"Buscando cómplices."

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Luego de dejar claras aquellas verdades, Alani decidió salir de casa dispuesta a reprenderse por haber sido tan suelta a la hora de hablar con aquella bruja.

Mientras conducía camino a "ningún lugar" su mente divagó en las palabras que Sora le dijo, volviendo a preguntarse el por que jamás ninguno de su clan le contó sobre el acuerdo que su padre tenía con los humanos.

Estaba claro que la mayoría de ellos,  preferían estar lo más alejados posible de los humanos, pero al saber sobre esto.. no entendía la razón, le costaba demasiado pensar en que ellos estuvieron en contra de la decisión tomada por su antiguo Rey.

Pero.. ¿Porque su padre tampoco le comentó nada de esa alianza? ¿Acaso él también creía en que era una mala idea visitar a los humanos? ¿Acaso temía que ella cometiera una locura por visitar a los humanos?

Aunque sus mundos fueran diferente, compartían la misma tierra, el mismo aire y.. Pensar en que jamás se encontrarían o se cruzarían, eso era realmente estúpido.

Decide detener su coche estacionandolo junto a una pequeña plaza y suspira para si misma, volviendo su mirada a un lado.

Recordando una de las explicaciones que claramente no le pidió a Jiho, decide bajar he ir a esa tienda que visitaron anteriormente, donde estaba esa interesante muchacha.

Sus tacones resonaron por todo el lugar llamando la atención de más de uno, quienes volteaban a verla y admiraban la belleza de la mujer.

Pero sin tomar importancia a dichas miradas, llegó a la tienda que quería y se paró frente a ésta observando con atención desde allí, para saber si se encontraba esa mujer.

Una extraña conversación llamó más su atención, por lo que decidida, se apoya por el borde de la puerta juntando sus brazos y poniendo atención a ello.

- ¡No fue culpa mía! ¡Asure se la ha pasado coqueteando con cada cliente que entra y por ello hemos perdido ventas! - sé quejó la rubia arrancando una sonrisa de los labios de la princesa.

- Nori, tú fuiste quien hizo semejante barbaridad, coqueteando con los futuros padres y provocando que las mujeres se molesten. - refutó la joven Asure.

- ¡No importa de quien fue la culpa! - habló el hombre frente a ellas. - Ninguna de las dos ha obtenido si quiera una sola venta en todo el mes y por ello lo descontare de sus salarios.

- ¿¡Que!? - preguntaron ambas al unísono, consiguiendo que el sujeto frente a ellas sonriera.

- Les pago para que se encarguen de vender todo lo que se muestra en vidrieras y ni siquiera son capaces de eso, entonces he considerado que para el siguiente mes.. Quien más ventas tenga, será quien se quedará aquí. - respondió con altanería el sujeto.

-Típico imbécil, se cree que porque es dueño puede hacer y deshacer con las personas a como le de la gana. - se dijo a si misma Alani.

- Quien obtenga menos ventas, se irá de ésta tienda y me encargaré personalmente de que ninguna otra les de trabajo. - Añadió el sujeto.

- Me parece lo más justo, ninguna de ellas está calificada para este tipo de trabajo. - intervino Alani, ingresando por fin a la tienda y llamando la atención de los tres presentes. - Es más, propongo que ya no pierda su tiempo con estás muchachas y consiga mejores vendedoras, de esas que dejan el alma en trabajos tan.. Normales como éste. - añadió sonriendo sin mostrar su dentadura.

- ¿Usted estaría dispuesta a aceptar el trabajo? - preguntó el hombre mientras recorría las curvas de la mujer de una forma morbosa.

- ¿Yo? - preguntó Alani para luego reír. - Definitivamente prefiero pasarme el día limando mis uñas a trabajar en un lugar tan bajo como éste.

- Tú..

- Y no por los productos, ya que puedo observar la buena calidad. - Interrumpió mientras observaba la ropa. - Más bien, digamos que el encargado de el lugar deja mucho que desear como persona. - Agregó, volviendo su mirada a los tres y caminar hasta quedar frente a ambas chicas. - Les propongo algo mejor. - Mete su mano a el bolsillo de su abrigo, sacando de éste dos cheques. - Si trabajan para mi chico y para mi, la paga será mayor a ésta. - Añadió, extendiéndole a cada una un cheque.

- Esto... Es mucho dinero. - Dijo Nori con sorpresa.

- Y puedes ganar aún más si decides dejar éste ridículo puesto. - agregó Alani, viendo el brillo en los ojos de la muchacha.

- Usted digame donde esconder el cuerpo y con gusto lo hago. - Respondió la chica, viendo asentir a Alani.

- ¿Y tú?

- ¿Es usted quien vino en compañía de Jiho anteriormente? - preguntó, viendo como ésta apenas bajaba sus lentes de sol y la observaba.

- La misma.

- ¿Entonces porque me ofrecería trabajo? Sabe bien lo que dije aquel día. - Cuestionó oyendo a la princesa suspirar.

- Pues esa será la única condiciones que pondré, mientras mantengas tus sentimientos solo para ti y lejos de mi chico.. Serás bienvenida. - respondió, viendo aún la duda en los ojos de la chica.

- ¿A que se debe el trabajo? - preguntó, luego de un pequeño silencio.

- Lo que mejor sabes hacer. - respondió acomodando bien sus lentes de sol. - Serás su secretaria bajo algunos terminos que te diré si aceptas.

- Está bien, puedo con ello. - respondió la joven, viendo aparecer nuevamente la sonrisa en el rostro de Alani, quien vuelve su mirada a el empleador de ambas.

- Como lo dije, busca nuevas empleadas. - comentó, para luego invitarlas a ambas a salir de allí.

- ¡Tienen un contrato firmado conmigo! ¡No pueden irse así como así! - las detuvo el sujeto. - Si se van, tendrán que pagar la multa por incumplimiento de contrato.

- ¿No eras tú quien quería echarlas sin importar dicho contrato? - preguntó Alani. - Y supongo que allí también tienes establecido un sueldo mensual para ambas, en el cual tampoco especifica que te quedes con sus sueldos por falta de ventas. - Añadió. - Pero para que te dejes de molestar, te dejaré mi contacto para que envíes tu número de cuenta y el monto a pagar por la renuncia, después de eso.. No vuelvas a molestar o te arrancaré la garganta. - finalizó mostrando ésta vez esos hermosos colmillos, los cuales provocaron bastante miedo en el sujeto.

(...)

Mientras conducía rumbo a su hogar, Alani les habló a ambas muchachas de lo que deberían hacer, dejándoles claro que no importara cuanto intenten intimidarlas, ellas debían de mantener la compostura y recordar que si hacían su trabajo bien, su sueldo incrementaria poco a poco.

Mientras que Asure trabajaría como secretaria de Jiho, Nori sería la mano derecha de Alani, quien le informe sobre todo lo que suceda en la empresa estando ella ausente.

La pregunta de Asure fue.. "¿Cree que me propasare con Jiho? ¿Es por eso que le encargó a Nori que le informara sobre todo lo que pase en su ausencia? "

- Luego de la fiesta a la que claramente asistirán con nosotros, tengo que volver a mi tierra para arreglar unos asuntos recientes. - contó Alani interrumpiendo los pensamientos de Asure. - Por ello necesitaré que ambas trabajen en equipo y ayuden a Jiho en mi ausencia. - Agregó, dirigiendo su mirada a Asure. - Tú sabes que el imbécil de tu ex Jefe buscará la forma de destruir a Jiho y no puedo permitir que eso suceda, por ello les dejaré encargada la protección de mi chico. - Finalizó.

- ¿Tanto te importa proteger Jiho? - preguntó Asure. - No es como que sea algo malo pero.. De los años en los que llevo conociéndolo, jamás ninguna mujer se le ha acercado con intenciones buenas, cada una de las que se acercó a él fue para molestarlo o humillarlo.

- No dejaré que alguien vuelva a pisotearlo, él es mío y quien intente dañarlo se las verá primero conmigo.- Afirmó Alani, dejando a la muchacha en silencio. - Es el padre de mi hijo, por lo tanto entra en mi campo de protección.

- ¿ Protección? - preguntó la muchacha nuevamente. (" No menospreciaba a la mujer frente a ella, pues por una extraña razón la consideraba alguien poderosa, pero el verla físicamente le parecía una mujer débil que necesitara la ayuda de un hombre.")

- Creeme que el mundo en el cual vives, no es tal cual lo imaginas. - comentó Alani. - Existen cosas que puedo asegurar, ni siquiera pasan por tu mente.

-¿Cosas como cuales? - preguntó ésta vez Nori.

- No debiste preguntar eso. - respondió Alani con una sonrisa, desviando el carro de camino.

Mientras el silencio volvió a reinar en el carro, ambas muchachas dirigieron sus miradas a el descampado al cual estaban dirigiéndose.

Una vez lejos de la carretera, Alani detiene el carro y baja de éste seguida de ambas muchachas.

- ¿Cuanto creen en las historias de miedo? - preguntó Alani mientras se apoyaba en el capó del carro.- En los lobos, las brujas y.. Los vampiros.

- Mm pienso que son mitos creados por personas que estaban aburridas y sin nada que hacer. - comentó Nori.

- En parte es cierto, la mayoría de cosas que cuentan son puras tonterías, como eso de que los vampiros se alimentan de la sangre humana. - Respondió Alani llamando la atención de ambas. - Por que podemos sobrevivir sin ella. - Añadió, mostrando esos colmillos que antes ninguna de las dos pudo ver. - Somos rápidos, más que esos estúpidos lobos. - agregó, corriendo a una velocidad que enmudeció completamente a las dos muchachas. - También somos fuertes y poderosos, motivo por el cual nuestros enemigos temen enfrentarnos. - añadió, levantando la parte delantera de su carro. - Y el sol, no nos hace tanto daño como dicen. - finalizó, levantando la manga de su abrigo dejando ver lo que el sol causaba en su piel. - Muchas de las cosas que dicen de nosotros, son mentiras. 

Y solo vió como ambas se desplomaron frente a ella, lo que causó gracia en la princesa; quien luego de reir, las carga a ambas nuevamente en el vehiculo y prosigue a llevarlas a su hogar.

(...)

Una hora después, ambas despiertan espantadas creyendo que todo aquello fue producto de su imaginación o una pesadilla pero.. Si así era, ¿Donde se suponía que estaban?

- Ahora que saben la verdad sobre mi, tendré que matarlas y comerlas. - oyeron decir a esa voz familiar y gritaron de miedo.

- ¡Ya Alani! - la reprendió Jiho mientras entraba con dos vasos de agua a la habitación. - beban esto. - ofreció amablemente por lo que ambas, con las manos temblando, tomaron los vasos.

- ¿T-tu tu sabes..?

- No se que fue lo que les mostró, pero es verdad. - Interrumpió Jiho mientras se sentaba frente a ambas. - Alani es la princesa Vampiresa de la cual se han escuchado miles de historias, es una realidad que quizás aún no puedan creer pero.. Les aseguro que es inofensiva, no les haría daño jamás.

- Jefa, yo seré su mayor aliada, lo prometo. - Dijo Nori mientras caminaba a ésta y tomaba sus manos.  - Le prometo que haré todo cuanto quiera.

- Gracias Nori, sé que me serás leal. - respondió ésta dando palmaditas en las manos de la chica.

- Yo..  No comprendo ¿Como es que esto es algo normal para ustedes? - preguntó Asure a Nori y Jiho. - ¡LA CHICA ES UN VAMPIRO, POR DIOS!

- Vampiresa. - la corrigió Alani con una sonrisa, viendo como la muchacha llevaba ambas manos a su cuello. - Por favor. - Añadió rodando sus ojos. - Si quisiera beber sangre creeme que no sería la tuya. - afirmó viendo sus uñas.

- ¡Maldita condenada! - oyeron decir mientras la puerta se abría fuertemente. - ¿¡Eres consciente de lo que haces!? ¡Involucraste a dos humanas en esto! ¿¡Acaso no piensas en tu Clan!? - reprochó Sora con su ceño fruncido.

- Que escandalosa eres. - dijo Alani mientras limpiaba su oído. - Te quejas por todo en lugar de agradecer.

- ¿¡Agradecer que!? Sabes mejor que yo que si ellas dicen algo, Tú serás acusada de traición y los tuyos deberán huir para no ser casados por humanos.

- Prometemos no decir nada. - dijo Nori con firmeza.

- Si, estoy de acuerdo con ella. - añadió Asure.

- Son humanas, pueden cambiar de opinión en cualquier momento. - señaló Sora, oyendo a su primo carraspear la garganta.

- Soy humano y no he cambiado de parecer. - comentó éste viendo a su prima rodar sus ojos.

- Eso es porque tú estás enamorado de esa condenada.

- ¿ Tú no eres humana? - preguntaron ambas chicas al unísono dejando a Sora sorprendida.

- Es una sucia bruja. - Contestó Alani con una sonrisa.

- ¡Oye! ¿¡Con que derecho revelas eso!?

- Si muero, no me iré sola, bruja. - respondió ésta y fue suficiente para que todo se volviera un caos.

Mientras Alani reía, Jiho trataba de tranquilizar a Sora quien quería irse sobre Alani,  y las otras dos muchachas discutían entre ellas el nuevo descubrimiento.

-Sé que viste algo distinto en ellas, princesa, sé que por eso.. Les has revelando todo y confío en ti. - Dijo Jiho para si mismo.

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