Capítulo 15: Feliz Cumpleaños

Emiliano.

Esta semana se fue más rápido de lo que pensaba, al principio creí que estar sin nada que hacer sería complicado, pero me di cuenta de que en casa hay cosas que resolver y empecé a hacerlo.

Al regresar a casa de la nueva escuela de los gemelos, aproveché para hablar con ellos acerca de las decisiones que había tomado, creí que se opondrían, pero su respuesta me sorprendió, les mostré su nueva escuela y estaban felices de iniciar en otro lugar.

Con respecto a mi padre, me enteré de que el día de hoy había llegado con sus cosas para vivir con nosotros por un tiempo, me alegra tener a papá cerca es una forma de recuperar también el tiempo con él.

El abrazo de Luciana me dejo confundido, no sé por qué me dio tanta paz y no pude evitar que mi corazón latiera desesperado, estos sentimientos que crecen por ella poco a poco no me están gustando, en el fondo siento que estoy traicionando el amor que prometí tener a Laura.

Mañana es mi cumpleaños, pero para mí será un día común y corriente, no creo que mis hijos se acuerden y la verdad sin Laura nada es igual.

Bajo a la cocina y hay una fuerte algarabía, lo bueno de todo esto es que mis cinco hijos volvieron a sonreír.

-Buenos días- digo al entrar a la cocina.

-Buenos días, señor- responden Luciana y Elena a coro.

-Papiiii- grita Sol lanzándose a mis brazos.

Saludo a los gemelos, a Camila y a Emiliano, papá aún dormía, me alegra que descanse trabajo muchos años, ya lo merece.

-Que harán el día de hoy- les pregunto a mis hijos mientras tomo café.

-Yo estaré estudiando todo el día- responde Emiliano.

-Yo saldré con mis amigas en la tarde, creo que llego en la noche papá- responde Camila.

-Nosotros saldremos de paseo con el abuelo- dicen los gemelos.

-Y yo estaré con Clara- dice Sol.

Ya lo sabía, olvidaron mi cumpleaños, no importa hoy pasaré el día leyendo un poco en el despacho y revisaré algunos correos electrónicos.

La mañana paso muy lenta, no tenía nada en que entretenerme, hable unos minutos con mi padre, quien extrañamente salía con los gemelos de paseo, no entiendo a donde, ya que no me quisieron explicar, les dije que los acompañaba y no lo permitieron.

La tarde llegó rápido, lo extraño fue que almorcé solo, ni siquiera la pequeña Sol estaba en casa, Elena me dijo que estaba con Clara y con Luciana, no entiendo por qué todos están tan ocupados.

Intente acercarme a la habitación de Emiliano, pero recordé que estaría estudiando por lo que no lo quise molestar, y María Camila no estaba en casa, seguramente ya había salido con sus amigas de paseo.

Decidí regresar al despacho, a seguir leyendo o a ver una película que hace muchos días tenía pendiente de ver.

-Papiiii- grita Sol entrando al despacho.

-Pequeña, donde estabas, no te veía desde el desayuno- le pregunte.

-En casa de Lucí papi, estaba jugando con Clara, quieres ir a caminar conmigo en el jardín un rato- me pregunta.

-Está bien hija vamos, y tus hermanos, donde están- le pregunto.

-No lo sé papá todos salieron, me llevas cargada- me dice con una sonrisa.

-Pero quieres caminar no a eso viniste- le digo

-Papi, por favor- me dice tiernamente.

-Está bien, ven vamos al jardín- le respondo tomándola entre mis brazos.

No recordaba la inmensidad de este lugar, estaba adornado con muchas flores de colores, había un espacio de rosas blancas que eran las favoritas de mi esposa, la alberca que no es muy utilizada se veía bien cuidada, Sol se reía contándome algunos chistes, decía que tenía cara de hielo, verla sonreír y oírla hablar después de tanto tiempo me devolvió la sonrisa que había perdido.

Ambos nos sentamos en una banca del jardín, mi hija miraba un enorme árbol ese era el favorito de su madre.

-Papi, podrías construir una casa de juegos allí- me dice señalando el árbol.

-No lo sé hija, pero llamaré unos expertos para que evalúen la posibilidad de hacer esa construcción- le respondo con una sonrisa.

-Eso es una buena idea papi- me dice.

-Papá ven conmigo, quiero mostrarte mi jardín secreto- me dice tomándome de la mano después de unos minutosde silencio.

-¿Jardín secreto?, ¿dónde hay un jardín secreto?, le pregunte algo sorprendido.

-Ven papi, hace unos meses lo encontré, creo que te va a gustar- me responde.

Mi hija me lleva hacia una parte de la casa que nunca había visitado, o no recuerdo haberlo hecho, había una construcción de un muro, con una puerta que no sé cómo llego ahí, creo que este lugar lo hizo mi esposa, no encuentro otra respuesta.

Sol abrió la puerta con mucha seguridad y al ingresar no podía creer lo que mis ojos veían.

-SORPRESA- Gritaron mis hijos, Luciana, Clara, mi padre y Elena.

-Feliz cumpleaños hijo- dice papá acercándose a mí a darme un abrazo.

Yo miraba a mi alrededor, había globos de colores, mucha comida, regalos, mis hijos tenían gorros de cumpleaños, al igual que mi padre, Luciana, Clara y Elena.

Emiliano y Camila se acercan a darme un abrazo, luego los gemelos hacen lo mismo al igual que la pequeña Sol, yo no podía dejar de sonreír, estaba tan feliz, no me esperaba que se acordaran de mí de esta forma.

-Feliz cumpleaños don Emiliano- dice Clara dándome un abrazo- muchas gracias por ser tan bueno con mi hermana y conmigo.

-No me digas don, solo Emiliano, y agradéceme cuando me muestres tus diplomas y cuando asista a tu graduación- le digo respondiendo al abrazo.

-Feliz cumpleaños señor- dice Luciana acercándose tímidamente.

-Gracias Luciana, le digo yo dándole un abrazo, sé que todo esto es gracias a ti- le digo en el oído.

Después de todas las felicitaciones, nos sentamos a comer, había de todo, dulces, pasabocas, frutas, un hermoso pastel, sándwiches y bebidas, mi familia comparte unida en esta celebración y les juro que hace muchos años no había sido tan feliz como lo soy hoy.

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