Kate [Capitulo 2]

Mamá entro a mi habitación y con las manos en sus caderas y me miró por un segundo.

Creo que estaba en problemas.

—¿Vas a decirme dónde está tú hermano?

Mierda.

Deje lo que estaba haciendo a ún lado y me sente en la cama con la espalda recta, pensando en que decirle. El problema es que no sabía si ella sospechaba algo, pero conociéndome talvez si lo sabe. Digo, quien más podría saber donde estaba él si estudiábamos los dos en la misma escuela.

—¿Aún no ha llegado?—intente preguntar, un poco molesta con él porque me prometió que llegaría temprano a casa y realmente no lo cumplio.

Ella me miró más seria.

—¿Sabes donde está?—su voz era autoritaria y eso me asustaba.

—Yo...—hice una pausa, debía decírselo o no me dejaría en paz.—; Sí...

Arqueó las cejas, no muy sorprendida y me miró cómo si estuviese esperando que explicará más.

—Él me prometió que llegaría pronto...—aún tenía esa mirada de que no le convencia nada. Así que se me ocurrió algo mientras trataba de levantarme de la cama con el montón de almohadas que tenía con la cara de Declan Millers plasmada en blanco y negro sobre la almohada.

Sí, estoy cómo una cabrá y ni siquiera podía pensar en lo que los demás pensarían de mí si supieran que tengo almohadas con la cara de él y posters donde salían modelos en boxers haciendo una pose sugerente pero con la cara de Declan Millers.

Lo cual es extraño cuanto mucho, y la única que lo sabían era mamá, papá y mi hermano Jake. Nunca me dijeron nada sobre eso (aparte de Jake) aunque si lo han preguntado.

Una vez escuche a mamá cuando papá se quejaba de lo que hacía que "eran cosas de adolescentes" Y que no era nada del otro mundo. La verdad es que no sabría si eso era cierto o no, lo que si me molestaba era cómo Jake siempre se burlaba de mí sobre eso. Algunas veces no me importaba pero otras veces era insoportable.

—Pero, ¿Sabés qué?—le dije a mamá con un tono molesto con mi hermano, mientras me dirigía a la puerta de salida.—; iré a buscarlo y se va arrepentir de esto.

[...]

¿Cómo pudo mentirme en mi cara ese tonto? Aún llevaba unas plantuflas blancas de mi casa pero tenía un vestido rojo corto que me llegaba por los muslos y sexy que usaba normalmente para dormir y que claramente no me cambie antes de salir de casa.

En mi mente pensé que esto sería rapido y nadie me notaría pero las cosas se estaban complicando cuando apenas entre a la discoteca un montón de gente bailando y con las luces parpadeando de colores se me hacía más difícil diferenciar quien era quien. Hasta podía jurar que alguien había palmeado mi trasero entre la multitud.

Entonces vi una silueta de alguien pasando a una esquina, lo que parecía ser el baño de hombres. Y no lo habría seguido si esa persona no me resultaría tan conocido tanto como en las almohadas tenía en mi habitación ahora. Aunque no mentiría que lo reconocí cuando una de las luces de la discoteca le reflejó en el perfil de su rostro y una vez estuve convencida.

Pero, ¿Qué hacía en este lugar? Fue una de la razones por las que lo seguí con curiosidad. Porque como es él te diria que una fiesta cómo esta tampoco le divertiría. O al menos es lo que pienso yo.

Es difícil decifrarlo.

Estaba al lado de la puerta y todavía estaba meditando si debía entrar porque tardaba tanto. Pensé muchas cosas, y una de esas era que alguien le había hecho daño o talvez alguien lo estaba molestando, o sólo estaba vomitando por la bebida como suele hacer la gente en este tipo de eventos.

Fue entonces que escuche un fuerte sonido de un vidreo roto dentro del baño lo que me hizo que no lo pensara más y hizo que entrara al baño de inmediato con mucha preocupación y asustada de lo que me encontraría al otro lado.

Mi sorpresa y la de él coincidió con ambos cuando me vió y yo lo vi tirado en el suelo con el montón de vidrio que provenia del espejo del lavabo roto esparcido a su alrededor.

Él tenía su cabello desordenado y mojado con lo que parecía ser agua. Algunos mechones los tenía pegados a los lados de su cabeza por lo mismo y estaba más pálido como solía recordarlo, incluso sus ojeras debajo de sus ojos estaba más sombría que de costumbre. Y sus ojos de color miel estaba aún más llamativo. Pero aún mantenía esa ropa oscura.

Parecía débil y cansado al mismo tiempo también.

No lo pensé tanto y me acerqué hacia él preocupada de que se haga daño con los trozos de vidrios a su alrededor y me arrodille junto a él para tomar su mano y levantarlo, pero él se alejo un poco de mi aún estando en el suelo apoyado en la pared.

No sabía que hacer si él seguía evitándome o porque lo hacía, pero aún así tenía que intentarlo de nuevo o no podría estar tranquila si lo debaja aquí sólo y con lo que parecía estar atormentandolo ahora. Así que tome su mano más decidida y con mi pie aleje los trozos de vidrios a su alrededor para que no le hiciera daño a ninguno si caíamos al suelo ambos por tratar de levantarlo. Sin embargo no sucedió cuando hice mi mayor esfuerzo por levantarlo y él no se resistió de nuevo.

Yo sonreí en mis adentros porque porfin lo había echo cambiar de opinión ya que era difícil saber cómo tratarlo para agradarle o saber que hay detrás de esa mirada débil y fulminante en su rostro que llevaba siempre.

Entonces cuando lo tenía apoyado en mis hombros mi pulso se aceleró de nuevo por él, pero trate de que mis nervios no intervinieran porque este no era el momento para sentir esto, sobretodo cuando él ahora mismo parecía sufrir de algo que realmente desconozco. Pero era difícil cuando él en un movimiento hizo que su cabeza se metiera entre mi cuello y mi cabello.

Esto estaba tomando un momento íntimo cuando sentí que él había suspirado en mi cuello y un cosquilleo hizo que me temblarán mis piernas como gelatina por un momento.

¿Era mi imaginación o lo estaba haciendo a propósito?

Entonces en un repentino movimiento él pasó su lengua en mi cuello, fue todo lo que hizo que mis piernas dejarán de funcionar y ambos cayeramos al suelo al instante. Yo caí debajo de él y entonces lo ví, pero esta vez tenía una mirada diferente; una que haría a cualquiera hacer lo que él quisiese y en el momento en el que quisiese. Una mirada moja bragas y una más oscura de lujuria que yo no sabría cómo explicar.

Mi corazón estaba cómo loco y no sabía que hacer ante esta situación. Él en cambio parecía saber exactamente lo que iba hacer.

Primero pasó sus cálidas manos subiendo la parte inferior de mi vestido con delicadeza y entonces mi pulso subió junto con el miedo de que él se detuviera. Y con la sensación cerré los ojos de lo bien que él estaba haciendo las cosas cuando deje que él hiciera lo que quisiese cuando bajo su cabeza a mi cuello y yo moví mi cabeza a un lado para dejarle espacio entre mi cuello.

Pero me tomó por sorpresa cuando susurro en mi oído;

—Alejate de mí.

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