Una nueva oportunidad

Los nobles, especialmente las mujeres, estaban entusiasmados y había un gran revuelo en el Reino, pues corría la noticia: que el príncipe de Sueton, Cyrus Karha visitaría pronto Rosen. Muchos eran los rumores que envolvían a Cyrus, quien se sentó en el trono a la edad más joven de todos los demás príncipes. Entre ellos, el que más emocionó a las damas, trataba de su incomparable belleza y su semejanza con la apariencia de un Dios. El apuesto príncipe, pronto se apoderó de las noticias y era el tema de conversaciones en cada una de las reuniones de la jóvenes aristócratas.

— Escuché que su rostro es tan bello como una Perla.

— Tanto así, que incluso la apática princesa Charlotte de la capital imperial daría todo por casarse con él.

— Su cabello plateado brilla como la luz de la Luna en el cielo oscuro.

— ¡Y sus ojos! Escuché que son tan rojos e intensos que incluso los retratos que circulan en el mercado oculto no pueden captar su verdadera esencia.

— Dicen que crea preciosas esculturas de hielo en un segundo y de la nada ¿será cierto?

— Es magia fría y solo la familia Karha puede utilizarla.

Si tantos eran los rumores sobre su apariencia así también los habían describiendo su carácter violento.

— La otra vez, asesinó a una de las bailarinas que se escondía en el jardín sin permiso por la noche.

— Escuché que a menudo ignoraba a la princesa Charlotte cuando lo saludaba.

— También circula el rumor de que le gustan los hombres ¿han oído hablar sobre el chico que siempre lo acompaña? Creo que su nombre es Isaac y parecen ser cercanos.

Lo que todos ellos desconocían, era que Cyrus, el alborotador del mundo social desde Oriente hasta Occidente, en verdad ya se encontraba desde hacía un tiempo en Rosen, escondido en la mansión del duque de Bronte.

Desde lo más alto de la copa de un árbol, se encontraba el chico de ojos carmesí y cabello plateado junto a Isaac, observando con detenimiento la mansión Bronte y fijaba su mirada especialmente en la joven que tranquilamente permanecía sentada en la misma posición sin moverse durante bastante tiempo, como si esperara que algo sucediera.

Todavía hacía frío debido al reciente paso del invierno y las ramas del árbol estaban desnudas con la ausencia de las verdes hojas pero ninguno de los que deambulaban por la zona, podían percatarse de ambos.

— ¿Esa chica es la hija del emperador Calixto y la duquesa Rachel, verdad? Que lamentablemente condición. No es difícil percatarse por su gran parecido con el emperador.

Comentó Isaac con tono aburrido. A diferencia de su señor, él era un chico mucho más alegre, pero no le parecía nada entretenido observar por horas el mismo paisaje y es que ya podía sentir sus piernas adormecidas. Isaac era además un excelente alquimista capaz de crear cualquier tipo de medicinas o pociones con efectos extraordinarios.

— Si se hubiera quedado con su padre ahora sería una princesa en Argoz y no tendría una vida tan cruel. La duquesa de Bronte es una mujer muy dura ¿Cómo puede tratar así a su hija?

Como dijo Isaac, la chica más allá de la ventana tenía una apariencia deplorable y su mirada era totalmente inexpresiva. Su cabello azul estaba todo enredado por no lavarlo y tratarlo bien, el cuerpo era tan delgado debido a la inanición y el desgastado atuendo que traía puesto a penas le cubría sus frágiles extremidades. La habitación en donde se encontraba solamente tenía en su interior un pequeño escritorio y no había ni siquiera una cama. La chica se encontraba en una situación que cualquiera sentiría lástima pero los ojos de Cyrus que la observaban era tan fríos como un témpano de hielo.

— La joven Bronte es la hija del enemigo de tus padres, Cyrus pero ella es inocente. No tiene culpa de nada, seguramente se lamenta constantemente por su posición. Pobre chica, no puedo imaginar cuanto sufrimiento hay en su corazón.

Continuó el de los cabellos rubios mientras caminaba por la rama de un lado a otro. Pero su fiel señor y viejo amigo, pensaba de una forma totalmente opuesta a la de él. Cyrus había estudiado el comportamiento de Ariana y sus ojos... Sus ojos intensamente azules lo menos que reflejaban eran tristeza, de ellos emanaba un odio tan profundo que era casi imposible de comprender. Un enorme resentimiento permanecía en su corazón, acumulado por muchos años. Pero a pesar de todo lo que conocía sobre ella, aun había algo en Ariana que él no podía descifrar.

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Ariana se sentó erguida en la silla de aquel viejo y empolvado escritorio mirando como siempre a través de la ventana. Con cabello azul cielo, ojos de igual color pero aún más intensos, una cara pequeña y blanca semejante a la porcelana, unas cejas elegantemente curvadas y unos carnosos labios rojos se posaban bajo la diminuta nariz , tenía un rostro hermoso y típico de una chica de 16 años, pero su corazón ni su alma lo eran. El odio y el dolor difícilmente encontrados en alguien tan joven se veían reflejados vívidamente en sus ojos y los intensos días de sufrimiento y desesperación que habían transcurrido en aquella mugrosa cárcel... Y también el momento de su muerte cuando todo se oscureció ¿fue hace 4 días?

La sensación de la cuerda rasgando el cuello de Ariana aún seguía siendo vívida e incluso dolía en aquel lugar, pero ella no sabe el por qué cuando abrió de nuevo sus ojos se encontraba en el pasado, 12 años atrás de que todo sucediera cuando fue encerrada en su habitación por una falsa acusación de robar el collar de su madre Rachel.

— Cualquiera que halla sido la causa tengo una segunda oportunidad. No se cuales son las artimañas de este loco destino pero se me concedió otra vida y no puedo desaprovecharla.

"Es tu culpa por nacer, Ariana"

"Si tan solo hubieras muerto en mi vientre, Ariana"

Anteriormente cada una de las personas que la joven conoció negaron su existencia, la odiaron sin ningún motivo y la maltrataron hasta el mismo día de su muerte, comportándose siempre como una estúpida,pero ahora permitieron que viviera una vez más. Entonces una fría sonrisa se extendió por los labios de Ariana dándole una expresión sombría y aterradora.

— Me odiabas desde que me encontraba en tu vientre, madre y sin ninguna explicación me trataste peor que a una esclava... Pero ahora te daré razones más que suficientes para detestarme hasta el punto de querer matarme. Te haré la vida un infierno Rachel Bronte, acabaré con la familia que tu has creado y de la cual nunca fui parte. Lamentaras aún más que alguien como yo naciera.

Los pasos apresurados se acercaban a la habitación, la criada que venía con las típicas sobras de comida abrió la puerta provocando un gran estruendo. Ignes acababa de entrar con una pequeña bandeja en sus manos y miraba con desprecio a la joven de cabellos azules.

Ingnes era la sirvienta personal de Helena y era ella misma quien la enviaba a traer la comida de su hermana, pues la doncella disfrutaba abusar de Ariana y Helena lo sabía muy bien. Se sentía a gusto haciéndole pasar un mal rato a la chica, pues como era y estaba encantada de ver a la segunda señorita, que es de un linaje noble temblar y suplicar frente a ella. Ignes se sentía superior al ver cómo Ariana ni siquiera podía dirigirle la palabra a una simple sirvienta como ella.

La segunda señorita ahora tenía una postura elegante a pesar de estar sentada en una silla vieja y aunque lo ocultaba muy bien, en su interior Ignes sentía escalofríos cada vez que Ariana la observaba. Desde hacía unos días su personalidad había cambiado drásticamente.

—¿Qué miras mocosa?

Ariana se quedó en silencio por un momento y luego contestó sin expresión alguna en su rostro.

— Estoy esperando que me entregues mi comida ¿Acaso no pretendes dármela?

La criada ofendida ante las palabras de Ariana, lanzó con brusquedad el recipiente que contenía unos pequeños pedazos de pan y un poco de sopa, cuyo olor desagradable resaltaba. Ignes miró con resentimiento a la de los cabellos azules, esperando impaciente a que Ariana, como de costumbre hiciera un berrinche negándose a comer aquello y le diera la oportunidad a ella para gritarle y ofenderla. Pero para su sorpresa, Ariana contuvo la respiración y comenzó a beber la sopa, como si de un manjar se tratase.

"Y sí, Ignes. Mi venganza comienza por ti"

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Comments

Lorena Chelito Rios

Lorena Chelito Rios

con todo con esa sirvienta

2023-09-30

9

Jennifer

Jennifer

amor

2023-08-29

3

Estrella Reyes Reyes

Estrella Reyes Reyes

y por que la maldita vruja no se la debolvio al emperador,y por que el no la busco raro raro

2023-07-27

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