Capítulo 11: Ahora lo más importante son ustedes

Emiliano

Después de que mi padre regresara a su casa para recoger sus cosas me quede en el despacho esperando a mis hijos, esta conversación la he debido tener con ellos meses atrás, pero estaba tan concentrado en mi dolor que deje a mi familia en un segundo plano.

-Puedo pasar papá- dice Camila tocando la puerta.

-Si hija pasa- le respondo.

-Esperemos a tu hermano, quiero hablar con los dos- le digo.

-Lo siento papá- dice Camila en voz baja.

-Que sientes hija- le pregunto.

-Haberme comportado grosera contigo esta mañana, sé que no debí hacerlo- responde.

-Yo también lo siento hija, sé que los he descuidado, los he dejado solos estos últimos meses, pero la muerte de su madre fue muy dura para mí, sentí que con ella se fue también mi vida entera- le respondo.

-Lo se papá, lo entiendo o trato de hacerlo, pero nos dejaste solos, con este dolor que nosotros también sentimos, perdimos nuestra madre, fuiste muy egoísta al pensar que solo te dolía a ti- me responde con lágrimas en los ojos.

Yo me acerco a ella y la abrazo, este abrazo lo necesitábamos los dos, no pude evitar llorar junto a mi hija, que daño tan grande les he causado.

-No llores papá, perdóname, yo sé que también he sido egoísta, pero te pido que me entiendas, desde niña siento tu ausencia, mamá era nuestra compañía y apoyo, al dejarnos ella sentimos que quedamos completamente solos- me dice.

-Lo sé hija, pero de hoy en adelante las cosas van a cambiar, me voy a hacer cargo de ustedes como debí haberlo hecho hace muchos años- le digo

En ese momento Emiliano abre la puerta

-Creo que llegue en un mal momento, después regreso- dice

-No hijo pasa por favor, también quiero disculparme contigo- le respondo.

-Porque tendrías que disculparte- me pregunta asombrado.

-Por no ser el padre que necesitan- le digo

-Hijos sé que quizás sea tarde, pero quiero recuperar el tiempo que he perdido por estar obsesionado con mi trabajo, y quiero cumplir también la promesa que le hice a tu madre- les respondo.

-y la empresa papá, sabemos que es muy importante para ti- pregunta Emiliano.

-Hijo ahora lo más importante son ustedes- le digo abrazándolos.

Mis hijos mayores responden a ese abrazo, puedo ver como ambos lloran y sonríen a la vez, en ese momento las puertas del despacho se abren.

-Papi… faltamos nosotros- grita la pequeña Sol.

De inmediato la alzo en mis brazos y los gemelos se unen al abrazo, es momento de volver a empezar, de ser el padre que siempre debí ser.

-Perdón por arruinar este hermoso momento, pero el almuerzo está listo, pueden pasar al comedor- dice Luciana con una sonrisa.

Todos pasamos a la mesa, ya no había lágrimas solo risa y alegría, los gemelos nos contaron su día en la escuela, al igual que Sol nos habló de los dibujos que había hecho en el jardín de niños, Emiliano me platico sobre cómo va su proyecto de año, y me dijo que sería promovido anticipadamente por sus buenas calificaciones.

María Camila me menciono que necesitaba hablar conmigo sobre su carrera en la universidad, algo me dice que no está haciendo lo que le gusta sino lo que le impuse estudiar.

Fue un almuerzo muy agradable, hace mucho tiempo no compartía con mi familia de esta manera.

-Papá y si nos llevas de paseo- dice Sol muy alegre.

-Y a dónde quieres ir- le pregunto.

-Al zoológico- responde con una sonrisa.

-perfecto, Luciana tú nos acompañarás, avísale a tu hermana pasaremos por ella creo que llego el momento de conocerla- le digo.

-Muchas gracias, señor, vamos niños, tenemos que cambiarnos el uniforme- dice Luciana llevándose a los niños-

-Emiliano y Camila cámbiense también, iremos todos juntos- les digo.

-Papá, tengo mucho que estudiar- responde Emiliano.

-Tú y yo sabemos que no, ve cámbiate vamos de paseo- le respondo.

-Ya me cambio papá, gracias por esto- dice María Camila muy feliz.

Yo también subí hasta mi habitación, había llegado el momento de guardar mis trajes y vestirme cómodamente, mi vida empezaría a cambiar a partir de ahora.

En menos de quince minutos mi familia y Luciana estuvieron listos para salir de paseo, todos sonreían y yo me sentía muy bien, antes de irnos hacia el zoológico, pasamos por la hermana de Luciana, la joven muy bonita por cierto sonrió al vernos llegar, lo que pude notar es que está muy pálida, no creo que este muy bien de salud.

El camino al zoológico fue divertido, creo que nunca en mi vida había visto a mis hijos sonreír de esa manera, aunque hay una sonrisa que está llamando más mi atención y es la de ella, Luciana es una mujer muy hermosa, y no me gusta lo que estoy empezando a sentir por ella.

Muchas gracias por leer...

Estaré atenta a sus comentarios

Espero que pronto cupido haga de las suyas

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