Capítulo 12

—El viento se escucha por ese camino, posiblemente la salida es por allá—sugiere y entonces se coloca detrás de mí como si yo fuese un escudo humano—las mujeres primero.

—¡Qué caballeroso! —digo con ironía y entonces comienzo a caminar con sigilo. Avanzamos varios metros hasta que encontramos otro pasillo y este, desgraciadamente está vigilado por un hombre.

—¿Ahora que hacemos? —susurra cerca de mi oído.

—Lo más obvio—expongo—noquearlo y salir de aquí.

—¿Pero cómo? —pregunta con incredulidad—imagino que ni siquiera recuerdas como pelear y yo no soy precisamente lo que se dice, musculoso.

—No, pero hay veces en que el ingenio le supera a la fuerza—digo mientras busco con la mirada una especie de arma y enseguida la encuentro, es un tubo de metal bastante largo y por lo que se ve, también es pesado— yo lo distraigo y tú lo golpeas.

—¿¡Que!?—dice alzando un poco la voz, pero por suerte aquel guardia no logra escucharnos.

—Toma el tubo y golpéalo en la cara cuando pase corriendo por aquí. ¿Está bien?

—Si no me queda de otra—dice de mala gana, entonces toma el tubo y esconde su cuerpo para no ser visto por el guardia cuando me persiga, solo entonces tomo una bocanada de aire y camino hacia el guardia.

—¡Ey! —alzó la voz, cuando el sujeto se vuelve hacia mí levanta la mano y me señala.

—¡Forastera!—me grita y posterior a eso, saca una pequeña hoz bastante puntiaguda, corre hacia mí y yo hago lo mismo. Corro hacia James y justo al pasar él arroja el tubo, tengo que agacharme para evitar que esa cosa me pegue en el rostro, pero conseguimos nuestro objetivo.

El guardia termina en el suelo, noqueado, aunque por como ha quedado tendido en el suelo bien parece que está muerto.

—¡Dios! —exclama James conmocionado—es la primera vez que hago esto, él... esta...

—Será mejor que no vayamos, alguien pudo escucharlo gritar—propongo, será mejor que no nos acerquemos para no averiguar la triste realidad, pero antes de que James diga algo, escuchamos un par de disparos a lo lejos.

—¿Qué fue eso? —cuestiona James con curiosidad, mira hacia el pasillo y camina lentamente. Miro el cuerpo del guardia por última vez y al ver que su pecho no se expande al respirar, confirmo lo que escuche cuando el hombre cayó. James le rompió el cuello.

Sigo a James hacia donde se escucha el viento y aun, algunos disparos, pero al sentir la brisa helada sobre mi rostro descubro qué estamos al filo de un acantilado.

De alguna forma, el lugar en donde nos encontramos está construido entre las cuevas de una montaña qué da justo hacia un acantilado en donde no se puede ver el fondo, está tan oscuro qué no sé cuanto tardaría en morir en caso de caerme en ese lugar.

—¿Cómo diablos nos trajeron hasta este lugar inconscientes?—cuestiona James.

Al mirar hacia abajo me percató de la presencia de varias escaleras qué llevan hacia otro sitio de la montaña, hay luz, pero lo que me causa conflicto es que las escaleras son de rejilla por lo que es imposible no mirar el vacío para llegar al otro lado.

—¿Será está la única salida?—cuestiona James—¿Y si volvemos y buscamos otra forma de escapar?

Levanto la vista, desde aquí se puede ver parte del bosque y no muy a lo lejos, parte del pueblo y la cúpula de la iglesia.

—Puedes entrar a buscar, te espero aquí—le indico mientras me sostengo con fuerza del metal frío que evita y sostiene mi cuerpo.

Entonces vuelven a escucharse sonidos de disparos, esta vez más cerca. Me mantengo alerta hasta que varios metros abajo, en otras escaleras conectadas a otro túnel, veo una figura varonil qué reconozco a pesar de la distancia.

Se trata de Liam, quien corre por su vida mientras escapa de algunos hombres que le persiguen, pero lo que me llama la atención de este asunto es que la chica que estaba con él en la iglesia ya no está a su lado.

—Parece que no somos lo únicos que querer escapar de aquí—expone James—será mejor qué nos vayamos.

—¿Y la chica? —me pregunto en voz alta.

—¿Chica? ¿Cuál chica?—cuestiona James enseguida.

—No importa—digo soltando un suspiro. Pienso que no debería preocuparme por él o por lo que haga, pero una voz en mi cabeza clama y me susurra la posibilidad de que tal vez él esté ahí por m, buscándome—es que no sé su nombre, solo sé que es rubia y joven, quizás unos diecisiete o dieciocho años.

—¿Rubia y joven, eh? —dice con cierta ironía, quizás por mi falta de detalles, pero no sabría como describirla.

—Tal vez se trata de la chica que trajeron hace un par de días. Me parece que es la hija de alguien importante ¿Verdad?—revela, pero no me da mucha información al respecto—imagino que ese hombre debe ser la persona que enviaron a rescatarla, pero mira que enviar únicamente uno cuando ellos son cientos de personas.

—Hasta ahora ha sobrevivido—trato de justificarlo, puede ser uno, pero es bastante ágil e inteligente o al menos eso me parece.

—¿Lo conoces? —me pregunta, pero la pregunta suena estúpida sabiendo que perdí la memoria y aunque puedo admitir que recuerdo un poco sobre él, prefiero mantener eso en secreto.

—Apenas si recuerdo quien soy yo—respondo y comienzo a bajar los escalones sin mirar hacia abajo. No sé si le tengo miedo a las alturas, pero no quiero averiguarlo en este momento así que decido interrumpir el silencio—¿Sabes quien es ese hombre importante? ¿El padre de la chica?

James se queda en silencio, solo escucho sus pasos detrás de mi sobre el metal de los peldaños.

—Creo que es la hija de un inversionista de Pardue Pharma—revela, entonces me detengo en seco.

—Pardue Pharma desapareció—digo casi segura.

—Eso es lo que le hicieron creer al mundo—expone mientras me rodea para ser él quien baje primero— fueron ellos quienes me trajeron aquí.

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