Capítulo 10: Un paso al costado

Emiliano

La reacción de mis hijos a la hora del desayuno la tengo merecida, me siento como el peor padre del mundo, pero las cosas tienen que empezar a cambiar.

Hablar con Luciana me ha abierto los ojos con respecto a muchas cosas, he sido tan egoísta, me centré en mi dolor sin pensar en lo que mis cinco hijos estaban sintiendo en ese momento, al parecer los gemelos no la están pasando bien en la escuela, Emiliano y Camila están pasando por momentos difíciles y apenas me entero de las terapias de Sol.

Las cosas van a empezar a cambiar, de ahora en adelante me concentraré en mi familia, en recuperar el cariño de mis hijos y en cumplir con la promesa que le hice a mi esposa en su lecho de muerte.

En la oficina las cosas no mejoran, la reunión de ayer fue reprogramada gracias a que el cliente entendió la situación con mi familia, o eso al menos me explico Diana mi secretaria.

Tengo muchas llamadas perdidas de mi socia, esa mujer es insoportable, hace años está pidiendo mi puesto y creo que en este momento es lo mejor para mi familia y para mí.

-Es casi imposible contactarte Emiliano- dice Valeria ingresando a mi oficina sin tocar la puerta.

-He tenido asuntos familiares que resolver, que necesitas el día de hoy- le respondo con una sonrisa fingida.

-En quince minutos hay junta de accionistas, la convoqué con urgencia, no hay ganancias querido, creo que es hora que des un paso al costado- dice sonriente.

–Perfecto, no te preocupes, en este momento queda mi cargo a tu disposición, ahora tengo asuntos más importantes que atender- le digo levantándome de mi silla.

-Todo sería tan fácil para ti querido Emiliano, es simple te casas conmigo y todo está solucionado, seguirías al mando de la compañía, pero eres tan terco- dice acercándose a mí.

-No te confundas Valeria, yo no me vendo, prefiero perderlo todo- le digo abandonando la oficina.

Esa obsesión de esa mujer viene de años atrás, antes de conocer a Laura, sus padres intentaron obligar a los míos en organizar ese matrimonio, pero ellos no aceptaron, amo la empresa, al igual que mi padre, pero en este momento tengo una familia que me necesita.

Me despido de mi asistente y de los empleados que me aprecian y han estado conmigo todos estos años, veo llegar a los accionistas quienes al parecer están de acuerdo con Valeria de que lo mejor es que dé un paso al costado.

Regreso a casa y veo que en el parqueadero está el auto de papá, seguramente ya le informaron de mi salida de la empresa.

Al entrar está en la sala, veo a papá conversado muy amenamente con Luciana.

-Hijo mío, esta es la mejor contratación que has hecho en muchos años- dice mi padre con una sonrisa.

-Al parecer sí, vamos al despacho- le digo.

-Luciana en una hora pide a Camila y a Emiliano que bajen al despacho- digo dirigiéndome al despacho con mi padre.

Al entrar al despacho ambos tomamos asiento, sirvió unas copas de whisky, creo que en este momento necesito un trago.

-Por fin tomaste la decisión correcta Emiliano- dice mi padre después de dar el primer sorbo a su bebida.

-De que hablas, de Luciana o de lo que paso hoy en la oficina- pregunto con curiosidad.

-De ambas cosas, se nota que Luciana quiere a tus hijos y les está haciendo mucho bien; y la oficina debiste dejarla desde el momento que nacieron los gemelos, abandonaste a tus hijos, así como lo hice yo con ustedes- me responde.

-Estamos de acuerdo papá, por eso lo hice, por mis hijos, en este momento mis hijos mayores me odian y los pequeños están llenos de problemas, es hora de hacerme cargo y cumplirle mi promesa a Laura- le respondo.

-Eso me enorgullece de ti Emiliano, sé que amas la empresa, pero nada es más importante que tus hijos, yo aún me arrepiento de haberme alejado por tantos años de ti y de tu hermano, mira él se fue del país y tú es muy poco lo que te veo- dice algo triste.

-Sabes si en algo Luciana tiene razón es que nunca es tarde, mi hermano tomo ciertas decisiones que en realidad no comparto, pero yo no te guardo rencor, papá- le respondo.

-Lo sé hijo, y eso es gratificante para mí- me dice.

-Quédate con nosotros una temporada, ayúdame a recuperar a mis hijos y recuperemos también nosotros el tiempo perdido- le digo.

-Gracias hijo, así lo voy a hacer, voy a casa a recoger algunas cosas y regreso, dile a Elena que prepare mi platillo favorito, hoy quiero celebrar con mi hijo y con mis nietos- dice papá dándome un abrazo.

Luciana

Hoy recibimos una grata visita, don Juan Emilio, el padre del señor Emiliano, es un hombre tan agradable, muy alegre y divertido.

Lo más extraño fue que el señor regreso temprano a casa de la oficina, tenía cara de preocupación, debe ser que algo malo sucedió, después de saludar a su padre, se dirigió al despacho, pero antes me pidió que les informara a sus hijos mayores que en una hora necesitaba hablar con ellos.

-Emiliano, puedo pasar- digo tocando la puerta.

-Pasa Luciana- me responde.

-Tu padre te espera en el despacho, necesita hablar contigo- le digo.

-Mi padre a esta hora en casa, es extraño, gracias Luciana en un momento bajo- me dice.

Voy camino a la habitación de Camila, aún tengo una conversación pendiente con ella, pero no se nos ha dado la oportunidad.

-Camila, tu padre te necesita en el despacho- le digo.

-Mi padre, a esta hora en casa- pregunta sorprendida.

-Si Camila, mira yo entiendo lo que sientes, tu dolor, tus miedos, tus preocupaciones, pero te aconsejo que escuches a tu padre- le digo tomando su mano.

-Gracias Luciana, has cambiado la vida de mis hermanos, y eso nunca lo voy a olvidar- me dice.

-Gracias a ti por darme una oportunidad- le respondo.

-Ve habla con tu padre y luego hablamos tu y yo- le digo.

Camila sale de la habitación, solo espero que tanto ella como Emiliano puedan reconciliarse con su padre, realmente lo necesitan

Gracias por leer...

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