¿Un acosador?
—Escucha Amanda, no quiero que llores. Eres una chica valiente y cuando menos lo pienses te convertirás en una mujer —Nino parecía querer despedirse, pero Amanda no se lo permitiría.
—No digas tonterías, tú me enseñarás como asesinar personas y escaparemos, seré tu esposa y tendremos hijos juntos —dijo Amanda llorando mientras no paraba de salir sangre del abdomen de Nino.
—Deseo que tu primer beso lo guardes para alguien que en verdad signifique algo para ti, no se lo des al primer tonto que aparezca —Nino sonreía, aunque su cuerpo empezaba a temblar.
—Tú te llevarás todos mis besos, porque nunca amaré a nadie más que a ti, así que debes recuperarte —le recordó Amanda mientras sentía los pasos de alguien acercarse a ellos.
—Lamento haber sido un tonto —Nino no deseaba morir.
Amanda abrió los ojos y otra vez estaba llorando, seguía teniendo el mismo sueño. Nino se despedía de ella. Se levantó de la cama y se le cayeron unos libros al suelo. Dentro de uno de ellos había una fotografía de Nino con ella y su madre en Navidad. Ese año había sido un caos en la vida de esta muchacha.
Las monjas del colegio pupilo al que asistía hacía días la llamaron para decirle que debía irse. Ella estaba acostumbrada a andar de colegio en colegio, pero le pareció extraño esta vez, ya que hacía poco su madre adoptiva la había enviado a este lugar. Eso solo parecía significar problemas para Amanda. Aunque ya se había acostumbrado a este tipo de cosas y no se molestaba en hacer amigos. Además, los muchachos le temían por sus habilidades en artes marciales que poseía y las chicas solo la veían como un estropajo del cual burlase. Cuando su verdadera madre iba a visitarla la hacía pasar mucha vergüenza. Amanda amaba a su madre pese a todo lo que había vivido a su lado, pero no quería parecerse a ella. Ni siquiera podía mantenerse sobria o desintoxicada. En cambio, con Tania, su madre adoptiva, se sentía feliz casi todo el tiempo que estaban juntas. Aunque comprendía que ella era el reemplazo de su hija fallecida, no le importaba. Tania la sacó del orfanato donde estuvo por casi cinco años. Si bien, en un comienzo había sido porque su suegro le hizo creer que Amanda era su hija desaparecida; en ningún momento Tania la rechazó después de saber la verdad y eso hacía que Amanda se sintiera agradecida.
Antes de que pudiera terminar de empacar, unos guardias fueron por ella. Quedaban pocos días de clases, así que el colegio al que la trasladarían seguramente sería un lugar desértico, ya que la mayoría de las veces los chicos que estaban en los internados con ella se iban a pasar las vacaciones con sus padres. Algo que Amanda nunca hacía porque Tania siempre estaba ocupada y su verdadera madre vivía en rehabilitación. Sin embargo, esta vez no fue a un internado. Si no que la llevaron a una especie de palacio.
—Su nuevo padrastro, el señor Li, quiere que pase las fiestas con su madre. Él preparó esta sorpresa para la señora Tania —le dijo el hombre de traje negro que había sacado a Amanda del internado.
—¡Mamá! —dijo feliz de verla después de tanto tiempo, el abrazo entre ambas fue cálido—.Mamá, ¿Qué es lo que ocurre? ¿Por qué lloras? ¿No estás feliz de verme?
Amanda siempre se preocupaba por Tania.
—Claro que, si cariño, es solo que me emociona saber que podremos estar juntas. Te he extrañado demasiado —Amanda, ese día había sentido que las cosas cambiarían para bien. La llegada a la residencia del señor Li había dado un vuelco a su vida. Ahí conocería a Nino, el hombre por el que aún suspiraba.
—Amanda, ya terminó la clase —dijo una de sus compañeras.
Como siempre, ella se había quedado recordando el pasado. Vivía a la deriva y lo único que hacía era estudiar y practicar armería y artes marciales. Incluso muchas veces no recordaba cómo llegaba a un lugar.
—Lo siento es que estoy algo cansada —Amanda ya no sabía que excusa poner.
Su madre le había insistido para que fuera al psicólogo, pero ella se reusaba. No quería que la curaran, Nino era importante para ella.
—El chico ese te espera —le indicó la compañera y señaló la puerta. Amanda miró intrigada y al ver a Zacarías puso los ojos en blanco.
—¿Y ahora qué quiere? —Amanda no tenía ganas de verle. Se puso de pie y fue hasta donde se encontraba el muchacho que llamaba la atención de las chicas que salian del auditorio, las cuales no podían dejar de sonreírle—. ¿Ahora eres un acosador?
—Te quería dar una sorpresa, como no aceptaste quedarte ayer a quedarte con Matías y conmigo pasé hoy —explicó él.
—No tengo tiempo para ti, debo asistir a una clase en diez minutos —ella siguió caminando, pero él la detuvo. Una compañera que no solía hablarle, pero que estaba con ella en el siguiente seminario, se acercó a ellos.
—Amanda, no tendremos clase. ¿Qué tal si salimos a tomar algo? Tu amigo puede acompañarnos —dijo la chica tratando de coquetear con Zacarías.
—Eso es bueno, porque no le muestras la cafetería mientras voy por unas fotocopias —dijo Amanda a su compañera y la muchacha se puso feliz y se llevó a Zacarías con ella sin dejar que este pusiera una queja.
Una hora después se encontró con la chica en la siguiente clase y esta le dio una nota de mala gana y se fue. Cuando Amanda abrió la nota leyó lo que decía.
—No escaparás de mi Amanda. Deja de mandarme a los brazos de otras chicas que son solo gotas de agua comparado con el océano que eres tú para mí—
—Es una engreída —dijo la chica detrás de ella. Habían empezado a hablar a sus espaldas.
—Si todos entendieron podemos pasar a la siguiente asignatura que compartirán el año que viene —la docente le estaba marcando algunos puntos cuando Amanda vio que en la puerta había una chica con la vestimenta de cadete de una de las aplicaciones más conocidas. Llevaba globos de corazón, rosas y unas cuantas cajas—. Estamos en una clase.
La profesora parecía molesta por la interrupción.
—Disculpe me dieron un horario para hacer la entrega —dijo la muchacha que traía las cosas. Todo el curso se revolucionó.
—¿A quién debe entregárselo? —preguntó la profesora como si le ganara la curiosidad.
—Aquí dice que es para la mejor alumna de la clase —la chica tampoco lo entendía.
Autora: Osaku
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Comments
chiquita
☺️😱☺️
2024-05-13
2
Nancy Garcia
Jajajajaja eso fue super guauuuu 👏👏👏👏genial escritora
2023-08-26
6
Clara E.
Zack la va terminar convenciendo por molesto y perseverante, jajaja. Veremos como le responde Amanda a ese jueguito 😜
2023-03-21
1