Capítulo 13: mi papel como padre

Emiliano

La visita al zoológico fue muy reconfortante para todos, ver a mi familia tan feliz, a mis hijos reunidos, jugando, comiendo, sonriendo y eso me motiva a seguir adelante con la idea de reconstruir mi familia.

Al regresar a casa decidí yo mismo acompañar a los gemelos y a Sol a sus habitaciones, hace muchos años no lo hago y mis hijos han resentido mi ausencia, quien iba a pensar que una niñera cambiaría la percepción que tenía de mi familia, me está ayudando a recuperar a mis hijos.

Lo creí muy bien en el viaje de regreso, es momento que Luciana y su hermana vivan en la casa que está destinada para la niñera de mis hijos, creo que a Clara le haría mucho bien cambiar de ambiente, también me sirve de excusa para tenerla cerca, algo me dice que su salud no está nada bien.

En la noche casi no pude dormir bien, a mi mente llegaba la sonrisa de Luciana, sus ojos, sus labios, no sé qué me pasa con esta mujer, que se está apoderando hasta de mis sueños.

Se acerca una fecha que cuando Laura vivía era muy especial e importante para mí, mi cumpleaños, ya nada va a ser igual, ya celebrarlo no me alegra la vida.

Mañana es la reunión de los gemelos en la escuela, le diré a Luciana que me acompañe, ni siquiera conozco su maestra, además tengo una idea en mente para Clara, quiero darle un mejor futuro, ella lo merece.

Al día siguiente me desperté temprano, aproveché para salir a correr un poco, hace muchos años no lo hacía, al regresar a casa Elena ya había organizado a los niños para llevarlos a la escuela, y Camila y Emiliano ya salían también hacia sus lugares de estudio.

Le pedí a Elena que cuando Luciana regresara le dijera que pasara a mi despacho, mientras esperaba aproveche para intentar comunicarme con mi hermano, hace muchos años no se dé él, aunque contactarlo es misión imposible.

Un rato después, la puerta empieza a sonar, era Luciana.

—Señor, buenos días, puedo pasar— pregunta.

—Sí, pasa por favor, te estaba esperando— le respondo.

—Una disculpa, me demoré un poco más de lo pensado, pero ya estoy aquí para irnos a la reunión— me dice con una sonrisa.

—No te preocupes, quiero comentarte algo acerca de una decisión que acabo de tomar acerca de Clara— le digo

—Qué pasa con mi hermana, hizo algo malo— pregunta algo asustada.

—No, no es eso, quiero que lleves los documentos de tu hermana, vamos a inscribirla en el colegio donde está Emiliano— le digo mirando mi computador.

—Señor, pero yo no tengo como pagar un lugar, así— me responde algo avergonzada.

—No te preocupes, yo me encargaré— le respondo con una sonrisa.

En ese momento se queda completamente en silencio, yo solo la miro y me concentro en su hermoso rostro, ella no sabe qué decir, y yo en realidad no quiero decir nada.

—Señor, una disculpa, el chofer los espera— dice Elena

—Gracias Elena, ya salimos— respondo.

—Ve por los documentos de tu hermana, te espero en el auto— le digo a Luciana saliendo del despacho.

Espero a Luciana en el auto, ella no tarda mucho en alcanzarme, todo el camino fue silencioso, notaba como me esquivaba la mirada en todo momento, yo también intento concentrarme en otras cosas, pero es una mujer tan hermosa y tan diferente a las que suele haber en mi círculo social que me gustaría conocerla un poco más solo por curiosidad.

Al llegar a la escuela nos esperaban la maestra de los niños, la rectora de colegio y la psicóloga.

—Buenos días, señor Santibáñez, creo que es primera vez que lo vemos en la escuela— dice la profesora.

—Lo sé, pero no será la última, les presento a Luciana, en estos momentos ella es la niñera de mis hijos, cuál es el motivo de la citación— pregunto

—Señor, sus hijos se han convertido en un verdadero problema, no hay día en el que no estén involucrados en una pelea, tenemos que hallar una forma de para esa situación, nos alegra mucho que usted esté aquí en este día— responde la profesora

—Una disculpa profesora, pero los chicos me han contado las cosas que les dicen sus compañeros, al parecer ustedes de eso no se dan por enteradas— dice Luciana.

—A qué te refieres Luciana— pregunto con curiosidad.

—Sus hijos están siendo víctimas de burlas desde que la señora murió, por eso se defienden de sus compañeros, han sido muy crueles con ellos— me responde Luciana

—Y que han hecho ustedes con respecto a esa situación, mis hijos no tienen por qué ser víctimas de sus compañeros y menos por la muerte de su madre— les digo enojado.

—Entendemos su enojo, señor Santibáñez, me comprometo a estar al pendiente de lo que suceda con sus hijos, la verdad desconocíamos la situación que se estaba presentando— responde la rectora.

—No entiendo nada, mis hijos están siendo víctimas de bullying y ustedes no se habían dado cuenta, además los culpan a ellos de defenderse de las ofensas de sus compañeros, creo que es mejor buscar otra institución para mis hijos— le respondo enojado.

—Señor Santibáñez no es necesario que tome esa decisión tan apresurada, sus donaciones han sido de gran ayuda para la institución y no nos gustaría perder nuestro mayor benefactor, la psicóloga se encargara personalmente de la situación de los gemelos— responde la rectora.

—Es lamentable que solo tomen cartas en el asunto cuando se ven afectados por las donaciones que hace el señor— dice Luciana.

—Tienes razón, es una decisión tomada, en este momento mis hijos cambian de escuela— respondo tomando de la mano a Luciana y saliendo de la oficina.

Al subirnos al auto empecé a buscar opciones, mis hijos necesitan una atención especial, no solo buscaré un nuevo colegio, sino también profesionales que los apoye en el duelo por la pérdida de su madre.

Desde su celular Luciana empezó a buscar las mejores instituciones para los niños, íbamos ya camino a la preparatoria de Emiliano para inscribir a Clara.

Muchas gracias por esperar con paciencia cada capítulo, estaré actualizando lo mas seguido posible.

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