"Declaración de guerra."

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Estaba lista, preparada para todo lo que venía, sabiendo a quienes les debía esto, quienes eran los responsables de alertar a sus enemigos sobre la ausencia que dejó en su territorio, pero también sabía que les haría pagar un alto precio.

¿Como escaparon de la condena que los viejos maestros de su clan dieron? No lo sabía, pero tarde o temprano encontraría a ese traidor y lo mandaría al infierno junto con esos dos.

- Alteza, las tropas enemigas están a dos días de aquí. - Anunció uno de sus soldados, uno de los más valiente que tenía en su clan. - Hemos capturado a el vigilante y lo sometimos a tortura para que hablara.

- ¿Te lo ah confirmado, Lucius? - preguntó ella, mientras veía su copa.

- Si alteza, Kara y Lestat son los responsables de esto. - añadió, viendo a su princesa sonreír. - Beltra los ah encontrado con el grupo dos de nuestro clan pero.. Pudieron escapar.

- Sabes que de mi nadie escapa, Lucius. - respondió poniéndose de pie. - Pero bueno, les dejaremos creer, porque es todo lo que les queda antes de que los encuentre y aniquile con mis propias manos. - voltea a verlo.- Dile a Leon que envíe el edicto a nuestros otros miembros, que todos estén alertas ante la presencia de esos dos.

- Si su alteza.

- Y también.. - sonríe. - Que agregue el echo de que quien se revele, será destruido junto con ellos.- Finalizó, dando a su soldado toda la tranquilidad, esa que le hacía saber que su princesa había regresado, no sabía por cuanto tiempo, pero definitivamente.. Él la acompañaría en cada momento, sería su escudo en esa masacre que estaba pronta a llegar.

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Mientras la hermosa Alani se preparaba para lo que fuese a llegar, Jiho no pudo soportar la idea de creer que su amada princesa corría un gran peligro, por ello; y con la compañía de Sora, decidió tomar rumbo a las tierras de su amada, creer que quizás con su presencia allí, ella extrañadamente podría sentirse segura.

- No entiendo porque es que me dejo arrastrar en esto. - Se quejó Sora, mientras quitaba de su vestimenta aquellos trozos de ramas que se colgaban cada vez que pasaba junto a un árbol.

- Porque soy tu primo favorito, aparte de que sabes que no conozco el camino. - Respondió Jiho, con una encantadora sonrisa.

- En primera, no es que seas mi primo favorito, eres mi único primo y por ello debo cuidarte. - respondió ésta, mientras él asentía sin borrar su sonrisa. - En segunda, no me andes adulando con el "Eres la mejor prima" porque prácticamente me arrastraste para que te guiara y tres, si fuese por mi, te dejaría atado en el sótano de la casa hasta que tu preciosa princesa aparezca.

- Que cruel.

- ¡No seas idiota por favor! ¿¡Si quiera sabes a que posibles cosas vas a enfrentarte!? - gritó ella, dejando a su primo confundido.

- ¿Voy o Vamos? - preguntó Jiho, viendo sonreír a Sora.

- Vas, porque yo no pienso poner un pie en ese lugar. - dijo señalando detrás de él. - Y menos aún si está rodeado de asquerosos chupasangre.

Sin tomar importancia a las últimas palabras de su prima, Jiho Observó por un momento aquel lugar.

¿Era esto una verdadera historia de terror? ¿O solo pensaba en ello luego de ver aquellas películas que hablaban sobre lo tenebrosos que podrían ser los vampiros?

- ¿Que pasa primo? ¿Ya no quieres ir? - preguntó Sora con una gran sonrisa.

- Tienes razón, siendo una bruja es peligroso que sigas avanzando conmigo. - respondió él, para luego girar la mirada a su prima. - Regresa con cuidado y encargate de la empresa, en cuanto termine aquí, volveré para retomar la forma de apoderarme de la herencia que mis padres dejaron.

Y sin añadir más, caminó colina abajo, pisando restos de ramas que cayeron de aquellos arboles que estaban alrededor de ese temeroso camino.

Quizás y si no supiera sobre la existencia de los vampiros, en estos momentos se encontraría aterrado ante la imagen que tenía frente a él, pero sabiendo y conociendo de estos, era algo normal para él quizás y hasta encontrarse con ataúdes o cosas relacionadas con estos.

Entre más se acercaba a el lugar; más se extrañaba, pues ni siquiera pudo toparse con algun guardia en la entrada del palacio.

Al llegar por fin a las puertas de éste, las mismas se abrieron dejando ver como un extraño se paraba en medio de estas y lo observaba con seriedad.

- Es extraño ver a un humano por aquí. - mencionó éste, dejando a Jiho más sorprendido que antes. ("las facciones de éste eran totalmente diferentes a Alani, él contaba con la total apariencia de un vampiro.") - Y aún más extraño es que éste mismo, ni siquiera se asuste ante mi presencia.

- ¿Porque tendría que temerte? Eres incluso más amable que la mujer que me atrajo hasta aquí. - respondió Jiho, viendo una sonrisa aparecer en el rostro del vampiro.

- Me agradas. - contestó esté, haciendo luego un poco de lugar para que Jiho pudiera entrar. - Te llevaré donde su alteza se encuentra.

- Te lo agradezco. - respondió Jiho, para luego caminar detrás de él. - ¿Ella sabe que he venido?

- Ella sabe y está furiosa contigo por haberte puesto en peligro. - respondió el Vampiro.

- ¿Peligro? - preguntó desconcertado. - No he tenido dificultades para llegar ni me he tropezado con alguien que intentara dañarme.

- Pues eso se debe a que la mayoría de guardias fueron puestos en alerta por nuestra princesa y por ello, ni siquiera has visto a quienes te seguían. - respondió éste. - Ni la bruja que te acompañaba notó la presencia de los hombre lobos.

- ¿En verdad? - preguntó asombrado.

- No tengo porque mentirte. - agregó, mientras pasaban por la gran sala. - Por cierto, mi nombre es Lucius y soy el guardia personal de la princesa.

- Un gusto conocerte entonces, mi nombre es Jiho y soy..

- Ya se quien eres. - interrumpió éste con una sonrisa.

"¿Ya sabía quien era? ¿Acaso Alani les había hablado sobre él? "

Dejando sus pensamientos a un lado, se permitió recorrer el lugar con su mirada y sorprenderse al ver que nada era como su mente lo imaginaba, incluso es mejor que la gran mansión que Alani compró .

- Alteza. - oyó decir a su guía y volteó la mirada, encontrando a la hermosa princesa a mitad de las escaleras.

- Seguiré guiando su camino, puedes volver a la guardia de la entrada. - Contestó Alani, viendo asentir a Lucius.

- Con su permiso. - respondió éste, para luego de una reverencia, caminar lejos de esa pareja.

- Alani...

- Sigueme. - Lo interrumpió la princesa, para luego girar y subir nuevamente las escaleras.

"Si, estaba molesta." - se dijo Jiho, para luego correr a las escaleras y alcanzarla.

El camino en dirección a "Dios sabrá donde" fue totalmente silencioso, prefirió mantener su boca cerrada y esperar antes de decir algo y despertar la furia de su hermosa princesa en medio del ancho pasillo.

Después de un buen rato caminando, Alani se detiene junto a una puerta y le indica a éste que entrara.

Con el silencio aún presente y como todo niño obediente, Jiho atravesó ésta y se sorprendió mucho más al ver su interior.

- No Jiho, aquí no hay ataúdes. - comentó ésta, mientras se paraba junto a una ventana con sus brazos cruzados.

- ¿Ahora me dirás que has desarrollado el don de leer mentes? - preguntó él de manera graciosa.

- No, pero puedo leer las intenciones. - respondió con su ceño fruncido. - ¿¡A CASO TE HAS VUELTO LOCO!? ¿¡SABES SI QUIERA EN LOS RIESGOS QUE..!?

- Lo siento. - La interrumpió, mientras bajaba su mirada. - Para ti es mucho más fácil mantenerte tranquila, pero para mi no es así, no tienes una idea de lo preocupado que estaba.

- Te he dicho que estaría bien, ¿Porque no confías en mi? - preguntó ésta, ganándose la mirada de aquel hombre que la hacía enloquecer de mil formas.

- ¿Que no confió en ti? - preguntó también. - Desde que te he conocido no hago más que acatar las ordenes que me das, sin cuestionar nada, sin añadir nada. - agregó. - ¿No eres tú quien no confía en mi?

- ¿Quien dice que no lo hago? - preguntó ella evadiendo su mirada.

- Si no sabes leer mentes ¿como es que sabías que me dirigía aquí? - preguntó, obteniendo solo silencio por parte de ella. - Dejaste personas de tu clan para que me vigilaran, para que siguieran cada uno de mis pasos.

- Eso no es así, solo quería protegerte. - se defendió ella.

- Y es eso mismo lo que yo quiero hacer contigo. - añadió, acercándose a ella. - Pese a que no tenga poderes, a que no sea inmortal, también deseo poder cuidar de ti, demostrarte que soy un hombre que está dispuesto a todo por mantenerlos seguros, tanto a ti como a nuestro hijo. - Agregó, viéndola voltear su mirada a un lado. - Alani. - La toma de ambas mejillas. - Ya no me alejes de ti, no tomes distancia de mi por favor.

- Yo.. - baja su mirada. - Es peligroso que estés aquí, nuestros enemigos fueron avisados por dos traidores sobre la maldición y.. No puedo dejar que te quedes, no puedo poner tu vida en peligro. - Agregó, volviendo su mirada a la de él. - Admito que eres importante para mi y por ello..

Sus palabras fueron selladas, ya no pudo continuar negándose a demostrar cuanto lo había extrañado.

Sin dudarlo, rodeo su cuello con ambos brazos y correspondió a ese deseoso beso, a ese que tanto había deseado en estos días de distanciamiento.

Aunque sus palabras le demostraran a él lo lejos que lo quería, en su corazón, tenía la necesidad de tenerlo a su lado cada mañana al despertar y cada noche al acostarse, no podía negarse más a lo que su condenado corazón le exigía.

Por otro lado; oírla admitir sus sentimientos, logró que el corazón de Jiho se acelerara con locura y deseara acurrucarla en sus brazos por toda la eternidad.

- Sé que me amas pese a que no quieras decirlo. - dijo él, luego de romper el delicioso beso y juntando su frente con la de ella.  - Y creeme que no tiene nada de malo, porque te amo también, con todo lo que tengo y todo lo que soy.

- Calla. - respondió ella, volviendo a besarlo, dejando que el momento los guíe a lo que ambos estaban deseando desde la última vez que se vieron.

Poco a poco ella fue llevándolo en dirección a la cama, mientras quitaba una a una sus prendas, se pegaba a sus labios como si fuera todo lo que necesitara para vivir una eternidad.

Él, por su lado, fue acompañando su ritmo y quitando también sus prendas, acariciando poco a poco su piel desnuda y llenando de besos cada parte que ella le permitiera.

Ambos estaban fundidos en la locura y el deseo, ambos se amaban aunque solo fuera uno quien lo admitiera.

Pero tampoco era algo que importara, mientras él conociera los sentimientos de su amada, era más que suficiente para sentirse feliz, para querer enternecer un poco más ese duro corazón.

Los gemidos fueron escapando poco a poco de ambas partes, mientras él se perdía en la hermosa vista, ella le brindaba el mismo placer que sentía, moviéndose sobre él, permitiendo que entrara y saliera de su interior.

Se anhelaban, se necesitaban y ahora, no hacían más que demostrárselo, darse ese cariño que ella se negó a recibir antes.

- Te amo Alani, juro que te amo con todo de mi. - dijo él, recibiendo solo un gruñido por parte de ella, uno que le arrebató una enorme sonrisa al saber que de esa forma, ella lo estaba correspondiendo.

"No importa si no me lo dices, de todos modos, puedo sentir el amor con el cual te entregas a mi, pudo sentir cada uno de los latidos de tu corazón diciendo mi nombre. "

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Comments

Viviana Bustos Aldana

Viviana Bustos Aldana

Pues si yo veo eso corro lo más lejos posible 😂😂😂😂😂😂

2025-02-20

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Viviana Bustos Aldana

Viviana Bustos Aldana

De repente necesito una habitación así 😂😂😂

2025-02-20

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Viviana Bustos Aldana

Viviana Bustos Aldana

Esos malditos traidores merecen sufrir 🤬🤬🤬

2025-02-20

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