 20 años, solo cuatro años mayor que la actual chica y sin embargo la mirada del joven parecía tan profunda y oscura como un túnel sin fin. Eran unos ojos tan desolados y amargados ¿Por qué cosas había pasado este hombre para sentir tal resentimiento? Ariana se levantó lentamente de su lugar.

— Alteza, si no tiene nada de que hablar conmigo entonces...

— Aguarda un momento.

La mano de Cyrus tomó la muñeca de Ariana deteniéndola, luego se quedó en silencio escuchando. De repente también se puso en pié agarrando el antebrazo de la joven. Antes de que la chica, pudiera protestar debido a su comportamiento grosero, el pateó la comida que había en el suelo hasta el fondo de la cocina y apagó la lámpara. Después de esto levantó a Ariana y se escondieron a través de los estantes. Debido a la falta de espacio, ambos quedaron apretados, el hombre apretó la espalda de Ariana contra su cuerpo sosteniendola con cuidado. El rostro de la chica quedó mucho más abajo, enterrado entre el musculoso pecho del joven. El olor y calor corporal que emanaba Cyrus, hicieron cosquillas en su pequeña nariz. Ariana estaba estupefacta sin poder percatarse de la situación y después de unos minutos levantó la cabeza.

— ¿Qué significa esto?

Preguntó sorprendida.

— Shhh

Antes de decir alguna otra palabra, el dedo de Cyrus se posó sobre los labios de Ariana. Su cuerpo se tambaleó ante el reciente toque, y es que sus manos estaban tan frías como el hielo. Su intento de empujarlo con ambas manos fue en vano y se detuvo ante el sonido de la puerta abriéndose.

— ¿Por qué la señorita Helena quiere comer chocolates a esta hora?

— La duquesa Rachel, la regañó por el incidente de Ignes y ella no ha dormido nada, se ha pasado todo el tiempo lanzando enojada las cosas que encuentra en su habitación.

Las voces de dos criadas se escucharon fuera de la cocina, los hombros de Ariana se tensaron igual que su cuerpo.

— Tranquila, si te mantienes en silencio no te notarán.

Cyrus bajó la cabeza y susurró, Ariana pudo sentir su gélido aliento encima de la parte superior de su cabeza. Las luces que acababan de aparecer en la cocina iluminaron gran parte del lugar y Ariana dejó de respirar.

— ¿En donde está el chocolate?

— En los estantes de arriba.

Las criadas se movieron rápidamente por la cocina, buscado en cada uno de los contenedores y revisando los estantes. Fue hasta entonces que Ariana se percató de la postura tan impropia en que se encontraban, si los ven así sería un grave problema. Ante los ojos de los demás, se vería como si Ariana se encontrara con un hombre extraño en medio de la noche.

"Antes de eso ¿ese hombre intentará matar a esas dos?"

Los pasos de una de las sirvientas se escucharon justo al frente dejando ver el dobladillo de su falda y al momento siguiente los ojos de la doncella, se encontraron con los de Ariana...

Ella se quedó sin aliento y antes de cualquier cosa, la mano de Cyrus cubrió la boca de Ariana para que no pudiera hablar. Ignorando ese hecho la chica se devanaba los sesos sobre que actitud tomar y la excusa que debía inventar.

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