Me decido a entrar por la puerta principal, aunque sosteniendo el arma qué Liam me dio con mucha fuerza y también con los nervios a flor de piel.
Me adentro en el sitio teniendo cuidado de mis pasos, pero al intentar cerrar la puerta, esta hace un estruendoso chirrido qué incluso me sobresalta creyendo que alguien me ha escuchado entrar, pero los siguientes segundos no ocurre nada, es como si ese lugar estuviese completamente vacío, lo cual me sorprende ya que, se suponía que esos aldeanos menonitas debían venir a este lugar, pero no hay nadie.
Camino por el pasillo, aunque hay bancas y un altar mayor, esto no parece ser una iglesia como tal, sino otra cosa, quizás una secta.
Hay un colorido vitral al frente, pero este no muestra una escena común de algún evangelio de la biblia, sino que se encuentra una especie de figura bestial, quizás un demonio, eso aumenta mi nerviosismo.
Entonces me vuelvo hacia atrás al escuchar ruido, alzó mi arma y apuntó, pero enseguida me encuentro con Liam quien parece un tanto alterado, pero detrás de él, aparece una chica joven.
Es rubia, de bonitas facciones y mirada azul, lleva puesto una chaqueta de color beige, una falda de tablones verdes, una bufanda roja qué oculta parte de la blusa qué lleva puesta. Liam la lleva bien sujeta de la mano.
—Veo que pudiste arreglártelas sola para llegar hasta aquí—menciona Liam mientras camina hacia la salida.
—Si—digo enseguida mientras me quedo en mi sitio sin entender que sucede, pero la chica mira hacia atrás para observarme mejor.
—¿Quién es ella?—pregunta con voz dulce—¿Otra agente?
Instintivamente, encorvo el ceño al escuchar a la chica. Abro la boca para preguntar que diablos sucede y quien es ella, pero enseguida siendo algo que me sujeta del cabello y lo hace con tanta fuerza que me llevo las manos a la cabeza intentando liberarme.
—Parece que al fin envían a alguien a salvar a la chica—escucho la voz de un hombre, la voz se escucha rasposa y ronca—se tardó demasiado señor...
Cuando abro los ojos descubro qué Liam está al frente observando o quizás mirando a la persona que me sujeta con brusquedad porque la expresión de su rostro denota severidad y quizás preocupación, aunque eso último lo dudo mucho, no ha sido bastante bueno conmigo, aunque si me ha salvado varias veces en tan poco tiempo.
—Mi nombre no interesa, pero quizás un hombre que se ha tomado la molestia de traerme hasta aquí quizás quiera decir quien es—propone Liam tratando de esconder su inquietud detrás de una actitud serena.
—Es verdad, su nombre no interesa—dice y enseguida siendo como mi cuerpo se eleva un poco del suelo, esta vez la mano parece tomar todo mi cráneo y enseguida me arroja con brusquedad hacia una columna de aquella iglesia si es que se le puede decir así.
Mi cuerpo no solo choca, sino que también cae sobre un par de reclinatorios, golpeándome en el estómago antes de tocar el suelo.
—El mío, en cambio, será reconocido muy pronto—fanfarronea aquel hombre—mi nombre es Adler Lehmann, aunque mi congregación suele decirme el gran pastor.
Intento levantarme de mi sitio, mi pecho y mi estómago recibieron impacto bastante fuertes no me sorprendería tener alguna costilla rota, todo me duele y no estoy segura si en realidad debería quedarme quieta sobre mi sitio.
—¿Te encuentras bien? —cuestiona Liam al escuchar mis quejidos, pero ya que me quede sin aire, no puedo musita ninguna palabra.
—¡Vaya!—dice aquel hombre qué se ha llamado a sí mismo el gran pastor—conoces a la pequeña intrusa o debería decir, ladrona.
Alzó la vista cuando siento una mirada pesada sobre mí. Aquel sujeto se aproxima a mí con malicia, pero no puedo moverme cuando sujeta con fuerza mi mentón.
—Quería llevarse algo importante para mi, asi que le di un pequeño obsequio qué muy pronto hara efecto—declara con cierto orgullo.
El hombre suelta una carcajada mientras se reincorpora para volverse hacia Liam y la chica que lleva a su lado.
—En muy poco tiempo, ella también será parte de mi congregación, solo entonces volverá con su padre—declara aquel hombre con fiereza.
—¿Qué diablos le hiciste? —protesta Liam.
—Muy pronto lo sabrás—dice el otro. Enseguida se escuchan disparos, pero no parecen provenir desde donde se encuentra Liam, sino más bien desde otro sitio, quizás desde la zona del coro de este lugar.
Trato de esconderme, aunque no sé cómo se encuentre Liam o la chica a su lado. Cuando el tiroteo termina, el hombre que me arrojó se acerca a mí y me apunta con el dedo.
—Llévensela—ordena y entonces un par de hombres se aproximan a mí, me levantan y me obligan a levantar la cabeza—llévensela junto con su cómplice, tengo planes para ellos.
Sin previo aviso siento un golpe en la cabeza, la vista se me nubla y mi cuerpo se vuelve débil. Siento como pierdo el conocimiento y la oscuridad se apodera de mí.
En aquella oscuridad me parece ver un recuerdo perdido, al principio lo veo todo nubloso, pero conforme pasa el tiempo aquella imagen se aclara.
Veo a Liam delante de mí, corriendo con un arma en la mano y con la otra sujetando la mía. Él lleva puesto el mismo uniforme de policía que vi antes y yo llevo una falda negra con una abertura a medio muslo y un par de botas de tacón alto, además de una blusa roja sin mangas y una chamarra de piel color negra, pero lo que más me sorprende de aquel recuerdo es el hecho de que llevo un arma similar a la de Liam e incluso a nuestro paso, disparamos sin benevolencia a personas que nos sigues el paso muy de cerca.
De pronto abro los ojos y enseguida una luz amarilla me nubla la vista, pero no parece ser luz artificial, sino que se trata de fuego, lo intuyo por el calor que emana, asi que abro los ojos nuevamente y enseguida descubro qué me encuentro en otro sitio, quizas una cueva o algo similar, lo único que sé es que están a punto de prenderme fuego.
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