La puerta nos conduce a una zona minera, una cantera donde se encuentran remolques de carga colgantes. En ellos hay carbón, pero la maquinaria qué conduce los remolques esta apagada y parece que ha estado apagada bastante tiempo.
A la distancia observamos a varios hombres vigilando un camino, estos al igual que todo el mundo en ese sitio, se notan extraños, con la mirada perdida, pero atentos a su objetivo.
—Quédate aquí—me ordena, pero no me siento bien con su petición, así que niego con la cabeza.
—Lo mejor es que te cubra la espalda—propongo aunque no sé si realmente podré hacer lo que digo.
—No creo que estés en condiciones de seguirme—insiste con el ceño ligeramente fruncido.
—Pero me diste un arma, sabes que puedo manejarla—continuo aunque de igual forma me cuesta creer en mis propias palabras.
Liam ve a los hombres que sostienen las antorchas, es bastante obvio que está preocupado por la chica y quiere encontrarla cuanto antes, así que al final asiente.
—Yo haré el trabajo, tú solo vigila y avísame si hay más de ellos por aquí, pero si no es así. No hace falta que me ayudes ¿De acuerdo?—ordena convencido de que no estoy en condiciones de ayudar y aunque concuerdo con su deducción, me siento culpable por no ser capaz de hacer algo por él.
—Me quedaré cerca en caso de que me necesites—expreso y tan únicamente por un momento mientras nuestras miradas se cruzan, me parece haber dicho esas mismas palabras en algún otro momento, quizás en Livingston o al menos eso me parece.
Liam comienza a avanzar y yo me abstengo de seguirlo, al menos por un par de metros. Lo sigo y observo sus movimientos hasta que finalmente esos hombres lo descubren.
Desde mi posición me percató del estallido qué provoca la pólvora al salir por el cañón de su arma y tal y como sucedió antes, aquellos hombres parecen resistir las balas, aunque estas atraviesan su cuerpo en diferentes zonas. Solo cuando Liam apunta a su rostro, estos finalmente se rinden y aunque sé que debería sentirme mal por su muerte, en realidad lo que me molesta es no sentir nada.
Sigo la figura de Liam y la fila de cadáveres qué deja a su paso y mientras lo miro liquidar a quienes se atreven a enfrentarlo, siento algo extraño una sensación de que estando a su lado todo va a estar bien, es la misma sensación que siento después de tener un recuerdo de Liam.
Cuando termina con el primer grupo de hombres, Liam se detiene a buscar entre los bolsillos de esos hombres, algo que pueda serle de utilidad, aunque lo único que encuentras son cuchillos y todo tipo de armas de corta distancia.
Cuando retoma el camino y continua con la masacre, una opresión me oprime el pecho, una sensación de que algo malo está por ocurrir, pero esa terrible sensación es opacada por un nuevo recuerdo.
En esta ocasión, Liam y yo estamos en una habitación, por como respiramos supongo que algo nos estaba persiguiendo y nos quedamos ahí para escondernos. Finalmente, se deja caer sobre la cama se relaja un poco, intuyo qué fue difícil para nosotros llegar a ese lugar a salvo.
—Gracias—le agradezco y me acerco a él para sentarme a su lado. Él me mira de reojo, está bastante cansado—estaría muerta sin ti.
—No me agradezcas—me dice con cierto aire de sarcasmo, luego se lleva la mano hacia la placa de su uniforme—es mi trabajo.
Sonrió y luego me acuesto a su lado, al mirar el sitio me da la impresión que es la habitación de un adolescente, hay pósters en el techo de un grupo de hombres, quizás una banda extrajera de música pop, también hay ropa tirada por doquier. Eso me hace creer que por la situación de la ciudad, tuvieron que salir de aquí a toda prisa sin importarles como quedara la habitación.
Entre las pertenencias qué veo, logro ver una botella de whisky qué está a la mitad. Sonrió ante la idea y aunque parece no ser lo mejor en ese momento, aun así, tomo la botella y le ofrezco un trago a Liam.
Despierto de aquel recuerdo, el cual me dio muy poca información de lo que paso en el pasado. Al mirar mi alrededor, me percató de la masacre qué Liam ha hecho en el sitio.
No sé exactamente que es y porque lo hace, pero Liam es un experto cuando se trata de acabar con alguien, por suerte para mí, él no deseaba terminar con mi existencia a pesar de que parece que lo lastime de algún modo, quizás ¿Lo traicione?
—Voy a entrar—me dice, entonces caigo en cuenta de que estamos frenteun granero de semillas o quizás una bodega de almacenaje, no lo sé con exactitud.
—Te acompaño—digo decidida, pero Liam ladea la cabeza para negarse ante mi idea.
—Creo que es peligroso, así que espera aquí—dice y enseguida abre la puerta del sitio para evitar seguir peleando conmigo y aunque quiero entrar e ignorar su iniciativa, algo me detiene, entonces escucho voces del otro lado.
Busco entonces, una ventana o un agujero, algo que me permita mirar hacia adentro y lo encuentro. Se trata de un pequeño espacio roído por ratas o simplemente se trate de madera descompuesta por el tiempo. El pueblo parece ser un lugar bastante viejo como para tener nuevas reparaciones.
Desde aquí puedo ver al mismo hombre alto que estaba en medio del grupo. No entiendo por qué razón se ha quitado la camisa, pero intuyo qué se trata de una lucha cuerpo a cuerpo y aquel hombre está retando a Liam para pelear.
Me gustaría decir algo, pedirle a Liam qué haga caso omiso, pero entonces comienza la pelea, sin embargo, no como yo pensé que sería.
Liam no ataca con mano limpia sino que utiliza sus armas. Es imposible ganar si esos individuos tienen ventaja al estar infectado con esa droga qué no solo mata sus cuerpos, sino que el proceso, parece endurecerlos.
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